EL ARCHIVO MUNICIPAL DE BERJA. EL PATRIMONIO DOCUMENTAL COMO PARTE INTEGRANTE DEL CONJUNTO HISTÓRICO: ACTUACIONES PARA SU REVALORIZACIÓN

 

 

Berja es un municipio de la provincia de Almería situado a 50 Kms. de la capital, que se encuentra localizado en la Alpujarra Baja Almeriense, al pie de la Sierra de Gádor y que constituye la puerta almeriense de la Comarca de la Alpujarra.

 

            Tiene una población total de unos 13.500 habitantes y una extensión de unos 220 Kms2.

 

            Berja, de posible fundación Ibérica o Fenicia, aunque existen rastros dispersos de un posible asentamiento en la etapa del Bronce final, es, sin duda, la Vergis de la Bética romana, cuyo asentamiento se establece en “Villavieja” a dos Kms. del pueblo actual y del cual se conservan restos abundantes y claros entre los que destaca un Anfiteatro romano, único en la provincia y uno de los doce de la Bética.

           

            Se constata una dispersión de la población para huir de la presión del fisco a la cual contribuyó el terremoto que destruyó la ciudad en el S. V. Destaca de esta época, el sarcófago tardorromano realizado en marmol, que albergaba a un alto dignatario romano y que se trasladó al Museo Arqueológico de Madrid.

 

            Tras ser conquistada Berja por los árabes, se convierte en la “Berchar” musulmana, siendo una de las 12 tahas en que se divide la Alpujarra. Estos construyeron una Alcazaba, aprovechando el antiguo recinto amurallado de los romanos, cuya vida se extiende entre los S. VIII y XIV, de la cual se conservan en la actualidad, parte de un lienzo de muralla, algunos torreones y tres aljibes medievales. También destacan los Baños de Benejí, en plena vega virgitana, que son, junto a los de Celín (Dalías), los únicos baños musulmanes que se conservan de la provincia.

 

Tras la epidemia sufrida en el S. XIV, Villavieja se despuebla y se crea el asentamiento alrededor del mercado comarcal -zoco-, situado en torno a la hoy Plaza de la Constitución, que sigue siendo el centro de la estructura residencial actual. 

 

Berja fue tomada por los cristianos en 1489, junto con el resto de la Alpujarra. Con una población cristiana mayoritaria, vive durante el S. XVI bajo la amenaza de la rebelión morisca, que finalmente estalla en 1568 y, tras cuya finalización, con el aplastamiento de los sublevados, queda despoblada.

 

El Concejo de Berja fue instituido en 1573 por orden de Felipe II, comenzando la repoblación cristiana en 1575 con doscientas familias, y experimentándose un lento crecimiento en los siglos siguientes.

 

En 1753, Berja fue ascendida a Alcaldía Mayor, formando parte del Partido de las Alpujarras, dentro del antiguo Reino de Granada. Por estas mismas fechas se inicia el despegue económico, por la explotación de las minas de plomo de la Sierra de Gador y la agricultura basada en el cultivo de regadío.

 

Cuando el desarrollo minero entró en crisis, la expansión del cultivo del parral para la producción de uva de mesa destinada a la exportación, siguió manteniendo el auge económico. Muestra de este esplendor económico fueron las casas señoriales de las que se conserva una gran representación.

 

Debido a problemas de producción y comercialización, se produce el desplome del mercado de la uva en el último tercio del S. XX, intentándose actualmente sustituir este cultivo por el de invernadero, que coexiste con la agricultura tradicional familiar de pequeña huerta y frutales.

 

No es lugar de adentrarnos más en la historia porque el tema que nos ocupa no lo hace indispensable. El Archivo Municipal, no obstante, nos acerca esa historia. He querido dar unas pinceladas para encuadrar el tema, y destacar los restos del Patrimonio Histórico más valorados.

 

Una muestra del deseo generalizado por proteger, conservar y difundir el patrimonio de Berja, son las Jornadas de Patrimonio Histórico Alpujarreño que se celebran cada dos años, organizadas por el Centro Virgitano de Estudios Históricos (CVEH). De este centro, creado en 1997 como organismo autónomo administrativo tutelado por el Ayuntamiento, han nacido la mayor parte de las iniciativas sobre protección del Patrimonio Documental.

 

Considero de vital importancia, cuando se tratan temas de patrimonio histórico, dar una visión de conjunto e integradora de todos los bienes que lo conforman, no interviniendo de forma exclusiva en el patrimonio arqueológico o arquitectónico, y sí complementándolo, por ejemplo, con el patrimonio documental, bibliográfico, ambiental, etc.

 

Es muy habitual que se protejan monumentos, fuentes, tradiciones, pero quede desprotegido el patrimonio documental, el cual hace posible que se pruebe la importancia histórica de aquéllo y justifique y documente tal protección.

 

Es, por todo ello, por lo que yo he querido dar un giro a esta conferencia en torno al valor del Patrimonio Documental de Berja dentro de un conjunto histórico más amplio. Para tratar este tema voy a procurar dar una visión clara del patrimonio que conservamos, de las condiciones en que se custodia, de las actuaciones ya realizadas y de las previstas, que repercuten sobre su puesta en valor.

 

 

1.- EL PATRIMONIO DOCUMENTAL DE BERJA: SU IMPORTANCIA, DOCUMENTOS MÁS VALORADOS Y PROTEGIDOS, RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL.

 

Hay que reconocerle a todo archivo municipal su función de patrimonio de un pueblo como parte esencial de su cultura, es decir, en los documentos que lo componen se plasma la realidad en piezas como de puzzle que, al engarzarse, reflejan la vida del municipio, lo cual, al trasladarse a las distintas épocas, constituye la historia de un pueblo en todas sus facetas. Es, por tanto, tal su importancia, que su falta deja un vacío en la memoria colectiva que nos pertenece.

 

Al tratarse de una documentación procedente de una administración pública se reconoce por la legislación española como patrimonio documental desde el mismo momento en que se produce, por lo tanto, merece y exige protección, tanto la documentación histórica como la reciente.

 

En el caso concreto del Patrimonio Documental de Berja, el que se conserva en la actualidad es bastante limitado, en el sentido de que existe un vacío de unos tres siglos, es decir, salvo determinados documentos sueltos que se conservan de siglos anteriores, desde que se instituyó el Ayuntamiento, cuyo enorme valor los ha mantenido especialmente protegidos, la inmensa mayoría de los documentos que hoy custodiamos son del S. XX, básicamente desde los años cuarenta en adelante.

 

Los documentos más valorados del Archivo, valor que se ve incrementado por su antigüedad y por ser los únicos documentos que se conservan de determinadas épocas, con lo cual constituyen la base de los estudios relacionados con las mismas en el entorno de la historia local, son los que se relacionan a continuación:

 

*1.- LIBRO DE APEOS Y REPARTIMIENTO DE ADRA Y BERJA (1575-1579). Es el más antiguo de los conservados.

 

Este documento marca el comienzo de la historia cristiana tras la expulsión de los moriscos. Recoge dos partes diferenciadas: la primera parte es el Apeo, que consiste en el acto de deslinde y amojonamiento que identificaba la antigua demarcación nazarí (taha) para su posterior mantenimiento o división en la nueva territorialización castellana. En el caso de Berja, fue dividida en dos municipios: Adra y Berja, dando lugar a un proceso, que también figura en el texto, con el fin de alcanzar un acuerdo sobre el reparto entre ambos concejos. El Repartimiento, segunda parte, fue por tanto paso posterior, y expresa el número de vecinos que debían asentarse en cada una de las villas, (...) los lugares de asentamiento vecinal y la suerte que correspondía a cada repoblador, que comprendía lotes de bienes”.

 

En el mismo libro se recogen además las escrituras de obligación al Censo Perpetuo, por las que se reconocía la propiedad de la Corona y las comprobaciones que fueron haciendo los visitadores sobre los asentamientos hasta 1598.

 

Este libro, cuyo contenido se ha descrito, se encontró doblado (porque, al parecer, en otros tiempos, fue utilizado como calzo para nivelar una mesa), y pese a que la Corporación había reparado en ocasiones en su lamentable estado (ya en 1977 se mostró esta preocupación) no se abordó la restauración hasta 1992, en que la Comisión Local del V Centenario motivó la actuación que se llevó a termino en 1995, justificándola por aparecer en sus folios el capitán de jinetes Antonio de Berrío, como repoblador y mayor beneficiario del repartimiento, personaje por el que se preocupó especialmente dicha Comisión por haber sido explorador  en la aventura americana y haber sido fundador de Santo Tomé de Guayana, ciudad con la que se estaba gestando el Hermanamiento de la ciudad de Berja.

 

La restauración incidía en la limpieza, la reposición del papel perdido y se completaba con una nueva encuadernación.

 

*2.- EL LIBRO DE ACTAS DEL CABILDO DE BERJA (1599-1627)

 

Es el único libro de sesiones que se conserva hasta 1902, encontrando entre ambas fechas un vacío que contrasta con la continuidad existente desde ese año, tras el que están casi en su totalidad.

 

Este libro refleja el complejo proceso administrativo, la problemática de la vida cotidiana de las gentes del municipio, la lucha de clases y la vida social, cultural y religiosa del momento, como cualquier libro de su género.

 

Este libro, que fue reencuadernado en los años setenta, con una cubierta de piel, por José Luis Ruz, hoy se encuentra en su interior bastante deteriorado con muestras latentes de haber sufrido daños causados por diversos agentes: por la humedad (con manchas en gran número de sus hojas y fragilidad, así como emborrachamiento de tintas) por cambios bruscos de temperaturas (con el consiguiente quiebro de hojas y desprendimiento de las tintas) y por el paso de organismos vivos a los que sirvió de alimento.

 

Estas condiciones ocasionadas por el paso del tiempo y la falta de acondicionamiento necesario para su conservación han venido acompañadas del continuo uso por parte de los investigadores, lo que hace necesaria una intervención de restauración adecuada para frenar el proceso de deterioro, la cual se encuentra en vías de realizarse por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, al que se le ha solicitado dicha intervención.

 

*3.- EL CATASTRO DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA (1750-1760)

 

Este Catastro, cuyo nombre responde al título nobiliario de quien fue su diseñador, pretendía ordenar un nuevo sistema tributario para rentabilizar mejor los recursos del Estado, a través de la cumplimentación de un cuestionario que diera a conocer la riqueza que había en toda España.

 

En Berja, “dependió de la Intendencia de Granada, que procuró los medios necesarios (juez, escribano y oficiales) y se auxilió de varios peritos y conocedores de la localidad, entre ellos el párroco”.

 

El voluminoso Catastro, fechado entre 1750 y 1760, se estructura en cinco partes: la primera es el cuestionario (40 preguntas) en que plasma “los límites del término municipal, fuentes de riqueza, minas, manantiales, etc.”; la segunda recoge “el vecindario completo ordenado por familias, con indicación de nombre, edad y profesión”; la tercera consta de un cuadro con toda la tierra del municipio, organizada en cultivos, producción anual y unidad de superficie”; la cuarta es “otra relación, vecino a vecino, de todos los bienes inmuebles, localización, tipo de aprovechamiento y producción anual”; y la quinta, otros aprovechamientos del municipio y un resumen general de todo lo anotado.

 

De esta meticulosidad descriptiva y caudal informativo se desprenden cuestiones de enorme interés histórico y de posible estudio para la investigación, no sólo de tipo fiscal y económico, sino de carácter poblacional, social, geográfico, agrícola, etc.

 

Este grueso documento se recoge en tres tomos de unos 12 cms de lomo cada uno. El primero se dedica a los sectores privilegiados (nobleza y clero) y los otros dos al estado llano. Están numeradas sus páginas y contiene un índice que remite a las mismas.

 

Su estado de conservación es bastante aceptable, tanto su encuadernación, en piel, como su interior, pese a que el grosor de los tomos podría haber supuesto un condicionante para su deterioro.

 

*4.- EL LIBRO DE EJECUTORIA DE HIDALGUÍA DE LA FAMILIA ENCISO (1699-1728)

 

Este libro es un documento de origen privado “realizado por los oficiales de justicia de la Real Chancillería de Granada, a demanda de don Diego Enciso y Plata, vecino de Berja, para demostrar y acreditar la condición nobiliaria de la familia”, con el fin de evitar que la autoridad municipal los incluyera en los padrones de pecheros. Su contenido aborda la historia de la familia y su lucha por salvar la vida en la torre-fuerte de su casa. Ésta es la única torre-fuerte que se conserva en toda la provincia y que deja constancia del sistema de fortificación contra las sublevaciones moriscas durante el S. XVI.

 

En 1998 esta torre fue comprada por el Ayuntamiento de Berja y a ella venía unido el Libro de Ejecutoria de Hidalguía, motivo por el cual hoy forma parte del fondo documental del Archivo Municipal.

 

La torre ha sido recientemente restaurada y probablemente será sede de la Oficina de Turismo.

 

El Libro está bellamente miniado. Se trata de un documento en pergamino, único de nuestro fondo en esta materia escriptorea (a excepción de un documento realizado en 1993 con fines estéticos, para dar mayor apariencia al Hermanamiento de Berja con Ciudad Guayana, en unas dimensiones de 50x80 cms. aproximadamente, que se encuentra en la Sala de Comisiones).

 

El estado de conservación del pergamino es muy bueno, así como el de las tintas y dorados, tanto en letras como en iluminaciones, entre las que destaca la de la Patrona de Berja, la Virgen de Gador, un retrato de Carlos II, el escudo de armas de Enciso y el árbol genealógico de la familia. Las ilustraciones vienen protegidas por trozos de tela de raso cosidos en su encuadernación. Sin embargo, dicha encuadernación que presenta una cubierta de terciopelo rojo con nervaturas en su lomo, se encuentra más deteriorada, con pérdida de pelo de la tela en las zonas de más rozamiento, nervios de los lomos y esquinas de las pastas, así como rotura y deshilachado de la parte baja del lomo.

 

Este documento también está a expensas de su próxima reencuadernación por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.

 

Hasta aquí, los documentos más emblemáticos que se conservan en nuestro Archivo. Todos ellos se encuentran custodiados en una urna, expuestos de forma permanente en el edificio del Ayuntamiento, pero cerrados.

 

2.- ACTUACIONES REALIZADAS SOBRE EL PATRIMONIO DOCUMENTAL DE BERJA

 

·                                CONDICIONES EN QUE SE CUSTODIA:

 

Dotar al patrimonio documental de unas instalaciones apropiadas a su fin es muestra del valor que se le reconoce y, a la vez, imprescindible para presentar este valor ante la gente de forma paralela a otros patrimonios.

 

El Archivo Municipal de Berja ha sufrido un reiterado trasiego a lo largo de los años hasta encontrar su lugar actual de instalación, si bien, aunque pensado en un principio como definitivo, afortunadamente también es transitorio.

 

Se puede observar en la actualidad, sin demasiado análisis, que el papel que juegan la organización y la descripción en los fondos documentales es decisivo en el momento de emprender cualquier intento de traslado. Así, existe, junto a un gran volumen de documentación descrita y, por supuesto, instalada adecuadamente con los números correspondientes a libros y legajos, una serie de cajas, de archivo y de otros tipos, que contienen documentos, papeles, impresos, es decir, todo lo extraído de una oficina sin más selección, y en gran medida, ni tan siquiera cohesión. En el Archivo Municipal de Berja se custodian dos fondos documentales diferenciados: el propio del Ayuntamiento al que pertenece, y el del Ayuntamiento de Benínar desde que en noviembre de 1984 ese municipio fue incorporado al de Berja debido a la construcción de un pantano sobre sus tierras.

 

Desde 1984 en que se organizó la documentación de ambos fondos, hasta 1991 en que sufrió su último traslado, ha conocido cuatro lugares diferentes de instalación. Desde esta fecha se encuentra en la segunda planta, creándose un depósito de fondos que se pensó como ubicación definitiva, y que hoy sigue siendo parte del actual Archivo. Además se custodia una colección de libros, aún sin control, que constituirán los primeros títulos de una futura Biblioteca Auxiliar.

 

Hoy el archivo ha duplicado su superficie, aunque mantiene los espacios que ya ocupaba, complementándose con un nuevo depósito, una sala de trabajo y un despacho.

 

·                                TRATAMIENTO TÉCNICO DEL PATRIMONIO DOCUMENTAL DE BERJA.

 

El tratamiento técnico se considera una de las intervenciones básicas sobre el patrimonio documental, ya que hace posible su conocimiento, su conservación y su difusión de forma paralela a otros tipos de patrimonio.

 

Se sabe poco sobre los anteriores sistemas de organización y descripción empleados sobre los fondos documentales de Berja, así como sobre los posibles encargados de su custodia y la elaboración de los instrumentos oportunos, aunque suponemos que no existieron de forma estable en ningún momento, puesto que en la documentación que se conserva en el Archivo no hay ninguna mención a personal encargado de forma específica del Archivo. Sí hay constancia de la responsabilidad del Secretario sobre estos fondos, evidenciada en algunas series por tener una numeración en los lomos de forma independiente del resto de las series, en sucesiones cronológicas limitadas, y básicamente sobre libros de Gobierno, así como algunas relaciones de documentos que quedaban en el despacho de un Secretario saliente, que se hacía de forma oficial para certificar su labor de custodia, y el paso de dicha responsabilidad al Secretario entrante.

 

De estas características pudo ser el primer inventario, o más bien listado de documentos del que se tiene alguna constancia: el de 1923 que se menciona en el actual, y que no se conserva en su lugar, por lo que yo no lo conozco físicamente.

 

El autor del Inventario actual sí pudo analizar de primera mano su contenido, y en la Guía que acompaña a dicho Inventario, contempla que recogía documentación que, en su mayor parte, ya no se conservaba en el momento de su actuación sobre el Archivo, reflejando además un dato importante, y es que ya por aquellas fechas no existían en nuestro fondo documental apenas documentos anteriores a 1850.

 

No tenemos constancia del trato que pudo sufrir la documentación en los años precedentes a aquel inventario, ni cual fue el momento, o los momentos, de su desaparición. Sí nos consta, sin embargo, la venta de muchos documentos como papel viejo sobre los años cuarenta, fechas en que se ampliaban las dependencias del Ayuntamiento y, que además, se sufría una carencia de papel que fue germen de la destrucción de muchos fondos documentales de la Administración para ser reutilizados como pasta de papel. Para este fin, en 1945 se pidió desde la Diputación de Almería a los  Ayuntamientos, que enviaran un listado de documentación existente en los archivos para analizar la que fuera de posible destrucción por su falta de valor. Los estudios realizados sobre dichos datos nos indican que sólo un 40% de los municipios respondió a dicha solicitud, entre los cuales Berja no se incluía. Sí Benínar, por ejemplo, y tras una comparación del listado de documentos remitidos a Diputación respecto a los documentos que llegaron a ubicarse en las dependencias del Archivo Municipal de Berja, queda clara constancia de la pérdida de documentación sufrida entre los años 40 y los 80, ya que de la documentación reflejada en las 5 hojas que ocupa dicho listado, que abarca más de un siglo, sólo han llegado a nuestro Archivo, los Libros de Actas de Sesiones del Ayuntamiento de 1898 (Ben. Lib. 147), y de 1901 a 1938 (Ben. Lib. 1-6 y 148-151), los Libros de Actas de la Comisión Municipal Permanente de 1924 a 1935 (Ben. Lib. 154 y 11), y alguna documentación del Catastro Parcelario y la Junta Pericial del Catastro, habiendo desaparecido todo lo demás. Así, la mayoría de la documentación existente de Benínar es de los años cincuenta hasta 1984.

 

En los años sesenta en Berja se vendió como papel viejo gran parte de la documentación que quedaba del Archivo y en Benínar se quemó otro tanto en la plaza del pueblo. Estas decisiones adoptadas por criterios de Secretarios con aires de renovación, limpieza y orden, nos han dejado en muchas ocasiones los archivos de España vacíos de contenido de determinados períodos reduciendo la posibilidad de encontrarnos con las raíces de nuestra identidad colectiva.

 

Aparte del Inventario de 1923, del que hemos tratado, consta la actuación sobre el fondo documental de Berja de un funcionario, Auxiliar Administrativo de la Secretaría del Ayuntamiento sobre los años 50 y 60, Francisco Bonilla Sánchez, quien en 1953 comenzó una serie de trabajos extraordinarios relacionados con los de Archivo y cuya descripción recogía en un informe el Secretario y presentaba en la Comisión Permanente realizada el día 27 de mayo de 1957 (A.M.B. lib. 53, f. 99v-100v.), para superior criterio, con el fin de que se le pagara este servicio.

 

La intervención de este funcionario consistió en:

-         La realización de “dos índices provisionales”, uno dividido en “nueve secciones que abarcan las materias propias del Ayuntamiento” y otro que recoge “los organismos que tienen relación con el municipio, catalogando estos por orden alfabético de su denominación”.

-         La “enumeración de documentos con sujeción  a los índices ya citados, incrementando los índices con las nuevas materias”

-                                 La formación de subcarpetas de papel para recoger los escritos enumerados en cada negociado, e introducción de documentos en ellas.

-                                 El cotejo de las materias creadas con los expedientes y documentos existentes en las oficinas del Ayuntamiento, localizándolos para reconstruirlos, ordenarlos y archivarlos. Así hizo con expedientes personales de guardas particulares jurados, padrones de habitantes y sus rectificaciones, censos electorales, documentos cobratorios y otros que “aconsejaban su archivo y conservación”.

-                                 La rotulación de las carpetas definitivas.

-                                 La creación de nuevas carpetas para los asuntos que se fueran generando con la misma dicha rotulación.

-                                 La formación de los índices definitivos.

 

El Secretario concluye su informe indicando que este trabajo se había realizado por este funcionario “en horas fuera de la jornada normal de trabajo por no contarse con otro empleado especializado en mecanografía que pueda acometerlos en circunstancias de rapidez análogas al mismo”.

 

He querido recoger aquí con bastante detalle estos trabajos realizados, por tratarse de lo poco conocido, en este ámbito, en la trayectoria del Ayuntamiento, y porque esta línea de trabajo se mantuvo durante al menos doce años (yo no he podido ver tales índices que creó en 1954 y 1955, pero sí el índice alfabético de materias fechado el 17 de agosto de 1964 y las carpetas que responden a las nueve secciones y sus correspondientes subsecciones que, según aquel informe, se adoptaron).

 

Toda la terminología empleada en el informe la he respetado al mencionar aquí la labor de este funcionario, pero en términos archivísticos las pretensiones eran las de crear un cuadro de clasificación orgánico que acabara recogiendo las distintas “materias” que se llevaban en las oficinas, puesto que no recoge exactamente funciones. Además el índice de materias lo que recoge es el contenido de dicho cuadro en orden alfabético, intercalando secciones y subsecciones, es decir, negociados, materias y en algunos casos funciones, ya que no es tan clara ni consistente la estructura y distinción entre unas y otras.

 

Todas estas carpetas deberían haberse instalado adecuadamente y recogido en el inventario que hoy describe la documentación hasta 1987, pero siguen tal y como se dejaron puesto que no se encontraban en el Archivo en el momento de la realización del inventario.

 

De estas fechas en que Francisco Bonilla intervino en la clasificación de los documentos, es también una “Relación de utensilios de laboratorio que se conservan en el Archivo Municipal”, realizada el 24 de mayo de 1956, sin firmar. Ninguno de estos utensilios relacionados se conserva hoy en el Archivo, ni tampoco estaban ya en 1984 cuando se inició el inventario que hoy recoge los fondos. Esta relación ha aparecido recientemente entre los documentos desorganizados que todavía hay en el Archivo, al iniciar sobre ellos las primeras actuaciones para su organización.

 

Sobre el volumen documental que hoy tenemos existe como instrumento descriptivo firme la Guía e Inventario de los Archivos Municipales de Berja y Benínar que vengo mencionando como referente, editada en 1992 y elaborada por José Leonardo Ruiz Sánchez, investigador e historiador, ajeno al Ayuntamiento, preocupado por el estado en que se encontraban los documentos y comprometido con su protección, hasta el punto de ofrecerse voluntario para hacerse cargo de los trabajos de organización y descripción sin remuneración alguna, así como de la adecuación de espacios y gestión de la adquisición por parte del Ayuntamiento de un equipamiento mínimo necesario para su instalación.

 

Así, este amigo del patrimonio histórico, hoy Profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla, miembro del Centro Virgitano de Estudios Históricos, con una enorme trayectoria en el campo de la investigación, y gran conocedor de la historia de Berja, se formó en el campo de la Archivística mediante cursos, lectura de manuales y asesoramiento de profesionales, y emprendió su meritorio proyecto. De esta empresa, que inició en 1984 y concluyó en 1991, tras tres fases de ampliación del Inventario con la inclusión de nuevos fondos, salió esta obra impresa que recoge los fondos del Archivo hasta 1987. Elaboró la Guía del Ayuntamiento de Berja y del de Benínar, instrumento de descripción genérico del fondo que da una visión amplia sobre la realidad del Archivo.  Elaboró también un cuadro de clasificación orgánico funcional sobre el que descargó todas las series que pudo identificar, ordenando sus contenidos y numerando los libros y legajos que resultaron de este trabajo, los cuales instaló en estanterías metálicas convencionales.

 

Respecto a los resultados, vienen en gran parte condicionados por las situaciones en que se encontraban los documentos en el Archivo. Es muy habitual encontrar diversos tipos documentales sin ninguna relación aparente entre ellos, salvo que el encargado de su tramitación y de su conservación es el mismo funcionario y, que a la hora de su traslado al Archivo, se limita a incluir una relación numérica de las carpetillas que contiene la caja en cuestión, con apariencia de expedientes, pero de muy diverso carácter, en muchos casos, documentos sueltos pertenecientes a expedientes personales o de otro tipo, y una numeración de las cajas a las que remite la relación. Esto que ahora se encuentra en muchos casos, también se encontraba antes, lo que en la situación concreta en que se realizó el inventario, dio lugar a su identificación como “varios”, o a su instalación por materias y su localización mediante términos del índice, gracias a los cuales se pueden ahora recuperar en el inventario documentos que de otro modo hubieran quedado ocultos.

 

También hay que decir que gran número de documentos de los años inventariados se han ingresado en el Archivo con posterioridad a la realización del inventario, encontrándose ahora sin describir abundantes documentos de los años sesenta a los ochenta, y cosas sueltas en menor número, de décadas anteriores. Incluso han aparecido con posterioridad algunos documentos del S. XIX.

 

A pesar de lo valioso que ha sido para el Ayuntamiento de Berja contar con esta persona que ha puesto su empeño en dotar al Archivo de los medios básicos para su identificación y localización, así como procurarle una conservación más adecuada, la carencia de personal asignado al servicio de Archivo durante todos estos años ha ocasionado la desaparición de documentación ya inventariada o, al menos, la falta de control sobre la misma, desconociéndose en la actualidad su paradero.

 

Así, se pueden mencionar, tras el cotejo realizado sobre los libros descritos en el inventario, que faltan los siguientes:

 

- lib. 13 (Libro de Actas de Sesiones Ayuntamiento 1914-1915)

- lib. 42 (Libro de Actas de Sesiones del Ayuntamiento 1981-1983)

- lib. 174 (Hojas de Padrón 1955, D.1.-S.4, 5, 6)

- lib. 175 (Hojas de Padrón 1955, D.1.-S.7, 8)

- lib. 176 (Hojas de Padrón 1955, D.2.-S.1, 2)

- lib. 240 (Libro de Nacimientos 1865-1866)

- lib. 297 (Libro Registro de la Prisión del Partido 1924-1936)

- lib. 300 (Libro del Cementerio clausurado 1827-1907)*

- lib. 301 (Libro de Panteones 1907-1938)

- lib. 302 (Libro de Nichos 1907-1935)

- lib. 303 (Libro de Nichos 1935-1971)

- lib. 304 (Libro de Nichos 1971-1981)

- lib. 305 (Libro de Sepultura 1907-1943)*

- lib. 312 (Libro de las tierras que riegan las aguas de Capileira 1883)

- lib. 313 (Libro de las tierras que riegan las aguas de Alcaudique 1883) y

- lib.374 (Libro de Caja 1936-1937).

            *Los lib. 300 y 305 estaban en Despacho de Registro, donde se llevaba el tema de Cementerios, y fueron reintegrados al Archivo tras las gestiones hechas con dicho Despacho en Transferencia Nº 27, fecha 21 de marzo de 2001.

 

            Espero que estos libros vayan apareciendo en las distintas oficinas porque hayan sido necesitados por algún funcionario o miembro del Ayuntamiento, ya que la documentación, legalmente, no debe salir del edificio municipal y, por supuesto, está excluida del préstamo a los ciudadanos o investigadores, debiendo ser sólo prestado (para su devolución lo más inmediata posible) al personal de la Administración para la consulta destinada a la propia tramitación administrativa.

 

Además hay desaparecida documentación que se encontraba en determinados legajos, como es el caso del leg. 150 (inventarios de Archivo, entre ellos el de 1923, del que ya hemos tratado), el leg. 353 (fotografías) y el leg. 356 (planos).

 

 

·                                PERSONAL A CARGO DEL ARCHIVO:

 

Si bien hasta la fecha en que se cubrió la plaza de Bibliotecario-Archivero, en enero de 2000 mediante concurso-oposición, no había existido ningún personal específicamente encargado de este servicio, tanto los distintos Secretarios como los funcionarios a que se les encomendó en algunos momentos el control sobre los fondos, ninguno tenía conocimientos específicos de la Archivística. Así podemos observar en el acta de la Comisión de Gobierno en que se reconoce la labor prestada en este campo al Auxiliar Administrativo Francisco Bonilla, cómo se valoran sus conocimientos mecanográficos, sin mencionar otro tipo de aptitudes más necesarias para desarrollar labores de “archivero”. También se ve el desconocimiento de algunos Secretarios sobre el valor histórico que le corresponde a los documentos una vez que han perdido su valor administrativo, puesto que son varias las ocasiones en las que se han realizado eliminaciones indiscriminadas de documentos antiguos por unas u otras razones.

 

La preocupación municipal por que el Archivo estuviera dotado de personal especializado se ha dejado ver en las últimas décadas. Durante los años ochenta se creó en la R.P.T. la Plaza de Archivero-Bibliotecario como Técnico Superior, pero ésta se extinguió sin llegar a ocuparse nunca. Más adelante, en 1995, salió la plaza de Bibliotecario-Archivero, como Técnico Medio en la Oferta de Empleo Público, pero no llegó a salir el proceso de oposición para cubrirla. Entre esos dos momentos de interés frustrado por cubrir la plaza fue cuando, José-Leonardo acometió la faena de organización y descripción de los fondos, quien incidió en todo momento en la conveniencia de que la plaza de Técnico de Archivo se cubriera mediante un proceso de selección enfocado a titulados en Biblioteconomía y Documentación, insistiendo en que ello suponía una inversión necesaria para la verdadera protección de nuestro Patrimonio Documental. En 1994 se asignó a un Auxiliar Administrativo dependiente de la Secretaría, José Sedano, la función de control y custodia del Archivo, que quedó interrumpida por su traslado a otras dependencias municipales. En 1997 se convocó un concurso para retomar, con los últimos fondos incluidos en el Archivo, la labor de descripción e instalación iniciada. Se iba a cubrir por un período de tres meses, pero en aquella ocasión, quedó desierta la plaza. Por último, volvió a salir en la Oferta de Empleo Público de 1998 y, en esta ocasión, sí iba en serio. Saldría como Bibliotecario-Archivero, por concurso-oposición, exigiéndose la Diplomatura en Biblioteconomía y Documentación, y sería de Personal Laboral Fijo. Así se convocó en 1999, los exámenes se realizaron en enero de 2000, quedando ocupada desde febrero del   mismo año.

 

Este dilatado e intenso proceso para llegar a tener en el Ayuntamiento una persona encargada del Archivo de forma fija y con conocimientos específicos en la materia se puede considerar una decisión muy importante a la hora de dotar al patrimonio documental de Berja de los medios necesarios para su control, seguridad y difusión, posibilitando el conocimiento del Archivo a todos los ciudadanos, sin que esto ocasione pérdidas ni perjuicio alguno sobre el valioso patrimonio que custodia.

 

·                                RESTAURACIÓN:

 

Esta es otra de las actuaciones que se han llevado a cabo sobre los fondos más valiosos de los que constituyen el patrimonio documental. De estas actuaciones ya hemos tratado al describir los documentos concretos sobre los que se llevaron a cabo.

 

Hay que reconocer aquí, como se viene haciendo a lo largo de todo el trabajo, que los historiadores, conocedores del fondo documental, han hecho posible, en muchos casos, las intervenciones realizadas sobre el mismo, siendo el motor de empuje de la revalorización del patrimonio documental municipal, a falta de personal directamente responsable.

 

·                                DIFUSIÓN:

 

También en este aspecto se han desarrollado importantes actuaciones municipales que han contribuido a la puesta en valor del patrimonio documental municipal.

 

Entre ellas podemos recoger aquí las siguientes:

 

-       Adquisición de una urna para la exposición permanente de los documentos históricos más antiguos y valorados, es decir, para custodiarlos, dado su cierre de seguridad que lo protege, y a la vez, darlos a conocer a todos los ciudadanos. Esta urna guarda estos libros de forma permanente, cerrados para evitar que sobre ellos actúe de forma degradante la luz natural que día a día iría haciendo mella en las tintas y el papel. La urna ha permanecido mucho tiempo en lugar más visible pero, a la vez, más perjudicial para los documentos. Ahora, de forma provisional, se encuentra en el hueco de la escalera del Ayuntamiento, lugar poco accesible, pero que protege más de los rayos lumínicos a los libros.

No obstante, creo que su exposición permanente debería evitarse y en el momento en que existan unas condiciones más idóneas para la conservación de los mismos, se tomarán las medidas oportunas, utilizando este medio expositivo para difundir el Patrimonio Documental de forma esporádica, variando los documentos, mostrándolos abiertos para dar a conocer realmente su contenido, en relación a determinadas temáticas que motiven su exposición, con lo cual, resultará más atractivo y, a la vez, más consecuente con la perdurabilidad de los fondos.

 

-                                 La Guía e inventario de los archivos municipales de Berja y Benínar, que ya ha sido descrita aquí, fue editada en 1992, aprovechando los actos del Quinto Centenario Homenaje a Antonio de Berrío. Éste fue un año prolífico en intervenciones sobre el Patrimonio Documental. Es el único proyecto desarrollado sobre toda la documentación existente en el Archivo y constituye el más necesario para la protección del mismo, ya que todos los demás afectan sólo a los fondos anteriores al S. XIX. No voy a tratar más sobre esta aportación, aunque sí reitero su valor por la consideración global del Archivo.

 

-                                 La transcripción del Libro de Apeos y Repartimiento. También en 1992, el profesor Juan E. Foulquiet Sánchez, natural de Cuevas de Almanzora, provincia de Almería, sacó a la luz el libro titulado El repartimiento y la repoblación de Berja y Adra en el siglo XVI, editado por Unicaja con la colaboración del Ayuntamiento en su impresión. Este libro también se publicó aprovechando los actos del Quinto Centenario, por lo que hay que reconocer el interés de la Comisión creada a tal fin en difundir y proteger los documentos existentes en Berja de la época moderna.

El libro está formado por dos volúmenes, recogiendo en el primero todos los estudios e investigaciones sobre el repartimiento y la repoblación y en el segundo la transcripción, en su totalidad (401 folios), del documento que se conserva en nuestro Archivo. Está complementado con una gran cantidad de índices onomásticos y toponímicos que remiten al folio en que dicho término aparece, con lo cual constituye una valiosísima fuente de conocimiento y acercamiento al documento original.

 

-                                 Otra de las actuaciones conmemorativas del Quinto Centenario, fue la impresión de unas tarjetas de Navidad del Ayuntamiento, en las que se reproducía el plano del territorio de la villa de Berja que aparece en el libro 1 del Marqués de la Ensenada (A.M.B. lib. 263), en su folio 13. De esta manera se da a conocer el Patrimonio Documental y se presenta ante la gente como algo valioso que merece la pena mostrar y conocer, vinculado a los hechos históricos que se conmemoran.

 

-                                 Aprender con el archivo municipal: la vida cotidiana en Berja de 1617 a 1627. El autor de este trabajo, Pedro Ponce Molina, natural de Murcia pero gran conocedor del Archivo Municipal de Berja, quien considera de enorme interés los documentos modernos que en él se conservan, es profesor de Historia de Enseñanza Secundaria. Con esta valiosa aportación, acerca el patrimonio documental al ámbito educativo, con lo que la puesta en valor del mismo queda vinculada a todo el patrimonio histórico y, básicamente, se utiliza para reconstruir la historia general en base a la historia local o comprender mejor los procesos históricos, las crisis sociales, económicas, etc., a través del conocimiento de  las manifestaciones concretas de estos procesos en la vida cotidiana de las gentes de Berja. Este proyecto curricular de historia se basa en el estudio de determinados documentos (actas de sesiones) que se recogen en el Libro de Actas de Cabildo de la villa de Berja, de 1599 a 1627, del que ya se ha hablado (A.M.B. lib. 1). La interesante forma de plantear el estudio de la historia a los alumnos de secundaria ha merecido el Primer Premio del XII Concurso Joaquín Guichot, en 1998, otorgado por la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía, la cual ha publicado dicho trabajo en el año 2000. Esta obra fue presentada por su autor en Berja también en ese año. Esta forma de dar a conocer el patrimonio documental vinculándolo a la historia general, a la historia local y a los intereses de la población de Berja como muestra de curiosidades, anécdotas, actos, etc, representa un valiosísimo esfuerzo por integrar este tipo de patrimonio al conjunto histórico y, sobre todo, por difundir entre los más jóvenes, la importancia del mismo para enseñarles a respetarlo, a utilizarlo y a valorarlo.

Durante el curso 2000/01 el autor del proyecto puso en marcha la experiencia con alumnos de 4º de ESO del IES “Pablo Ruiz Picasso” de El Ejido en que impartía clases, la cual fue objeto de interés por parte de la televisión andaluza, realizándose un programa sobre la misma, que se emitió en pantalla en el programa “El club de las ideas” el día 11 de junio pasado. La experiencia ha sido valorada por dicho profesor de forma muy positiva, ya que a los alumnos le ha encantado y han tenido la oportunidad de participar activamente, dando actualidad a acontecimientos de muchos siglos atrás.

 

-                                 La más reciente actuación sobre el Patrimonio Documental de Berja, ya culminada, con la cual se favorece enormemente la difusión y la valorización de dicho patrimonio, ha sido la realización de un CD ROM que recoge el texto íntegro de los documentos ya descritos en este trabajo, es decir, el Libro de Actas de Cabildo, el Libro de Apeos y Repartimiento, los tres libros del Catastro del Marqués de la Ensenada y el Libro de Ejecutoria de Hidalguía de la familia Enciso.

De nuevo vemos aquí el interés del CVEH por la valoración del patrimonio, por su protección, dado que la consulta del CDROM evita el manejo constante e indiscriminado de los documentos originales.

            El Centro virgitano realizó los trámites oportunos para mover el interés del Ayuntamiento en una intervención de tal envergadura, consiguiendo su autorización mediante acuerdo plenario de 2 de agosto de 1999, en cuya financiación económica contribuyó también la Diputación de Almería corriendo con parte de los gastos del microfilm que sirvió de base a la elaboración del CDROM, que comenzó en septiembre del mismo año.

            Se trata de una obra titulada Patrimonio documental de Berja (Almería), editada por el CVEH, quien tiene los derechos sobre la misma, y producida por el Grupo Backup, empresa de Madrid que ya ha realizado trabajos de este tipo sobre documentos históricos de archivos. Consta de dos discos. En el primero se recoge una presentación de la obra por Manuel Ceba Pleguezuelos, entonces Alcalde de Berja; una introducción, elaborada por Valeriano Sánchez Ramos y José-Leonardo Ruiz Sánchez, en la cual se basa la descripción dada aquí de los distintos documentos; y la copia íntegra del Libro de Apeo y Repartimiento de Adra y Berja. En el segundo disco se reproducen los otros tres libros. 

            El visionado de los documentos es muy bueno ya que tiene gran calidad de imagen, y la posibilidad de ampliar o reducir y de movimiento por la página es muy amplia, facilitando la lectura, en muchos casos, mejor que si se tratara del documento original.

            La facilidad de reproducción de las páginas seleccionadas es la que ya conocemos en la tecnología informática, con lo cual, se ofrece con este trabajo un medio técnico muy válido para el apoyo a la  investigación, a la educación y para el conocimiento de nuestro patrimonio documental por cualquier persona que desee acercarse a él.

            Este CDROM está a la venta y, por supuesto, se puede consultar en el Archivo Municipal y en la Biblioteca Pública de Berja.

 

 

         3.- ACTUACIONES EMPRENDIDAS Y PROYECTADAS SOBRE EL PATRIMONIO DOCUMENTAL DESDE EL AÑO 2000

 

            Como ya se ha mencionado, en febrero de 2000 se ocupó la plaza de Bibliotecaria-Archivera y a partir de esa fecha se comenzaron a dar los primeros pasos para convertir el conjunto documental municipal en un auténtico Archivo, es decir,  dotarlo de las condiciones idóneas y necesarias para que, cuando se hable del Archivo de Berja, se esté hablando de un auténtico archivo que, como sabemos, es la documentación organizada, es un edificio apto para la conservación y el servicio de la documentación, y es una institución que trata esta documentación y hace posible su difusión.

            Pese a que la legislación estatal sobre régimen local ha excluido el servicio de archivo de la relación de servicios municipales obligatorios, es muy importante dotarlos de un archivero y de unas condiciones mínimas de instalaciones y equipamiento, los cuales, mientras no sean obligatorios por parte de la legislación autonómica (al menos en municipios mayores, como es el caso de la legislación de la Comunidad de Madrid) deberá cubrirse en base al interés que demuestre la propia administración local por este servicio.

            En el caso concreto de Berja, una vez demostrada la preocupación por este servicio, dotándolo de personal, y antes de enfocar nuestros esfuerzos en la difusión del patrimonio, ha sido básico dotar al Archivo de unas instalaciones mínimas, de momento sólo en lo referente al espacio, el cual era tan reducido que impedía totalmente tratar la documentación almacenada sin ningún tipo de organización, así como seguir recepcionando nuevas remesas documentales. Así se creó un nuevo depósito en que se ha albergado la documentación del Archivo de Benínar y los legajos del 1 al 360 del Archivo de Berja, así como los Boletines Oficiales, es decir, documentación organizada, descrita y debidamente instalada.

            De este modo ha quedado espacio libre en el depósito que ya existía para poder realizar las tareas de clasificación y ordenación previas a toda descripción.

            Además se ha dotado al Archivo de espacios para el trabajo técnico y administrativo. No obstante, hay que decir que esta ubicación es provisional y se prevé el traslado definitivo a la planta baja del edificio en que se podrá dotar de las condiciones realmente apropiadas y necesarias para un servicio reconocido y de calidad.

 

            Otro paso necesario para continuar las labores archivísticas ha sido la adquisición de material adecuado para la instalación de los documentos.

 

            Y como punto de inicio en la consideración del Archivo como un servicio municipal útil para toda la Administración, se realizó en junio de 2000 un Curso de Formación en Archivos de Oficina, dentro del Plan de Formación de Diputación de Almería, cuyos objetivos básicos fueron dar unas pautas de organización de los documentos en las propias oficinas, dar a conocer las funciones del Archivo y del archivero dentro del Ayuntamiento, los servicios que se ofrecen y las relaciones que se generan entre oficinas y archivo para que los trámites de las transferencias documentales fueran acertadas y facilitaran la labor de ambos.

            Este curso, al que asistió un porcentaje considerable de personal del Ayuntamiento, resultó muy interesante para el alumnado, motivado, en gran medida, por la profesionalidad con que Josefa Balsells, Archivera-Bibliotecaria de la Diputación de Almería, que impartió la mayor parte del curso, encauzó la transmisión de conocimientos, y a quien aprovecho para agradecer su incansable colaboración, apoyo e interés por el Archivo Municipal de Berja, mostrado desde los primeros trabajos realizados sobre él.

 

            Una vez que el personal del Ayuntamiento se familiariza con la nueva posición del Archivo que deja de ser un almacén en el que entran y salen personas y documentos, sin más, y comprenden que hay que respetar unas normas de control y servicio mínimas, como en cualquier otro archivo conocido para ellos, se van introduciendo desde nuestro servicio los documentos básicos de control de movimiento de fondos, registro de préstamo, registro de entrada de documentos, relaciones de entrega de documentos transferidos, hojas de estadísticas, fichas de investigadores, etc.

 

            Otra de las medidas adoptadas para mejorar las instalaciones y el servicio fue la solicitud de subvención a la Junta de Andalucía con la cual se ha ampliado el número de estanterías y se ha conseguido una destructora de papel y equipo informático básico para comenzar la automatización de la descripción.

 

            Hasta el año 2000 se habían realizado políticas de actuación ocasionales y limitadas básicamente al tratamiento de documentos históricos. Desde ese momento, la pretensión es realizar actuaciones de carácter permanente, que perseguirán un tratamiento integral de la documentación, contemplando el archivo como un sistema único que incluye todas las etapas de la vida de los documentos, insistiendo en la etapa de gestión administrativa, básica para resolver el problema archivístico encontrado.

 

            La principal actuación que se ha de llevar a cabo respecto al patrimonio documental es mantener actualizado el inventario, ya que la descripción de los documentos hace posible el conocimiento de los mismos, dotándolos de las condiciones básicas de control para su conservación y difusión, lo que repercute en la totalidad del conjunto documental municipal.

 

            La descripción se complementará con los índices necesarios para permitir la mayor accesibilidad de los documentos y se enmarcará en un cuadro de clasificación que en principio respetará el adoptado para el fondo inventariado, pero que irá perfilándose hasta crearse un cuadro que refleje de forma más estable los tipos documentales municipales que se generan en nuestro Ayuntamiento, el cual se acompañara de las necesarias tablas de equivalencia que impidan la pérdida de información motivada por lagunas de desfase en la terminología y clasificación nueva frente a la antigua.

 

            Respecto a la descripción automatizada creo que hemos dado un paso importante para la minimización de medios necesarios, aprovechamiento de recursos de otras instituciones y uniformidad en las descripciones. Se trata de haber adoptado el programa de descripción realizado en el Departamento de Informática de Diputación de

Almería, para la formación de la base de datos que recoge el inventario de fondos del Archivo de Diputación, constituyéndose una nueva base de datos vacía para la realización del inventario automatizado de nuestro archivo, con lo cual seguirá las mismas pautas descriptivas que aquel. El Archivo de Berja es el único de la provincia, hasta el momento, que se beneficia de la conexión a la red provincial para utilizar este programa de archivo, lo que considero muy positivo, básicamente porque los medios de que se dispone en los Ayuntamientos, generalmente impiden la adquisición de programas adecuados para la descripción en base a las normas ISAD, lo que ocasiona que cada uno actúe por libre según su propio criterio, sus conocimientos y posibilidades.

 

            En caso de que otros Ayuntamientos adoptaran esta solución, el programa se podría ir mejorando, así como ampliar sus posibilidades para que todos pudiéramos beneficiarnos de la misma mejora de servicios.

 

            OTRAS ACCIONES SOBRE EL PATRIMONIO DOCUMENTAL COMO PARTE INTEGRANTE DEL CONJUNTO HISTÓRICO:

 

            1.- PROCESO DE RESTAURACIÓN Y ENCUADERNACIÓN DE DOCUMENTOS HISTÓRICOS DETERIORADOS.

 

            Hoy está abierto el expediente de restauración del Libro de Actas de Sesiones de Cabildo y de encuadernación del Libro de Ejecutoria de Hidalguía de la familia Enciso cuya intervención habrá de ser realizada por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico a quien se le ha solicitado, y el cual ya ha reconocido la necesidad de dicha intervención, estando ahora a la espera de que tal institución cuente con los medios tecnológicos necesarios para llevarla a cabo.

 

            2.- CONSIDERACIÓN DE LA BIBLIOTECA Y EL ARCHIVO MUNICIPALES COMO DOS SECCIONES DE UN MISMO SERVICIO.

 

            El hecho de que se haya dotado la plaza de Bibliotecario-Archivero, hace necesario que ambos servicios sean tratados de forma conjunta, ya que el personal que los gestiona es el mismo. Pese a que cada uno de ellos de forma independiente tiene unas funciones y unas necesidades concretas muy diferentes y que exigen la permanencia de un personal especializado a tiempo completo, con lo que el desarrollo de ambos sería mucho más prolífero, hay que estimar positivamente el hecho de que los recursos municipales hayan cubierto esta carencia de la forma más permisible, con lo que debemos intentar encontrar los puntos comunes entre ambos servicios para dotarlos de unidad y coherencia. En lo referente al aspecto que aquí estamos tratando, concretamente la consideración del patrimonio documental como parte integrante del patrimonio histórico, la Biblioteca también custodia otro tipo de patrimonio histórico, el bibliográfico, y en el caso concreto de Berja, custodia un gran número de obras, alrededor de unas 4000 anteriores a 1958, destacando entre ellas algunas del S. XIX como La Biblia de Scío o Vulgata latina de Felipe Scío de San Miguel, de 1848, en cinco tomos, el Diccionario latino-español reformado de Valbuena, de 1853, o el Diccionario enciclopédico de la lengua española, de 1870.

 

            Ambos patrimonios, deben ser conservados de forma adecuada e insisto en la transcendencia de su descripción, de manera que su difusión sea posible.

 

            De forma conjunta con la Biblioteca, el Archivo trabaja además de en la descripción de su riqueza documental y bibliográfica, en los siguientes proyectos:

 

-                                 La formación de una sección de temas locales que incluirá las publicaciones bibliográficas realizadas en Berja o sobre Berja, un dossier de prensa local en el que se irán encuadernando en volúmenes, todas las noticias publicadas en prensa que hagan referencia o mención de Berja (este trabajo de vaciado de prensa se viene desarrollando desde años atrás, estando particularmente completo desde 1990), así como la colección de folletos, catálogos, carteles, etc. impresos en Berja o sobre temas de Berja, actividades organizadas o desarrolladas en Berja, etc. Para este proyecto se requiere la colaboración de todos los organismos, entidades, instituciones, colectivos, etc, de la localidad que deberán contribuir entregando algún ejemplar de dichos impresos, para formar un fondo completo e interesante. Cualquier proyecto relacionado con la vida local repercute en la valoración de nuestro patrimonio, puesto que facilita de forma conjunta una información que cobra interés con el paso del tiempo y constituye, además, un medio de difusión del presente y para el recuerdo de todo lo acontecido en el municipio.

 

-                                 Confección de marcapáginas para Biblioteca y Archivo, cuyo motivo ornamental sea atractivo y relacionado con el contenido de estos servicios. En el caso de la Biblioteca se realizó con motivo del Día del Libro de 2000, plasmando el lomo de un libro y recogiendo información básica sobre el servicio. En el Archivo también constituiría una medida de difusión del mismo aprovechando la ilustración de algún documento que tenga especial belleza e interés e igualmente dando información sobre horario, teléfono... Este es un medio de difusión sencillo y atractivo, al igual que vimos las tarjetas de Navidad, que podrían repetirse otros años para seguir poniendo en manos de la gente parte de nuestro patrimonio documental. De igual forma a ésta expresada, una manera de dar valor a nuestro Patrimonio Documental es realizando ediciones facsímiles de documentos bellos y valiosos conservados en pergamino o papel con características especiales, los cuales se podrían regalar por nuestro Ayuntamiento en los actos culturales o protocolarios. Éstas son ideas aún no puestas en práctica, pero que considero repercutirían de gran modo en un acercamiento del Archivo al público en general, y a un reconocimiento del patrimonio que custodia.

 

-                                 La realización de un tríptico informativo sobre el servicio de archivo. En Biblioteca se realizó uno con motivo del 50 aniversario de la misma, del cual no quedan ejemplares y se están facilitando fotocopias a quien desee información sucinta sobre ella. Pero en ambos servicios se hace necesario transmitir de forma breve y clara su historia, sus funciones y los servicios que ofrecen. Este tipo de información es muy frecuente en todos los edificios históricos, museos, monumentos, etc. y de igual utilidad en archivos y bibliotecas. El Archivo de Berja recoge este tipo de información en la Guía publicada junto al Inventario.

 

Para todo este tipo de actuaciones se requieren recursos económicos mínimos, y a medida en que se revalorice y se dé a conocer, el Archivo se podrá constituir como un medio más de la oferta cultural, histórica y patrimonial de Berja, entrando a formar parte en las políticas de difusión de cara al turismo cultural, a la formación educativa y a otros sectores.

 

La Biblioteca tiene las mismas posibilidades en el ámbito del patrimonio, puesto que su fondo histórico es de gran valor y puede ofrecer un interés importante a los curiosos de las letras, eruditos, historiadores e investigadores.

 

Del mismo modo en que la Biblioteca oferta con frecuencia la posibilidad de conocerla, a alumnos de centros educativos, en visitas organizadas de forma conjunta  entre colegios y biblioteca, o a solicitud de aquellos, el Archivo podría ofrecer la misma posibilidad, como hemos visto por ejemplo, con el trabajo de Pedro Ponce para alumnos de enseñanza secundaria sobre documentos municipales. Ahora mismo tenemos el inconveniente de las instalaciones, que son totalmente inadecuadas para recibir grupos de gente, tanto en el ámbito turístico como educativo, pero es una actuación que quiero recoger aquí porque está en proyecto la instalación del Archivo en la planta baja del Ayuntamiento donde tendría un espacio mucho mayor que el actual y unas mejores condiciones, una accesibilidad, tanto para la propia Administración, como para ciudadanos, investigadores o grupos numerosos, que sin duda contribuiría aún más a su consideración como institución cultural y a su difusión y, a la vez, una mayor cercanía al edificio de la Biblioteca, separadas sus puertas por tan solo 50 metros, lo cual les daría aún una mayor conexión y razón de ser común. Será entonces, cuando contemos con estas nuevas instalaciones y un mobiliario adecuado, cuando comenzaremos a trabajar con grupos del Instituto, para realizar actividades concretas del conocimiento de la historia local, de la realidad social, de la problemática económica, la tradición, la cultura, etc.

 

Como medida de difusión del patrimonio a más largo plazo, está la posibilidad de crear, dentro de la página web del Ayuntamiento, que está en fase de realización, un nexo al Servicio de Archivo y de Biblioteca, con información sobre los mismos, acceso al CDROM del patrimonio documental en red, a documentación que se escanee, a catálogos, inventarios... Pero esto requiere los pasos previos de formación de página web del Ayuntamiento y de descripción automatizada, lo que se llevará su tiempo, por lo que podemos considerarlo un proyecto a largo plazo y aún muy condicionado por las posibilidades de recursos con los que se vaya dotando nuestro servicio. De momento la inclusión de becarios, estudiantes de Biblioteconomía y Documentación como equipo de apoyo técnico constituye un avance y una muestra del interés despertado a nivel político, por el resurgir del servicio.

 

No vamos a meternos ahora en enumerar otras actuaciones de difusión que se podrían llevar de forma conjunta con la puesta en valor de otros patrimonios históricos, como la realización de exposiciones, conferencias, cursos de formación, visitas, inauguración de edificios restaurados o instituciones de nueva creación como el previsto museo etnológico, etc., puesto que es hablar de ideas, no de proyectos ni estudios, pero sí quiero concluir diciendo que el Archivo está totalmente abierto a la colaboración con otras instituciones y organismos que disponen de los medios necesarios y que ya vienen trabajando en este tipo de objetivos de revalorización de nuestro Patrimonio, aportando tanto documentos para exposiciones como información y apoyo técnico.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

 

·        FOULQUIET SÁNCHEZ, Juan Emilio. El repartimiento y la repoblación de Berja y Adra en el siglo XVI, Almería, Unicaja, 1992. (2 vol.)

·        Patrimonio documental de Berja (Almería) [Material informático], Berja (Almería), Centro Virgitano de Estudios Históricos, D.L. 2000. (2 CDROMs)

·        PONCE MOLINA, Pedro. Aprender con el archivo municipal: la vida cotidiana en Berja de 1617 a 1627 [Primer premio del XII Concurso Joaquín Guichot de 1998], Sevilla, Consejería de Educación y Ciencia, D.L. 2000.

·        RUIZ SÁNCHEZ, José-Leonardo. Guía e inventario de los archivos municipales de Berja y de Benínar (Almería), Almería, Instituto de Estudios Almerienses, imp. 1992.

·        RUIZ SÁNCHEZ, José-Leonardo. El Archivo Municipal de Berja. En: Sierra de Gádor : periódico de información local del Ayuntamiento de Berja, n. 6 (marzo-abr. 1993)