Abogado. Como periodista publicó numerosos artículos en diversas revistas, si bien su faceta más sobresaliente la encontramos como dramaturgo. Su debut en las tablas tiene lugar en el teatro Jovellanos de Madrid, donde estrena un drama en tres actos, escrito en verso titulado Mártires o delincuentes (1884). A partir de aquí, Pleguezuelo inicia una carrera de vértigo y, en los cuatro años siguientes, estrena las obras: La verdad sin prueba (1885), el monólogo Gloria (1886), Ángel caído y Margarita (1887), y La segunda esposa y Mariana (1888), último gran acierto con el que obtuvo un éxito concluyente. No obstante, su genio creativo parece truncarse, ya que seis años después, su siguiente y último estreno, Al pie de los Pirineos (1894), le reportó un estrepitoso fracaso que conduce al autor a su retirada, sumiéndolo en un absoluto mutismo literario.