Áhmad IBN AL-YATIM  AL-ANDARASHI


IBN AL-YATIM AL-ANDARASHI, Áhmad (Valencia o Laujar de Andarax, Sin datos - Almería , 1185). Tradicionista y maestro.


[Abú l-Abbás o Abú Yaáfar Áhmad b. Muhámmad b. Abdallah b. Áhmad fue conocido como Ibn al-Yatim (el descendiente del huérfano), al-Balansi (el valenciano) –no falta quien añada "Ibn" a este apelativo, de forma que sería el hijo del valenciano-, al-Andarashi (el de Andarax). Su familia pudo ser una de las que se marcharon de Valencia cuando el Cid Campeador la tomó a finales del siglo XI y su intento de ser el Señor de cristianos y musulmanes resultó fallido. En su caso, se establecieron en la región de Laujar de Andarax, donde él pudo haber nacido.

Su corta genealogía, que se remonta a tres generaciones atrás, con los nombres más habituales en al-Ándalus y el que portara el gentilicio árabe de al-Ansari, el más común y uno de los más genéricos, hace pensar que pertenecía a una familia hispana que se islamizó en el siglo X.

De lo que no cabe duda es que vivió en Almería, donde creció y se formó con grandes maestros de la época almorávide, entre ellos Ibn Ward, ar-Rushati, Ibn Atiya, Ibn Ujt Gánim y un largo etcétera en el que no faltaron prestigiosos maestros de otras latitudes como el jurista sevillano Ibn al-Árabi al-Maáfiri y el lingüísta Ibn al-Sid al-Batalyawsi. Fue discípulo del sufí almeriense Ibn al-Arif y también de Ibn Yasaún al-Shanasi.

Hubo de trasladarse a Málaga a raíz de la cruzada que tomó Almería en 1147. Allí enseñaba en la mezquita de al-Attarín (los drogueros), siendo numerosos los discípulos que tuvo. Volvió a Almería tras la toma de la ciudad por los almohades y continuó su labor docente en la Aljama almeriense. Fue transmisor de hadices, libros de gramática y de bellas letras.

Falleció en Almería en noviembre o diciembre de 1185 y fue enterrado en el cementerio situado en el exterior de la Puerta de Pechina, al Este, junto al muro occidental de la rábita de al-Jushayni (en el solar que hoy ocupa la iglesia de San Sebastián), siendo colocada una lápida de mármol en su tumba, que no se ha conservado.

Tuvo al menos un hijo, Muhámmad, que siguió los pasos del padre en el ámbito intelectual.

 

Bibliografía:

VELÁZQUEZ BA­SAN­TA, F. N., "Al-Imāra al-Andarašīya: Un principa­do andalusí tres veces fallido", MEAH, 58 (2009), 305-51.

 

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Lirola Delgado Jorge





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