Francisco Javier MIER Y CAMPILLO


MIER Y CAMPILLO, Francisco Javier (Alles, Peñamellera Alta, Asturias, 1748 - Madrid, 1818). Político.


      Diputado a Cortes por el Reino de Granada en 1813-1814. Francisco Javier Mier y Campillo nació en Alles, lugar perteneciente al municipio de Peñamellera Alta (Asturias), el 18 de febrero de 1748 y falleció en Madrid el 12 de mayo de 1818. Fue enterrado en el madrileño convento de Santo Domingo.

      Sus padres fueron José Mier y Josefa Campillo Cossío. Estudió en la Universidad de Valladolid, donde se graduó de Bachiller de Filosofía en 1768 y de Teología en 1771. Alcanzó la licenciatura y el grado de doctor en la Universidad de Santo Tomás de Ávila en 1772. Clérigo de primera tonsura en 1773, fue ordenado posteriormente presbítero. Formó parte del Claustro de la Universidad de Valladolid. Regentó la Magistralía de Valladolid y, después, pasó a la dignidad de Canónigo y Tesorero en la Iglesia Metropolitana de Santiago de Compostela. Fue arcediano de Calatrava, dignidad de la Iglesia Primada de Toledo y canónigo de la Iglesia Metropolitana de Sevilla. El rey Carlos IV lo propuso para cubrir la sede episcopal de Almería, vacante tras el fallecimiento de fray Juan Antonio de la Virgen María, y el Papa Pío VII lo promovió a obispo de dicha diócesis en el consistorio de 24 de mayo de 1802. Llegó a Almería el 10 de enero de 1803. Su pontificado duró trece años y siete meses. Fue condecorado con la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III por el rey Fernando VII en 1815. Su renuncia como obispo de Almería fue aceptada por el Papa en diciembre de 1815.

      Las causas naturales y la agitación política del período repercutieron gravemente en su labor pastoral. Aterrorizado por los terremotos que se produjeron en Almería, estableció su residencia en Vélez Rubio en mayo de 1804 y desde allí gobernó la diócesis hasta 1809. Hizo una firme oposición a los franceses. Presidió la Junta Local de Defensa de Vélez Rubio en 1808. Cuando los franceses avanzaron por el camino de Baza a Lorca huyó y fijó residencia unas veces en Cartagena y otras en Mojácar. Se negó a prestar juramento al rey José Bonaparte y los franceses declararon nulos los nombramientos realizados por el obispo, declararon la sede vacante y ordenaron al Cabildo catedralicio nombrar un Vicario Capitular.

      Fue elegido diputado para las Cortes ordinarias por la provincia de Granada el 19 de abril de 1813, en las que mantuvo unas claras posiciones tradicionalistas. Firmó el Manifiesto de los Persas de 12 del abril de 1814, solicitando a Fernando VII el retorno al Antiguo Régimen y la abolición de la legislación de las Cortes de Cádiz. Restablecido el Absolutismo y el Tribunal de la Inquisición por Fernando VII, fue nombrado Inquisidor General el 29 de julio de 1814. Sería el penúltimo de los inquisidores generales españoles. Ejerció el cargo de Inquisidor General hasta 1818, año de su muerte en Madrid.




Martínez López, Fernando





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