Político liberal. Tras sobrevenir la Guerra de la Independencia, abandona la carrera de Derecho e ingresa de cadete en el cuerpo de Preferentes que se formó en Granada. Pasó después al cuerpo de Guardias de Corps y, de allí, al Regimiento de Caballería del Príncipe, con el grado de capitán. Sin embargo, su exaltación le hizo mezclarse en algunos alborotos y fue expulsado del ejército en 1820. De regreso a Almería, fue elegido comandante de la Milicia Nacional, de reciente creación. Miembro fundador de la Tertulia Patriótica, en noviembre de 1821. Asiduo colaborador del Norte Constitucional, primer periódico almeriense conocido. Como liberal exaltado, fue uno de los que propiciaron los tumultos que, al grito de ¡Viva Riego!, se produjeron en Almería en la noche del 10 y mañana del 11 de noviembre de 1822. Sus ideas liberales, elevada posición económica y amplias relaciones comerciales le llevaron a ser también uno de los principales responsables locales de la intentona liberal de agosto de 1824, popularmente conocida por Los Coloraos.

      Tras la muerte de Fernando VII, se inicia la rápida escalada política de este personaje. En mayo de 1822, alcalde y presidente de la Junta Municipal de Beneficencia. Nombrado jefe superior político de Almería en febrero de 1837. Su elección hay que relacionarla con los difíciles años de la minoría de edad de Isabel II, en los que la Regente se vio obligada a apoyarse en los liberales. Seis meses después del aludido nombramiento, se inauguró el llamado Cenotafio de Belén, construido bajo los auspicios de Vilches y otros patriotas, en homenaje a las víctimas pasadas por las armas el día 24 del aludido mes de agosto y fechas posteriores. Si bien, su carrera se vio interrumpida durante la regencia del general Espartero, volvió de nuevo a la arena política, siendo diputado a Cortes por Almería en diferentes legislaturas y nuevamente alcalde de esta ciudad en 1843 y jefe político en 1844.

      Durante sus diferentes mandatos se construyeron la carretera de Níjar, el paseo del Malecón y se reformó la fachada del Ayuntamiento. Fue condecorado con la Orden de Isabel la Católica y, en 1844, se le concedió la Cruz Cívica, en obsequio a sus méritos en la repetida acción de 1824. Entró también en el negocio de compra de bienes desamortizados, tales como el ex convento de San Francisco de Almería, tan próximo a la casa de su familia. Casado con María del Carmen Gómez Puche, fallecida en la epidemia del cólera de 1834. El radicalismo de su juventud fue declinando paulatinamente, convirtiéndose con el paso de los años en un templado, pero sincero, liberal. Merece un puesto destacado en aquella burguesía liberal de la Almería del primer cuarto del siglo XIX, que aportó su eficaz ayuda al rompimiento de las cadenas del Antiguo Régimen.