Abogado y escritor. Hijo del notario
y político abderitano Ramón Sierra Caro, éste lo envía en 1866 a Madrid,
donde le sorprende el alzamiento de los sargentos del cuartel de la Montaña
y donde, en 1867, ve aparecer sus artículos costumbristas en El Cascabel,
de Carlos Frontaura. Vuelto a Adra, ayuda a su padre en la notaría y en
su finca El Cercado. En 1870 publica en Madrid Colección de
poesías, que dedica a Campoamor. Tras un tardío y breve bachillerato
en el instituto almeriense, estudia Derecho en la ciudad de la Alhambra.
Participa en las actividades del Liceo y en la revista El Liceo,
de Granada. En 1873 se licencia con premio extraordinario y, en septiembre
de 1874, se doctora con una tesis sobre el duelo (Duelos, rieptos y
desafíos. Ensayo filosófico-jurídico sobre el duelo, 1878), tras
lo cual es nombrado sustituto de la cátedra de Derecho Civil. Al no conseguir
unas oposiciones a la cátedra de Derecho Mercantil, decide instalarse
en la Corte. En el Ateneo se ve con Julio Burell, Antonio Ledesma Hernández
o José España Lledó. Ingresa en la Sociedad Matritense de Amigos del
País y colabora en el periódico La Mañana. En los Juegos Florales
madrileños de 1878, que celebran la boda de Alfonso XII, obtiene un accésit
por su poema “La Fe” y, ese mismo año, su firma aparece en la Corona
fúnebre, dedicada a la muerte de la joven reina María Mercedes. En
la Revista de España publica un ensayo sobre el duelo y un estudio
sobre Los trovadores de Víctor Balaguer, que parece decidido a
arropar su carrera literaria. Traduce La mort de Nerón, una de
las Tragèdies del catalán y, en 1879, lee en la tertulia de Balaguer
su drama El lazo roto. Invitado por Moreno Nieto, da en el Ateneo
madrileño un recital poético al que asisten Balaguer, Echegaray, Núñez
de Arce y Sánchez Moguel. Es abogado consultor del filipino Jacobo Zóbel
de Zangróniz, que proyecta desecar las marismas de Lebrija, Trebujena
y San Lúcar de Barrameda, sirviéndose de una sociedad anónima de la
que son accionistas banqueros, millonarios y políticos como Cánovas,
Sagasta o Echegaray. Cuando van a estrenarse sus dramas Abén Aboo
y El lazo roto, fallece prematuramente el 27-X-1880.