Diego Miguel ALARCÓN CANDELA


ALARCÓN CANDELA, Diego Miguel (Almería, 1947 - Almería, 2020). Magistrado.


Diego Alarcón Candela nació en Almería en 1947. Hijo del también abogado, Magistrado suplente de la Audiencia Provincial de Almería, diputado provincial y concejal del Ayuntamiento de Almería, Diego Alarcón Moya, tuvo tres hermanos, Concepción, María del Mar y Manuel Joaquín. Contrajo matrimonio con Beatriz Bravo con la que compartió dos hijas, Beatriz y María del Mar.

Empezó a ejercer como Juez en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción del Partido Judicial de Vélez Rubio en 1989, para pasar por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Purchena y el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción n.º 2 de Berja.

La categoría de Magistrado le alcanzó ejerciendo en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción n.º 5 de Granollers en 1991. En 1993 regresó a Almería, donde labró gran reputación como experto en Derecho Laboral, ejerciendo de titular en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción n.º 5 de Almería y desde 1996 hasta su jubilación a cargo del Juzgado de lo Social n.º 1 de la capital.

Impartió su magisterio como profesor del Centro Asociado de la Universidad Nacional a Distancia en Almería (UNED) y la Escuela de Práctica Jurídica del Colegio de la Abogacía, en el que figuraba colegiado con el n.º 677, desde el año 1972, siendo Decano Rogelio Pérez Burgos, dictando innumerables jornadas, seminarios y conferencias.

Como muestra de su labor y reconocimiento, recibió la Cruz Distinguida de Primera Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort concedida en 2018, en un acto presidido por el Ministro de Justicia Rafael Catalá. También fue distinguido con la medalla de Plata al Mérito Profesional del Colegio de Graduados Sociales de Almería, fue honrado por el Colegio de la Abogacía como Letrado de Honor y figuró como Hermano Mayor de la Cofradía Virgen del Mar con la que siempre estuvo muy implicado.

Diego Alarcón era todo un señor, una persona elegante, exquisita en modales y saber estar, con un sentido de humor fino, inteligente, sarcástico a veces. Su respeto por la toga lo trasladaba a las Salas de Justicia, defendiendo a ultranza que se guardaran las formas, dando lugar a anécdotas, como la que se dio una jornada, de las que se dan a menudo cuando suben las temperaturas y el justiciable se presenta en juicio en chanclas o pantalón corto, advirtiendo el Magistrado: “…que se había equivocado de lugar, que estaba en un juzgado y no en un chiringuito playero”.

Falleció el 25 de junio de 2020, en plena pandemia, en el año del Covid.





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