 | Olga Mar Fernández Beledo
Carboneras Almeria 1990. Desde muy pequeña se llenaba todo el cuerpo de pintura en el estudio de su padre. Hizo el bachiller en la Escuela de Artes de Almería, licenciándose en Bellas Artes por la Facultad Alonso Cano de Granada en 2013. Actualmente reside en Amsterdam dirigiendo cursos de pintura en talleres de arte alternativos.
En su joven trayectoria artística ha expuesto en diversas salas de arte públicas y privadas, su última exposición fue en la sala “Miguel Angel” de Mojácar, Almería, en agosto de 2013.
Partiendo de su gran solidez técnica y siendo una dibujante contumaz, construye sus obras en la reflexión abstracta. No hay nada en un cuadro suyo que indique qué debe tener la mirada para reconocerlo. De su justa relación de gestos dependerá el espacio concebido a la imagen de un imprevisible sobrecogimiento que se efectúa de forma instantánea. El gesto, pues, a su manera, estructura lo que es construido con la ayuda del pincel, es por consiguiente, un movimiento que señala los inicios del espacio, que no los fija, siendo la imagen, que se ha de reproducir, la inefable del aliento vital.
En su trabajo busca el valor de lo subjetivo a partir de la presencia constante de lo objetivo y trata de mostrar ese espacio absoluto al que la percepción humana no llega.
Olga está construyendo su mundo de retazos de vida, la suya y la de aquellos que le interesan, de quienes aportan algo sustancial al universo pictórico y artístico. Pero no pasa de puntillas, muestra quién es, qué piensa. Se compromete sin tapujos y lo muestra en movimientos diversos, siempre un espacio de tensión y contradicciones. En su obra, Olga entabla una comunicación entre la artista y el espectador seducido por la pintura. Y lo invita a participar en ella en el festín de la reflexión, de la emoción.
Su obra joven e incipiente, su pintura, es su religión. “El arte es una facultad de la intuición.El arte es una intuición del sentimiento”.
En esta exposición, Olga Mar presenta sus pinturas sobre papel que dan vida a las posteriores sobre lienzo y en otras dimensiones. Son sus trabajos más sinceros y la premonición de otras posteriores, son la puerta abierta de su intimidad. | |
| Cristóbal Fernández Fernández
Almería, 1958. Artista polifacético, escultor, pintor, muralista, diseñador. Estudios de Bellas Artes, publicidad y diseño en la Universidad de Sevilla y en la Universidad de Barcelona. Con una extensa e interesante carrera, un currículum salteado de exposiciones individuales y colectivas y presente en numerosas colecciones públicas y privadas. Hay obras suyas de grandes dimensiones, esculturas y murales, en distintos espacios públicos urbanos.
Comprometido desde muy joven con su entorno humano, ha participado en diversas y distintas aventuras, políticas, institucionales, empresariales…y siempre desde su vital manera de ser. Crear, hacer, idear…son sus señas de identidad indelebles y así se muestra también en su arte. No pasa desapercibido, la marca de Cristóbal existe. Ha cambiado muchas veces de oficio, de formato, de responsabilidades, pero lo que siempre ha sido es artista. Un “pintor de acción” que diría Harol Rosemberg.
Para Cristóbal el cuadro no está terminado con la última pincelada. Eso es solo el principio del fin. El cuadro sigue formándose, desarrollándose en el ojo del espectador. El grafismo de Cristóbal, su línea, es definitivamente suya y reconocible al instante. Se parece más a la escritura a mano que a la pincelada común en pintura. Posee cierto trino o vibración que da a su arte una apariencia de movimiento visible, que se intensifica en la línea y en las variaciones sobre línea, proporciona a su obra su enérgico y realmente irresistible, flujo emocional.
El arte es para Cristóbal un concentrado de vidas, imaginaciones y sueños, de osadía, debilidades, miedos, placeres de los hombres y sus dioses.
El artista no vuelve atrás. No puede dar marcha atrás. Su voluntad creadora reaparece entre sus vidas, no hay más límites. La libertad está durante los intensos minutos en los que todo se decide. Una creatividad llena de elementos, de historia, de batallas, de paisajes, de seres, pero una creatividad desnuda. Sus impulsos anarquistas recalan en orden despiadado que nos introduce en un mundo donde jamás una victoria (si las hubo) fue determinante.
Esta obra en papel, con diferentes técnicas y de distintas épocas salen por primera vez de su estudio y son los datos que sustentaron su cartografía de estos últimos años. | |