Vigente.
Es 8 de marzo. Es el día en el que año tras año recordamos que no somos iguales, que todavía queda un enorme trecho para esa igualdad. Es el día que recordamos a todas las que han muerto asesinadas. Es el día en el que nos ponemos de frente ante los discursos machistas y negacionistas que en lugar de desaparecer parece que abundan más; el día en el que recordamos lo que hicieron nuestras madres y nuestras abuelas y en el que les recordamos a nuestras hijas todo lo que queda por hacer.
El 8 de marzo, pues, es como todos nuestros días, porque todos y cada uno de nuestros días tenemos que recordar la lucha por la igualdad, pero la diferencia es que hoy lo decimos en voz todavía más alta.
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