Miguel SOLER MOLINA


SOLER MOLINA, Miguel (Cuevas del Almanzora, 1770 - Cuevas del Almanzora, 1845). .


      Considerado el fundador de la minería de Almagrera, se convertirá en el iniciador de una saga dedicada por entero a las explotaciones y negocios mineros, si bien, sus antecedentes nos lo sitúan en el seno de una familia de ricos hacendados. Quizás por ello, por su solvencia económica y su fuerte convicción de la existencia de metales en aquella sierra, destine dineros y desvelos a la exploración del subsuelo, ayudado por dos labriegos Andrés López, el Perdigón, y Pedro Bravo, quienes por entonces recogían galena para las alfarerías de los alrededores. Parece ser que, con posterioridad, contrata los servicios de un tal Julián López, forastero que poseía ciertos conocimientos de minería y se hallaba desterrado en Cuevas por motivos políticos. Hubo quien defendió que fue este último el que, conocedor de la riqueza que atesoraba la sierra, quiso contar con un acaudalado que invirtiese el capital necesario para su explotación y pensó en Soler. Sea como fuere, lo cierto es que un 16 de julio de 1839 se toparon en el barranco Jaroso con el filón de plata que tanta riqueza acarrearía a Cuevas y a toda la provincia.

      Con celeridad, solicitó la demarcación de la mina Virgen del Carmen, llamada así por haber coincidido el hallazgo con esta festividad. Tampoco tardó Soler, aunque no sin esfuerzo por la desconfianza que el negocio infundía entre los futuros accionistas, en constituir la primera sociedad minera denominada Carmen y Consortes, que estuvo integrada por treinta acciones, de las que el fundador se reservó cinco y media, ofreciendo el resto a sus hijos y a aquellas familias, tanto cuevanas como foráneas, cuyas economías les permitían desembolsar los 1.000 reales que costaba cada una de ellas. Es en este preciso instante cuando se fraguan las grandes fortunas, pues en tan solo dos años aquella respetable cantidad invertida se había convertido en un millón de reales, y los Soler, siendo los mayores accionistas, en los principales beneficiarios de tan lucrativo negocio.

      Pronto la familia diversificará sus inversiones. Así, Manuel Soler Flores, con dos acciones en Carmen y Consortes, levantará en 1842 la fundición Carmelita. Su hermano Miguel, presbítero, compaginará el negocio minero con su actividad educativa y religiosa, instalando en Cuevas el primer colegio de segunda enseñanza, llamado Purísima Concepción, del que fue su director. A otro de los hijos del fundador, Francisco Soler Flores, se le debe el descubrimiento de minerales argentíferos en Herrerías durante la década de 1870. Y finalmente, entre los destacados, sobresale la figura del presbítero Torcuato Soler Bolea, sobrino de Miguel Soler, que con dos acciones en Carmen y Consortes y una en Esperanza, otra de la minas ricas, se convirtió en una de las mayores fortunas del momento, destinando el capital, como también hiciesen sus parientes, al incremento de su patrimonio rústico y a la revalorización del mismo mediante la financiación de obras hidráulicas.




Fernández Bolea, Enrique





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