AtrasAdelante


Aquellos maravillosos años 60

Nunca conoceríamos del todo Mojácar sino hablamos de sus personajes. De aquellos que un día abandonaron sus ciudades y sus países para acariciar esa libertad que el nombre de Mojácar les aseguraba. Ellos, más altos y más rubios que los mojaqueros de nacimiento se convirtieron enseguida en referencia de un modo de vida que rápidamente dio la vuelta al mundo entre la élite del “buen vivir” y del arte.
En un lejano pueblo de la provincia de Almería comenzaron a convivir una escasa población de andaluces agricultores con pintores, escritores, pianistas e incluso con el único torero británico que se conozca.
Personajes que vivieron el descubrimiento de Mojácar allá por los años 60 y que hoy, componen sin duda la imagen del recuerdo más cercano y no por ello menos mítico.
Frederick Mooney ( Fritz). Win Wells, Henry Higgins, Paul Beckett. William Napier… enterrados en el cementerio de Mojácar, donde hoy descansan en paz. bajo el mismo sol y la misma energía que un día les atrajo aquí.


Pero hagamos memoria. Henry Higgins, el primer torero británico y quizás el último. Su primer padrino fue Brian Epstein de Los Beatles, Henry, de madre colombiana, estudió el difícil arte del toreo en España y tomó la alternativa en la Plaza de Fuengirola de manos de Antonio Ordóñez. En sus carteles aparecía bajo el nombre de Enrique Cañadas y dieron la vuelta a diversos lugares de nuestra geografía, al igual que su libro “How to be a Matador”. Dejó el arte del toreo para dedicarse a la representación de productos de importación, y finalmente, amante de las actividades de riesgo, conoció la muerte en Mojácar al precipitarse en ala delta.
Frente a él, en el cementerio Mojaquero, en la zona que aquí llaman “de los ingleses” encontramos a Fritz, el prodigioso pintor Neoyorquino que de pequeño vivió en Hawaii, hippie y anárquico, médico y delineante, que no sólo estuvo en la Guerra de Corea como boina verde, sino que llegó al grado de teniente. Vivió en Camboya y Tailandia. Alguien a quien todos conocen muy bien en Mojácar. Íntimo amigo de Bienvenida, y a quien le contaba que tenia pinturas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y en el Banco de América, aunque Frederick ó Fritz Mooney raramente firmaba sus cuadros.

Win Wells famoso dramaturgo que estableció casa en Mojácar durante muchos años, constituyendo su propio teatro. Autor de obras tan importantes como, ”Gertrude Stein y un Compañero”, estrenada en Mojácar, antes de pasar a Broadway, dónde cosechó importantísimos éxitos y premios. Su Obra “Cante Hondo” basada en el tema Lorca, fue igualmente de importante referente cultural.
El Mariscal de aviación Purcell, héroe de la segunda guerra Mundial, era otro personaje inimitable que convivió en aquellos míticos años 60, así cómo Kate la Irlandesa, que reconocía haber sido pieza clave de la M.I. 5 ( servicio de espionaje británico) y de haberse lanzado en paracaídas en repetidas ocasiones en diversas misiones peligrosas, en fuego cruzado.. Cerca, y amenizando este cementerio variopinto y multiétnico, Mike ( Solo) Connolly, lider del grupo británico “Flying Vultures”.
Y no podemos olvidar al irrepetible William (Bill) Nappier, famoso industrial británico que terminó sus días en Mojácar, no sin antes invitar y ejercer de anfitrión en una Mojácar virgen y por descubrir, dónde un entusiasta alcalde, que hoy reposa junto a ellos, decidió un día regalar parcelas a todo aquel que en el plazo de un año construyera una casa.
Aquella época, en la que se disponía de tiempo, la vida era supervivencia y juerga.