Oriundo de Madrid y sacristán de Canjáyar, fue uno de los 72 repobladores que en 1572 se asentaron en la taha de Lúchar tras la guerra de Las Alpujarras. Su figura ocupa un lugar destacado en la historia de la villa, al ser protagonista del hallazgo (19-IV-1611) de la Santa Cruz en el baptisterio de la iglesia, reliquia que contiene piedrecitas de todos los lugares de Palestina y a la que se incorporó en 1958 un lignum crucis que había pertenecido al obispo almeriense Diego Ventaja. El descubrimiento dio lugar al desarrollo de una enorme devoción en torno a la Santa Cruz del Voto que motivan, no sólo la consagración de la parroquia a su advocación y la concesión de privilegios por bulas papales, sino, además, una de las manifestaciones de religiosidad popular más singulares e importantes de Andalucía, que culminan cada 19 de abril con la procesión a la Cruz Blanca.