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Abla en lo siglos XVIII y XIX

La imagen demográfica y económica de Abla a mediados del siglo XVIII aparece documentada en el Catastro de Ensenada de la localidad de 1752, donde constan registradas 458 viviendas y censados 1.622 habitantes, dedicados principalmente a la agricultura y ganadería.
La agricultura comprende 1.579 fanegas de regadío, 1.280 fgs. de secano (sin contar las 43 fgs. de tierra inútil) y 112 fgs. dedicadas a viñas. Se computan 3.975 morales, 4.114 olivos y 3.299 frutales. En ganadería figuran 380 cabezas de vacuno, 14 caballar, 11 mular, 279 asnal, 2.307 cabrío, 385 lanar, 593 cerda y 108 colmenas. La pequeña industria estaba compuesta por 4 tabernas, 3 puestos de aguardiente, 1 mesón, 3 ventas, 1 tienda de especiería, 6 molinos harineros y 2 almazaras. Los oficios se reducían a un médico, un boticario, un sangrador-barbero, un escribano, dos maestros albañiles, dos herreros, 76 jornaleros y el resto de los vecinos figuran como agricultores.
"Xilografía de la villa de Abla . Año 1752 . Catastro de Ensenada"

La llegada del siglo XIX conlleva un período de crisis política marcado con la llegada a la población de las tropas napoleónicas y la desestabilización administrativa del Término de Abla con la segregación en 1834 de las nuevas poblaciones de Doña María, Ocaña y Escúllar. En el plano socio-económico existe un declive de la economía que se agrava con la desamortización de los bienes eclesiásticos, emprendida en los años 1838 y siguientes por el gobierno de Mendizábal, que va a favorecer a unas pocas familias hacendadas que ven aumentar su patrimonio en detrimento de la mayoría de la población que aparece cada vez más pobre. En esta centuria se acometen grandes obras públicas dedicadas a las comunicaciones como los puentes de Las Adelfas (1894) y de Las Juntas destinados al transporte por ferrocarril y carretera respectivamente.
A mediados de este siglo señalado Pascual Madoz facilita una descripción de la villa, señalando que “tiene 383 casas toscas, de dos pisos, elevadas nueve varas sobre el nivel de las calles, que aunque empedradas, son incómodas y mal alineadas; una plaza cuadrilátera en el centro y dos en los estremos; casa capitular, buena cárcel, dos posadas públicas, pósito, iglesia parroquial antiquísima dedicada a la Virgen del Buen Suceso ... con una población de 529 vecinos y 2.117 habitantes”.