Juez. De padre huercalense y madre de Albox, fue el primogénito de seis hermanos formados todos en un ambiente familiar marcado por su madre, Manuela Jiménez Gallego, primera mujer almeriense que consiguió el título de bachiller. Junto a su hermano José, estudió la licenciatura de Derecho en Granada, donde coincidió con Federico García Lorca, de cuya relación habla profusamente en unas memorias inéditas que dejó escritas antes de su muerte en Jaén en febrero de 1984. José consiguió la oposición de Registrador de la Propiedad, que ejercería en Sorbas y Lorca; y Ginés, la de Juez, consiguiendo su oposición en 1922, tras lo que ejerció en Gérgal, Huércal Overa, Villacarrillo, Baza y Lorca, pasando luego, como Presidente de Sección, por las audiencias de Almería, Murcia y Madrid, alcanzando la presidencia de Las Palmas, Zaragoza y Sevilla, terminando como magistrado de la Sección Quinta del Supremo y presidente de la Audiencia Territorial de Madrid, donde se jubiló en 1972. En 1946-47 ocupó la presidencia de la Diputación de Almería y un puesto de procurador en Cortes, mostrando su condición primordial de jurista como ponente en la redacción de las Leyes de Arrendamientos Urbanos y Orgánica del Secretariado Judicial. Amante de las Bellas Artes, Parra se sintió muy cercano al Movimiento Indaliano, al que patrocinó desde la Diputación. Obtuvo la Gran Cruz del Mérito Civil y la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort, presidió el Ateneo y fundó una Escuela de Prácticas Jurídicas en Huércal Overa, siendo colegiado de honor por los colegios de abogados de Lorca y Huércal Overa, que le nombró hijo predilecto en 1962. Publicó diversos trabajos sobre la deontología profesional de los hombres de leyes, siendo la más conocida: “Jueces y abogados ante la justicia función” (1958).