Enrique SIRET Y CELS


SIRET Y CELS, Enrique (Namur, Bélgica, 1857 - Malaise, 1933). Arqueólogo.


      Ingeniero de minas y arqueólogo. Fue uno de los muchos técnicos europeos que trabajaron en Almería desde la segunda mitad del siglo XIX al primer tercio del XX. Había acabado Ingeniería en 1878 y vino contratado a España inmediatamente para realizar las obras de conducción de aguas de Ballabona a Cuevas, acompañado por su condiscípulo Antonio Pétre, con cuya hermana se casó luego. Las obras se simultanearon con la dirección de un grupo de minas de Sierra Almagrera, sustituyendo a Juan Bautista André.

      Su padre, Adolfo Siret Capiaumont, fue un intelectual belga nacido en Beaumont (1818), director-propietario del Journal des Beaux Arts et de la Literature, de Bruselas; miembro de la Real Academia Belga, contó con la colaboración de su esposa en su labor investigadora. Su obra más importante fue el Dictionarie historique des peintres de toutes les écoles (1848; Lovaina, 1883, 2 vols.) con bastantes ediciones (1866, 1887), que fue traducida al castellano. Había, pues, un ambiente propicio al estudio en la familia.

      En los años setenta, Enrique y Luis, entonces apenas unos adolescentes, acompañaban en sus excavaciones al geólogo A. Rutot, conservador del Museo de Historia Natural de Bruselas, que alcanzó cierta notoriedad al defender la existencia del hombre durante el Terciario. Con él, los Siret se familiarizaron con útiles prehistóricos, pero, sobre todo, con un método eficaz de excavación y evolución de útiles y técnicas. Desde su llegada a Almería, Enrique se topó con los restos del pasado, ya fuera en galerías abandonadas, en sepulturas ‘de los moros’ o en objetos que los lugareños enseñaban a los ingenieros. Cartailhac nos describe este impresionante proceso de descubrimientos: “Un día un campesino le llevó, junto a fragmentos de mineral, algunas puntas de flecha de silex. Otro le señala alrededor de la fuente de agua potable de Cuevas (Fuente Álamo) el sitio donde se decía que un rey moro había sido enterrado con sus riquezas”.

      En compañía de su hermano Luis, recién salido de la Universidad de Lovaina, Enrique Siret compagina los trabajos de abastecimiento de agua a Cuevas (inaugurados el junio de 1882 y completados, más tarde, con la construcción del depósito entre 1885-87) con las excavaciones en algunos yacimientos de Cuevas (Campos, Tres Cabezos, primero; después, Fuente Álamo), cuyas investigaciones, entre otras muchas, presentarán al premio Martorell en 1887.

     Tras emprender la explotación de diversas minas en Parazuelos (Mazarrón, 1883), Enrique regresó a Bélgica en 1886 para casarse. Sólo de tarde en tarde lograba venir nuevamente por tierras almerienses. En Bélgica fue presidente y miembro de honor de la Unión de Ingenieros de las Escuelas Especiales de Lovaina y administrador delegado de la Revista General. Perteneció a la Orden de Leopoldo. Por influencia de su suegro pasó a dirigir los ferrocarriles de los Grandes Lagos del Congo, los ferrocarriles vecinales belgas y, más tarde, a trabajar en el campo puramente industrial con las papelerías generales de Bélgica y la Unión Allumettiére.




Cara Barrionuevo, Lorenzo





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