Nuestros Orígenes
Las fuentes documentales para reconstruir la historia de Pulpí son escasas y hasta el momento poco estudiadas, salvo honrosas excepciones, como es el caso de Enrique Silva, que en su opúsculo Breve historia de Pulpí, editado por la Diputación Provincial de Almería, señala algunos caminos por los que bucear en dichas fuentes. En general, hay que acudir tanto al Archivo Histórico de Vera como al de Lorca, siendo el primero el que contiene una documentación más rica y provechosa.
Etapas Históricas
Las posibles ocupaciones humanas durante la Prehistoria y la Protohistoria en el territorio de Pulpí están por estudiar. Tan sólo se tienen noticias de hallazgos de materiales dispersos y descontextualizados, donde, en el mejor de los casos, se han realizado prospecciones superficiales. De época neolítica tenemos conocimiento, a través de los hermanos Siret, de una estación casi enteramente destruida junto a la orilla del mar, en un lugar conocido como los Cocedores, donde recogieron una bellísima hacha de diorita y una hoja labrada de pedernal.
En cuanto a la cultura argárica, se constatan tres yacimientos situados junto a los márgenes de las ramblas que atraviesan el municipio. En ellos aparecieron numerosos fragmentos cerámicos de variada tipología argárica : cuchillos de sílex, percutores, etc. También, durante unas labores agrícolas, apareció un enterramiento en cista, encontrándose entre su ajuar una vasija carenada fragmentada y un puñal de dos remaches envuelto en tejido.Del período romano se tiene noticia de la aparición de diversos materiales, principalmente en la costa.
Así, por ejemplo, en la playa de Terreros, junto a las Salinas, apareció un dolio de arcilla rojiza similar al hallado en el Pozo del Esparto. Junto a un vertedero de Pulpí fue hallado otro dolio de cuerpo globular y base plana, de época romana. En 1928, en el paraje conocido como la Almazara de Benzal, aparecieron restos de cerámica principalmente de época romana. En opinión de Juan Cuadrado, que visitó el lugar, allí existió una ciudad romana de relativa importancia. También en el Pilar de Jaravía, en las minas que hay junto al pie de la Sierra del Aguilón, González Simancas asegura que se recogieron materiales romanos: lucernas de barro, herramientas de hierro y capachos de esparto. Durante los siglos XIII y XIV se extrajeron grandes cantidades de mármol cuyo destino era una obra realizada en Granada y que los siglos han conservado para deleite de la humanidad: la Alhambra y el Generalife
Época Bizantina
De la época bizantina sólo se mencionan los materiales recogidos por Cánovas Cobeño en la isla de Terreros. Durante la dominación musulmana, La Fuente de Pulpí es lugar de paso obligado entre las ciudades de Lorca y Vera. Tras la conquista castellana de la ciudad de Lorca, a mediados del siglo XIII, las tierras de Pulpí pasan a ser parte de esa amplia franja de «tierra de nadie», frontera entre los reinos cristiano de Murcia y musulmán de Granada. Este hecho va a ser determinante para la posterior carencia de asentamientos poblacionales hasta épocas muy tardías.
Con la conquista de Vera en 1488, las tierras de Pulpí se incluyen en los propios de la ciudad de Vera, pero siguen sin ser ocupadas de una manera estable debido fundamentalmente a la frontera marítima, que es muy frecuentada por los piratas berberiscos. Sin ir más lejos, en 1555, una galeota embarrancó a la altura de los Terrenos Blancos, después de ser perseguida por la Armada española. Otro motivo decisivo es la distancia tan larga que hay entre estas tierras y la ciudad de Vera: cinco leguas de camino es un trayecto demasiado grande para ser recorrido dos veces en el día. Con la creación, en 1507, del Señorío de los Vélez, las poblaciones de Las Cuevas y Portilla pasarán a pertenecer al Marqués.
Quedan, pues, las tierras de Pulpí como una isla apetecible, tanto para la ciudad de Lorca como para el Marqués. Este último llega a enviar en 1551 a su alguacil mayor, junto con otras personas de Las Cuevas e intenta ocupar el Campo de Pulpí, destrozando las cosechas de cereales que en esos momentos estaban cultivando vecinos de la ciudad de Vera. El abandono de estas tierras, básicamente por los motivos antes mencionados, daría lugar a la creación de una dehesa, que queda como invernadero y refugio para una ganadería transeúnte procedente de lugares del interior, como Baza, María y Puebla de Don Fadrique, entre otros.
La venta de estos pastos repercutió en unos importantes ingresos para las Barcas de la ciudad de Vera. Entre 1647 y 1652, debido principalmente a presiones de vecinos de Vera, el Concejo realiza el reparto de estas tierras, reservándose la propiedad de las mismas. Si bien estas tierras comienzan a ser labradas por los vecinos de Vera, la ocupación definitiva no se hará hasta entrado el siglo XVIII.
El Castillo de los Terreros que se construye hacia 1.764 viene a sustituir a una primitiva torre de vigía y según nos describe Enrique Silva Ramírez en su libro "Algunos datos para la Historia de Pulpí" está colocado sobre un montecito bastante elevado y escarpado, mirando al mar; descubre hacia levante el Castillo de Aguilas, el primero del reino de Murcia, extendiendo la vista hasta los montes de Cartagena y por poniente descubre hasta la mesa de Roldán; al pie del monte defiende dos pequeñas calas en las que los enemigos berberiscos desembarcan con frecuencia; distante de la tierra como un tiro de fusil se halla un peñasco, de origen volcánico, que llaman La Isleta de las Palomas, donde se cría una importante colonia de gaviotas y otras aves marinas y que ha sido declarado monumento natural.
Durante este siglo se va consolidando la población y ya a finales del mismo se comienza a prestar una mayor atención religiosa, solicitando al obispado la construcción de una «nueva iglesia capaz y decente con su enterramiento fuera de ella».Este templo se terminará de construir en 1801. A mediados del siglo XVIII hay una reactivación de la economía de la zona, gracias fundamentalmente al comercio de la barrilla, en torno al cual surgen una serie de mercaderes, mayoritariamente malteses y franceses, que, con sede en Lorca y en la nueva población de las Aguilas, ejercen un control sobre el comercio de estas plantas hacia mercados internacionales.
En la Marina de Jaravía, la sosa silvestre se recolectaba hacia 1730, para progresivamente pasar a cultivarse mediada la centuria. El incremento de estos cultivos suscitó múltiples conflictos y pleitos entre los labradores y los dueños de ganados, que se resistían a perder sus ejidos e introducían sus ganados en las sementeras de barrilla y sosa. En torno a otra planta, que tiene como medio preferente las zonas soleadas cercanas a la costa, surgirá un comercio de ámbito local y regional. Nos referimos al esparto, siendo las Sierras de Pulpí y principalmente la Marina de Jaravía, desde finales del siglo XVIII, fuentes abastecedoras de esta materia prima.
Entrado ya el siglo XIX, y tras un considerable aumento demográfico, los habitantes de Pulpí aprovechan durante el verano de 1836 un cambio de signo político más progresista en el Gobierno de la nación para solicitar la independencia del municipio, consiguiéndola en ese mismo año. Poco duraría esta independencia, debido a la falta de recursos económicos del municipio, por lo que en 1840 solicitan la supresión del Ayuntamiento y la incorporación nuevamente a la ciudad de Vera.En 1839 y tras descubrirse el filón argentífero del Jaroso en Sierra Almagrera, las poblaciones cercanas a Cuevas del Almanzora, incluyendo Pulpí, sufrirán un espectacular aumento demográfico. Buena prueba de ello es la cifra de 2.398 habitantes que para 1844 nos ofrece el libro de Amillaramiento. Nuevamente, y ya de manera definitiva, los habitantes de Pulpí solicitan su independencia. El origen del nuevo Ayuntamiento es la Real Orden de 2-4-1862 en la que la Reina Isabel II, atendiendo: "Las repetidas instancias de los vecinos del Campo de Pulpí, agregado al de Vera, para que les permita formar Ayuntamiento independiente, de la distancia que les separa de la que es actualmente su capital, atendiendo al número de vecinos que se encuentran en aquella comarca con recursos para levantar las cargas municipales y a otras muy especiales razones y considerando que en el aislamiento en que se encuentra la Capital de su Ayuntamiento no puede ser eficaz, activa y provechosa la Administración Municipal de Vera, se ha servido mandar que el Campo de Pulpí se segregue de Vera y forme Ayuntamiento independiente, estableciendo la Capital en Pulpí, conservando los derechos, usos, mancomunidades y aprovechamientos que tenga". En aplicación de dicha Real Orden el Gobernador Civil de Almería procedió el 22 de mayo de 1862, en el marco de la legislación vigente, a nombrar las concejales del Ayuntamiento interino de Pulpí.
También es interesante destacar la vieja línea ferroviaria construida en los últimos años del siglo XIX y explotada entonces por la compañía inglesa Great Southern of Spain Railway Company Limited. El ramal Aguilas-Almendricos, que atraviesa el municipio de Pulpí, fue inaugurado el 1 de abril de 1890. Este ramal conectaba la línea de Guadix-Murcia, hoy en desuso. El trazado de este ramal es de una gran belleza, gracias a las construcciones de puentes y túneles en hierro y piedra que tuvieron que realizarse para salvar la orografía del terreno. Recorrer este centenario camino de hierro sigue siendo uno de los mejores métodos de conocer nuestro municipio desde la llanura hasta el mar, a través de la sierra.
Pulpí en el siglo XX
En los inicios del siglo XX, concretamente el 13 de marzo de 1906, un incendio destruyó el Archivo del Ayuntamiento, con la consiguiente pérdida de documentos, que han dejado algunas páginas de nuestra historia en blanco.
En el siglo XX, dos fenómenos marcarán de manera profunda nuestra historia local. De una parte, en el período republicano se introducen, fundamentalmente a través de las organizaciones obreras (UGT y CNT) , nuevos hábitos de comportamiento social. Se construye la sede de la recién creada «Sociedad de Amigos de la Escuela», en la que se instala una biblioteca y donde se concentran las manifestaciones de tipo político y cultural. Tras la Guerra Civil, la biblioteca fue clausurada y los libros, quemados. El local, conocido comúnmente como «la Sociedad», sigue existiendo hoy y es testigo de todos los acontecimientos cívicos dignos de mención que han tenido lugar en nuestro pueblo desde su construcción.
Durante la Guerra Civil, Pulpí se mantiene en «zona roja» hasta el fin de la misma, produciéndose en ese período uno de los fenómenos más interesantes de colectivización y aprovechamiento productivo de la tierra que se conocen en la zona. Un personaje clave de este proceso, gracias a su capacidad organizativa y a su desdén por los métodos violentos que empañarán procesos similares en otros lugares, fue Carlos Martínez, alcalde durante ese período.
Tras la regresión que supuso el franquismo, otro fenómeno que cambiará profundamente las relaciones productivas y sociales en nuestro pueblo se producirá en la década de los sesenta. La introducción de cultivos extensivos de tomates hará florecer una serie de pequeñas y medianas explotaciones agrícolas, de carácter familiar en la mayoría de los casos. Frente a los pocos propietarios de grandes explotaciones agrarias anteriores,aparece un nuevo tipo de trabajadores por cuenta propia capaces de sacaradelante sus producciones de manera autónoma.
Entonces surge un nuevo conflicto: la pugna por el control del agua. Desafortunadamente, en el verano de 1969 los pozos que abastecían mayoritariamente estas medianas explotaciones fueron comprados por una importante empresa foránea, que puso en grave peligro este nuevo fenómeno de «democratización de la producción». Hubo movilizaciones populares contra este hecho, llegándose a romper la tubería que «arrebataba» el agua.
Después, en el largo proceso judicial que se entabló, los pequeños propietarios perdieron la causa en los tribunales de justicia. A pesar de esto, las relaciones productivas y laborales no volverían a ser igual. Las grandes explotaciones dejaron de llamarse por el nombre de sus propietarios para pasar a ser Sociedades Anónimas. Una nueva clase media emprendedora y eficaz en su gestión empresarial empezaba a consolidarse. De hecho, en la actualidad, pocos municipios de Almería han sufrido transformaciones económicas, culturales y educativas tan llamativas como las de Pulpí, sin llegar a extremos tan radicales como las sucedidas en la zona de El Ejido. Ese equilibrio ha sido la clave de un proceso de mejoras del bienestar social claramente notable.