Corría noviembre de 2010 cuando en la ciudad de Nairobi (Kenia) la UNESCO sumaba -en su reunión anual- el flamenco al Catálogo de Bienes de Interés Cultural Inmaterial de la Humanidad. Charles Barry, “Carlos el Australiano”, es paradigma de la universalidad del arte inspirado, creado y expandido desde Andalucía.
No es usual que un inglés australiano, radicado en Almería, muestre tanto interés por el flamenco y la cultura andaluza, afirmaba Lola de Quero, presidenta de la peña El Morato durante el acto celebrado en septiembre de 2023, en el que sus cenizas fueron depositadas en el jardín de la peña capitalina por Felipe -fiel amigo y cuidador- al pie de un flamboyante, árbol cultivado por Carlos y donado por su viuda, Cristhina Theresa -también británica, de origen italiano-, con quien contrajo matrimonio en junio de 1962. Fue la última voluntad de quien formó parte de la junta directiva de la entidad cultural (con sede en la barriada de El Quemadero) en distintas ocasiones y a la que ayudó altruistamente en momentos puntuales. Un taranto cantado por el Niño de las Cuevas, acompañado de Antonio de Quero a la guitarra, le rindió el póstumo homenaje.
Con idéntica pasión ejerció una vocalía en la veterana peña El Yunque (Pechina), en tiempos de dos de sus más significados representantes: Pepe Asensio y Pepe Eladio. Fue de las primeras iniciativas adoptadas recién llegado de Australia al comienzo de los años noventa e instalarse en dicha localidad, en su chalé-cortijo Los Azahares, ocupado con miles de libros (una de las grandes inquietudes del matrimonio) y en el que auspició íntimas reuniones de amigos y aficionados cabales. Cristhina y Carlos pertenecían, asimismo, a las peñas El Arriero (Viator) y El Ciego de la Playa (Huércal de Almería), aunque siempre consideraron a El Morato su segunda casa española y en la que destacó por su carácter afable, educado, siempre dispuesto a colaborar y admirador ferviente del cante, baile y toque flamenco.
Nacido el 14 de agosto de 1939 en un hogar de clase media alta, la familia se afincó en Colchester al cumplir los seis años. Tras sus estudios universitarios residió dos años en Alemania y seguidamente, ya casado con Crissie, la pareja se estableció en Sidney (Australia). Aquí ejerció como asesor financiero, creando su propia sociedad bursátil, con la que obtuvo la rentabilidad suficiente para cesar en sus tareas profesionales y afincarse definitivamente (1990) en España en lugar de Italia, la segunda opción.