En 1936 fue el organizador del sindicato de la CNT en Zurgena, desempeñando los cargos de concejal y teniente de alcalde, así como delegado de Abastos. Después fue enviado al frente, donde alcanzó la graduación de teniente y destinado al Batallón Disciplinario nº 3 del ejército republicano. Al producirse el derrumbamiento del frente de Andalucía, cruzó las líneas enemigas por Órgiva, donde fue detenido y enviado al castillo de Cuevas de Almanzora para ser procesado, lugar del que se fugó rompiendo un muro interior del castillo y descolgándose por las murallas, comenzando de esta forma su vida en la guerrilla.

      En abril de 1941 su actividad ya era notoria, por este motivo se montaron servicios de apostadero en diferentes parajes de Zurgena al objeto de procurar su aprensión, al tiempo que fueron desplazados de su lugar de residencia todos aquellos que eran sospechosos de estar colaborando con la partida. Finalmente fue localizado (14-IX-1941) en el cortijo Lorrán (Oria), siendo cercado por la Guardia Civil, que empezó el ataque con tiro de fusilería y bombas de mano, aunque consiguió romper el cerco y evadirse. Pero la Guardia Civil recibe información sobre el paradero del Carbonero: el 7-XI-1941, una patrulla dedicada a la persecución de huidos se presentó en la Majada de los Masegosas (Cúllar Baza, Granada), donde se había refugiado en una cueva. Se cercó el lugar y se realizaron disparos de pistola hacia una ventana, que fueron contestados desde el interior por Antonio Manchón, sin apercibirse de que en la fachada había un guardia civil, que, a indicación del mando, lanzó una bomba de mano al interior de la misma que produjo la muerte del guerrillero e hirió de gravedad a una joven que le acompañaba, que contaba 18 años de edad y falleció al ser conducida a Cúllar Baza.