Francisco Javier CERVANTES Y SANZ DE ANDINO


CERVANTES Y SANZ DE ANDINO, Francisco Javier (Cartagena, 1872 - Madrid, 1962). Político.


      Seguramente es poco conocido que Francisco Javier Cervantes llegó a Almería de la mano de su hermano Juan, que se había unido al proyecto empresarial de Ivo Bosch en la construcción de la línea de Linares a Almería. Juan también era ingeniero, pero su formación jurídica le llevó a inclinarse por responsabilidades en el servicio de lo contencioso de la compañía ferroviaria, de la que sería Secretario del Consejo de Administración antes de marchar, en 1906, a Madrid para incorporarse a la importante compañía de los ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA) y desarrollar su larga actividad como diputado por el distrito de Tarancón en Cuenca. Otro hermano menor, José María, también arribaría en los primeros años del siglo XX a Almería figurando como diputado conservador por el distrito de Berja durante la segunda década del siglo.

      Francisco Javier llegó a Almería en 1899, recién terminada su carrera de ingeniero, participando en diversos proyectos ferroviarios, como la redacción del proyecto del ramal de Gérgal a su estación, e incorporándose después como ingeniero auxiliar al puerto de Almería, siendo nombrado subdirector por Federico Moliní en julio de 1901. Un mes antes había sido designado como Comisario de Agricultura, Industria y Comercio por la provincia de Almería y, tras el cese de Moliní en marzo de 1902, accedería a la dirección facultativa del puerto almeriense. Tenía entonces 28 años. Aunque no se había caracterizado por ser un estudiante brillante -acabó en el puesto 34 de los 46 licenciados de su promoción-, había conseguido muy pronto un notable éxito profesional y se aprestaba a protagonizar una de las etapas más significativas del puerto de Almería.

      Efectivamente, después de largos años de trabajos y paralizaciones, las obras principales del puerto, representadas por los diques de Levante y Poniente y el muelle del Andén de Costa se concluirían, permitiendo también que las obras relativas a instalaciones y servicios en la zona portuaria dispusieran de mayores fondos para su realización. En este sentido, el proyecto general de alumbrado del puerto y la edificación de los primeros tinglados cubiertos en el Andén de Costa fueron sus principales realizaciones, quedando sólo en el intento el establecimiento definitivo de la vía ferroviaria en el puerto, el faro del dique de Levante, el suministro de aguas o los planes de urbanización del entorno portuario. Cervantes conseguiría un indudable éxito político con la presencia del ministro de Fomento, Augusto González Besada, el día 28 de marzo de 1908, como también lo había tenido cuatro años antes en la inauguración del embarcadero de mineral construido por la compañía Alquife Mines, que fue solemnemente inaugurado por el rey Alfonso XIII, ante el que el propio ingeniero hizo una demostración con traje de buzo incluido en las escalinatas reales del puerto. Esta relevancia social le llevaría a obtener del Rey la Gran Cruz del Mérito Naval, con distintivo blanco, por sus servicios prestados al Estado. En 1912 fue nombrado hijo adoptivo de la ciudad por el Ayuntamiento de Almería y desde 1914 a 1918 ocupó la presidencia de la Cámara de Comercio provincial. Además, ostentaba la jefatura del Partido Conservador en Almería, alcanzando así la cima de su poder y éxito político. Paralelamente en el ámbito empresarial se había hecho con importante patrimonio relacionado con la agricultura uvera, además de obtener diversas concesiones para la explotación de aguas y ser el promotor del ferrocarril estratégico de Torre del Mar a Zurgena.

      Sin embargo, su controvertida figura tuvo desde los primeros momentos notables problemas y sus rivales políticos iniciarían importantes campañas públicas en su contra, señalando precisamente como ejemplo de su gestión caciquil y corrupta su actuación al frente del puerto de Almería. Ya en 1905, un empleado del puerto, Diego Martínez Sánchez, lanzaría acusaciones sobre su gestión, también en 1909, el auxiliar Eudoxio Santaolalla presentó cargos ante la Dirección General de Obras Públicas. Anteriormente, en 1907, el vocal de la Junta de Obras, Gil Camporro, representante de la Cámara de Comercio pidió un voto de censura contra el director facultativo denunciando irregularidades en las contrataciones y los pagos realizados. Este último conflicto desencadenó una fuerte campaña de prensa desde el diario El Radical, que lejos de amortiguarse se hizo más intensa en los años siguientes. En el verano de 1915 la situación de Cervantes era insostenible y el propio ingeniero maniobró para conseguir una exoneración pública de su persona, promoviendo entre los diputados y senadores almerienses la constitución de un “tribunal de honor” que le librara de las acusaciones. El encargado de reunir a este tribunal habría de ser su hermano José María, entonces diputado por Berja, pero no parece que la reacción de estos fuera unánime y algunos se desmarcaron de la propuesta. En septiembre Cervantes pide la baja médica y a final de año llega un inspector del Ministerio para revisar la actuación de Cervantes en el puerto, dimitiendo finalmente éste el día 13 de enero ante el ministro de Fomento y por carta ante el presidente de la Junta de Obras, José Batlles, el día 21 de ese mismo mes.

      Tras su salida de Almería es nombrado jefe de obras públicas de Soria, pero no llega a asumir las funciones ya que solicita el pase a supernumerario y queda en expectativa de destino. Durante el año 1919 hasta cuatro destinos le fueron ofrecidos (Cuenca, Pontevedra, Orense y Baleares) sin acceder a ninguno de ellos. En 1920 queda nuevamente en situación de supernumerario por incompatibilidad por su situación de concesionario del ferrocarril estratégico de Torre del Mar a Zurgena, siendo diputado a Cortes por Alcañiz en la legislatura de 1922. A partir de 1924 reingresa en al servicio del Estado, en el Servicio de Conservación de Carreteras, en Madrid, permaneciendo en diversos puestos del Ministerio hasta su sanción de 1929 cuando cesa de todo puesto oficial, por Real Orden de 26 de octubre de 1929, siendo amnistiado cuatro meses después. Su último destino en la etapa republicana sería la jefatura de obras públicas de Segovia, de diciembre de 1933 a enero de 1936, siendo en agosto del 1936 separado del servicio por su adhesión al golpe de Estado de Franco. Desde ese momento consta como refugiado en la embajada de México en Madrid, donde permaneció hasta marzo de 1937, para unirse al bando franquista en Burgos, tras salir y entrar nuevamente en España, a través de Marsella e Irún.

      Desde agosto de 1937 ostentó varios cargos en Huelva y Mérida, hasta ser designado Inspector Regional de puertos del sur de España, Ceuta y Melilla, por lo que fue designado como Instructor encargado de investigar la conducta político social del personal de la Junta de Obras del Puerto de Almería y de otros puertos de la zona. Finalmente, en 1942, accede a la jubilación.




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