Con ocho años ingresó en el asilo de San Rafael, de la orden hospitalaria de San Juan de Dios, en Granada, donde comenzó sus estudios. En 1916 pasó a la Escolanía de Ciempozuelos, donde profesó como novicio en 1919, cambiando su nombre de pila de Enrique por el de Cecilio. Hizo los votos solemnes en 1923. Tuvo que abandonar sus estudios sacerdotales por una enfermedad pulmonar y fue trasladado a Colombia, donde curó. Trabajando en el Hospital de San José, destacó entre enfermos y doctores y, al marcharse su orden, se le pidió que abandonase a sus hermanos para quedarse en el Hospital. Desde la Colonia de Mendigos de Sibaté, volvió a España en 1935, destinado a la comunidad del Instituto de San José para epilépticos, en Carabanchel Alto (Madrid), donde, además de atender enfermos, destacó intelectualmente con sus responsabilidades en el Archivo-Museo Interprovincial, la revista Caridad y Ciencia y la fundación de su Hospital. Murió asesinado al inició de la Guerra Civil. Con sus compañeros mártires, fue beatificado en Roma en 1992.