Fue redactor de La Iberia y concejal en el Ayuntamiento de Madrid. Se dio a conocer a través de numerosas poesías publicadas en periódicos. Como autor teatral escribió las siguientes obras: Crispín y don Crispín (1870), Covadonga, el drama Alfonso XI, la comedia Las colas de los vestidos y la zarzuela Florinda (1880). Como poeta lírico publicó Madrid (1886) y el poema El olvido (1888). El Ayuntamiento de Almería le nombró cronista de la ciudad.