Desde los 18 años hasta la realización del servicio militar en 1928 trabajó en Moncada (Barcelona). Tras su licenciamiento, regresó a Benahadux, trabajando en las minas de azufre, donde se afilió a UGT. Iniciada la Guerra Civil, ingresa en el cuerpo de Carabineros, teniendo destino con la 5ª Brigada Mixta en Tembleque (Toledo), Utiel (Valencia), Aranjuez, Hortaleza, El Pardo y Arganda (Madrid), Seo de Urgell (Lérida), hasta que, en noviembre de 1938, decidió exiliarse en Francia. En este país fue ingresado en los campos de concentración de La Tour de Carol, Bernet, Six Fonts, Burdeos y Bergeret, desde donde se evadió pasando a España y, caminando, llega a Benahadux, donde no se atreve a presentarse y se refugia en Rágol, Ohanes y Canjáyar, iniciando su actividad guerrillera en solitario. Más tarde, contacta con la partida de Juan Nieto Cuco, a los que se unió, separándose al surgir diferencias entre ambos y continuando en solitario en la zona del bajo Andarax, donde recibía la ayuda de sus conocidos.

      Ante la imposibilidad de su captura, el gobernador civil de Almería solicitó ayuda a la Brigada Político Social, que se desplaza a Almería y, a poco de llegar, recibe la confidencia de la ubicación del Mota en el cortijo San Miguel (Benahadux). En la mañana del 25-I-1945 se procedió a cercar el cortijo y se esperó al amanecer para entrar en la vivienda. Sobre las seis horas los efectivos policiales llamaron a la puerta, abriendo la novia del hijo del colono, y se le pidió que comunicase al Mota que debía entregarse, lo que así sucedió. Celebrado el consejo de guerra (15-II a 21- V-1945) se dicta sentencia de muerte para Manuel Pérez Berenguer, que se niega a firmar, siendo fusilado (17-VII-1945) en el cementerio de Almería.