Arquitecto y urbanista. Obtuvo el título en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid (1931) cuando en las aulas se ve surgir la vanguardia racionalista. Su trayectoria profesional va ligada a su cargo de arquitecto conservador de la Alhambra de Granada (1938-1977), siendo discípulo de Torres Balbás y sus escrupulosas propuestas de restauración.
En Almería nos legó su Plan de Ordenación Urbana de 1950, el primero para esta ciudad, de brillante planificación, lamentablemente no desarrollada con planes parciales y sin una voluntad política de aplicación. Al término de la Guerra Civil ejerce como uno de los máximos representantes de la reconstrucción franquista, trabajando para la Dirección General de Regiones Devastadas (DGRD), e ideólogo de la arquitectura oficial a través de su cargo de Director General de Arquitectura (1946-1960), sucediendo a Pedro Muguruza. Ejemplos de esa vertiente clasicista en nuestra ciudad serán los proyectos de reconstrucción del Convento de Santa Clara (1940-45), donde muestra una acomodación a las arcadas de la vecina Plaza Vieja y a la iglesia del convento, o la Estación Experimental de Zonas Áridas del CSIC (1951), una obra de representatividad oficial, pero donde se permite dar una lección de academicismo moderno, una mezcla de la racionalidad y el clasicismo impuesta por Secundino Zuazo en los Nuevos Ministerios (Madrid) mediante una alternativa intermedia, permitiendo, dentro de los presupuestos académicos, una estilización formal y una sencillez compositiva.
Será arquitecto conservador de la Alcazaba de Almería durante toda la posguerra, remodelando el primer recinto con esa imagen romántica de alhambrismo, con árboles, fuentes y estanques, además de recuperar gran parte de las estructuras arquitectónicas prácticamente desaparecidas. Pero, por otro lado, a través de su trabajo en la DGRD como jefe de la comarcal granadina, desarrolla y dirige el programa a edificar en Almería, donde el tradicionalismo, los elementos populares y la tradición mediterránea constituyen la referencia formal. Es el caso de la urbanización de la barriada de Regiones, junto a la Ctra. de Ronda, donde colaborará con Carlos Fernández de Castro, Antonio Cámara y José Luis Fernández del Amo. El objetivo era materializar un barrio autónomo y rural, transposición de la arquitectura autóctona y norteafricana a una barriada planificada en la expansión de la ciudad para habitantes de las cuevas. Su cese en 1960 como Director General marca el fin de toda una época de la historia y de la cultura franquista, prolongando su actividad profesional pública y privada, a caballo entre Madrid y Granada, su ciudad querida, donde siempre mantuvo su estudio junto a su recordada Alhambra.