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EL PUENTE DE RIOJA
1876-2007


Rioja tiene en el puente su principal símbolo, un puente incapaz de absorber el denso tráfico hasta la apertura de la autovía A-92, pero una espléndida obra que ofrece, al tiempo, una bella visión de su estructura y una bellísima vista desde su altura sobre el valle y los naranjos.


La primera referencia que hay sobre la carretera es la subasta del entonces llamado "Camino de Levante" desde Benahadux a Lucainena de las Torres por Rioja y Tabernas en su trozo de la cuesta de S. Miguel hasta la boca del Toril (Boletín Oficial de la Provincia -BOP- nº15, 15-1-1861. p.1.), según proyecto de un año antes. El mismo año Ginés Orozco, vecino de Almería, solicita autorización para emprender estudios de la carretera de segundo orden de Puerto Lumbreras a Almería, por Huercal Overa y Sorbas (BOP. 100, 21IV-61, p.1) a partir de ésta última población.

Esta vía era camino vecinal de primer orden, por lo que no se trata de la carretera que conocemos en la actualidad. Partía de la Plaza de Benahadux, continuaba por la Carrera de San Miguel hasta el río y entraba a Rioja por la vega. Fue ampliada y regularizada en las pendientes pero no contaba con "afirmado".

El verdadero cambio se produce con la revolución liberal del 68, muy criticada por su política de obras públicas pero que para Almería fue beneficiosa. La carretera fue proyecto del Ministerio de Fomento que se dilató durante muchos años pues su construcción se hacía por tramos de sólo algunos kilómetros. En 1864 está acabado el proyecto de travesía y aledaños de la población, redactado por Francisco Jover. Pero debe replantearse en 1876 a cargo del ingeniero Rafael Levenfeld, ingeniero de origen inglés que trabajó en la provincia entre 1872 y 1879 (entre otra, en la carretera de Málaga). Ambos proyectos se guardan en el Archivo General de la Adminis­tración (Alcalá de Henares, sección de obras públicas). Este cambio se produjo al mediar muchos años entre la realización del trozo de Benahadux y empalmarlo con el de Rioja a través del puente, al haberse producido el levantamiento del lecho del río y con el propósito de unificar todo el proyecto en vistas a su terminación.

El proyecto definitivo del puente es obra de Agustín García Carmena en el año 1873, aunque tardará tres años en acabarse gracias al impulso de Valero Ribera. La obra quedó inscrita dentro del Plan de Carreteras de este mismo año que ordenaba dar preferencia a las comarcas más incomunicadas y acabar las obras iniciadas. Como dato curioso, hay que decir que fue en las obras de este periodo cuando se empezó a utilizar la dinamita para desmontar el terreno, pues con anterioridad su empleo estaba reducido a labores militares.