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Economía:

El siglo XIX será una época de grandes cambios para Bédar; la actividad minera tendrá gran incidencia marcando una etapa de prosperidad, aún reflejada en las ruinas de la carretera de acceso, pertenecientes al complejo de viviendas e infraestructura de las mismas. Estas se encuentran en la sierra de Bédar siendo la tercera cuenca en importancia de hierro que tenga la provincia, detrás de Filabres y Alhamilla.
Además de yacimientos ferrosos, contaba con recursos de plomo, cinc y cobre. De ellos, el único que tuvo alguna importancia fue la galena. Las minas de plomo se encontraban en el Pinar, que tras la desaparición de éstas se ha transformado en una singular urbanización, donde se han restaurado muchos edificios de aquel viejo distrito minero. Situación análoga ha sucedido en los Pinos donde se explotaron las minas ferruginosas.

"Vista de Bédar"

"Fuentes"

Después del cierre de las minas en los años cincuenta, su principal dedicación es la agricultura.

A consecuencia del transporte mineral se llevaron a cabo diversos avances tecnológicos, en 1888 se colocó el primer clave aéreo de la provincia, que iba desde el Pinar a la playa de Garrucha (donde se había instalado un alto horno en 1860), con una longitud de 15,6 kms., el más largo de Europa en aquella época, y movido por una máquina de vapor. Posteriormente, en 1896 se inauguró la instalación de un ferrocarril de vía estrecha también hasta Garrucha, donde se había construido un embarcadero en la playa para el mineral. La actividad minera se vio sacudida con la primera Guerra Mundial, la crisis de reconversión posterior al conflicto y la depresión de la década de los treinta, que acabaron prácticamente con este sector en Almería.