Nació en el seno de una familia humilde. Jugó un papel importante en operaciones militares previas a la Guerra de Cuba y en la Guerra Carlista. Ingresó en el ejército en 1863 como soldado de infantería y, en 1869, marchó a Cuba con el grado de sargento. Allí protagonizó numerosas operaciones de campaña y batallas exitosas hasta que, en 1875, se le concedió el grado de comandante y se dispuso su regreso a la Península. Durante la Guerra Carlista participó en los distritos de Valencia y Cataluña. Posteriormente solicitó incorporarse de nuevo al ejército de Cuba, participando en la liberalización de la Candelaria y en el combate de Pozo Hondo, obteniendo varias condecoraciones militares: Cruz Roja y Cruz de María Cristina. Debido a su mal estado de salud, se le autorizó a volver a España en 1898, justo antes del desastre militar español en la isla. Fue ascendido a general de división y ocupó el cargo de gobernador militar de Melilla y plazas menores de África. Resultó elegido diputado a Cortes por el distrito de Sorbas en 1905, pero falleció unos días antes de ocupar el cargo. Fue nombrado hijo predilecto de Cuevas del Almanzora. Sus campañas militares fueron ampliamente difundidas en el periódico local El Ferrocarrilico y una calle perpendicular al Paseo de Almería, en la capital, lleva su nombre.