Antonio RUBIO GÓMEZ


RUBIO GÓMEZ, Antonio (Granada, 1836 - Almería, 1902). Escritor.


      Profesor y escritor. Residente en Almería desde 1854, fue catedrático de la Escuela Normal, ocupó el puesto de Jefe de Fomento de la provincia (1868 a 1875) y, en 1881, desempañaba la vice-presidencia del Comité posibilista de Almería. Participó asiduamente en las veladas literarias del Liceo, así como en el homenaje a los heridos de la Guerra de África, en 1859. Permaneció vinculado al Ateneo desde 1876, donde colaboró en el Álbum literario de homenaje a Cervantes con una composición y para el que redactó el homenaje póstumo a Domingo Massa y Díez, que publicó en La Crónica Meridional durante 1883. Por último, también olaboró en el Círculo Literario de Almería (1892), en el que pronunció una conferencia, publicada luego en un periódico local, sobre lo que entonces se denominaba “El problema social”.

      Su producción literaria tuvo dos épocas. Una temprana, representada por Represalias, un drama de costumbres en tres actos y en verso, publicado en Madrid (1858), basado en el libreto de la obra de teatro representada en Almería (15-XI-1857). Posteriormente, sus inquietudes estéticas giraron sobre temas costumbristas (Costumbres españolas. El Sr. Francisco Luque, Almería, 1885), a veces con un tono caricaturesco (como la serie “Variedades”, dedicados a diversos tipos almerienses, publicada en La Crónica Meridional en 1881). Poeta aficionado, fue admirador de Pardo Bazán, aunque cultivó la poesía satírica, como los versos dedicados a sus amigos Antonio González Garbín o a Juan Gutiérrez Tovar en La Crónica Meridional de 1880 y 1883, junto a composiciones románticas de tema histórico o costumbrista en la Revista de Almería (1879 a 1884). Tapia afirma que escribió también una novela titulada Ángel, hombre y demonio, de la que se hicieron tres ediciones (la primera en 1881, aunque no hay constancia de ello). Pero, sin duda, la obra de mayor éxito y difusión fue Del mar al cielo. Crónica de un viaje a Sierra Nevada, que incluía como apéndice una reseña científica bastante completa y la Memoria presentada por Carlos Ibáñez para el enlace geodésico y astronómico de Europa y África. La obra, muy del agrado de la burguesía granadina, que gustaba de excursiones alpinas, supuso un rotundo éxito, pues, en el mismo año (1881), conoció dos ediciones (en 1994 fue reeditada en la prestigiosa colección “Sierra Nevada y la Alpujarra”, entre La General de Granada y el Instituto de Estudios Almerienses, con estudio preliminar de Andrés Sánchez Picón). Rubio fue nombrado cronista de la ciudad y, como tal, escribió el relato de la terrible inundación sufrida en 1891 y difundió sus escritos por algunos nacionales como La Nación o El Globo. Fue suegro de Plácido Langle (1882).





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