Hijo de Hernando Garrido Cortés y Antonia Delgado Martínez, ambos de familia humilde; se casó en Gérgal con Ramona Sáez González (1875). Ingresa en la Guardia Civil (1876); es destinado a Vera (1880-82), pero abandona el cuerpo, se instala en Garrucha en 1883 y trabaja en la fábrica de Desplatación, inaugurada un año antes por Enrique Calvet y Lara. Su biógrafo, Juan Grima Cervantes, considera que los primeros contactos con la fotografía debieron darse a partir de 1890 tras conocer a Emilio Álvarez Bustos y a su hijastro, Luis Chavarino, y que debió abrir su primer establecimiento entre 1893-96, a pesar de que su alta industrial como fotógrafo figura en 1897-98. Su especialidad fueron los retratos, de los que se conservan bastantes en Garrucha, Mojácar y Turre. Fundador de una larga saga de fotógrafos repartidos por España, Francia y América, intentó monopolizar el negocio del retrato fotográfico en el Levante y Norte de Almería y colocar en cada uno de los pueblos a su yerno (Manuel Campos) e hijos. Precisamente, aprovechando el tirón de la popularización de la fotografía, el incremento de la emigración a América, el tendido ferroviario y el cine mudo, montaría, junto con su activo yerno Manuel Campos, la Sociedad Garrido y Campos, y en ella trabajarían sus hijos entre 1897 y 1912, en competencia con Luis Villalba, de Baza. Eduardo Garrido Sáez (Gérgal, 1879-¿), casado en Garrucha con Luisa Morales Rodríguez (Puerto de Mazarrón), cuando nace su única hija, Tadea Ramona (1916), había abandonado la fotografía y era hojalatero; al poco, marcha a Francia y se instala en Grenoble. Francisco Garrido Sáez (Vera, 1882), como sus hermanos, trabajó en la Sociedad Garrido y Campos, se casó en Garrucha con Emilia Suárez Martínez (Olula del Río), tuvo una hija llamada Felisa en 1907 y, al poco, marchó a Orán, donde montó una tienda de comestibles y se dedicó a la fotografía. Con él trabajaría Facundo Giménez de Cisneros que, al contrario que su maestro, sí regresó a España. Sebastián Garrido Sáez (Garrucha, 1892) hacia 1914 emigró a la Argentina, donde se casó con la garruchera María García Rodríguez, tuvo dos hijos (Felisa y José) y montó un establecimiento fotográfico.