IBN (ABÛ) ABD-ALLÂH MUHAMMAD IBN AL-SÂD  


, IBN (ABÛ) ABD-ALLÂH MUHAMMAD IBN AL-SÂD (, Sin datos - Tremecén, 1493). Rey morisco.


      Último rey de la Almería musulmana. Hijo de Ciriza y hermano de Muley Hacén. Tapia Garrido recoge que le apodaron el Zagal por su significado, valiente, en árabe (que también tiene el sentido de traidor, según Casiri). Casado con Equivila, hija de Abén Celim. Cuñado, por tanto, de Cidi Yahya Alnayar. En 1482, al comenzar la guerra entre los cristianos y los musulmanes que terminaría con el Reino Nazarí de Granada, era gobernador de Málaga. Desde este momento y a lo largo de la Guerra Civil de Granada, cuando los propios hijos de Muley Hacén se le enfrenten para derrocarlo, el Zagal seguirá vinculado al propio Rey, junto con la nobleza oficialista, hasta sucederle tras su muerte en 1485. En el bando contrario se situaron Boabdil, su hermano Yusuf y el clan de los Abencerrajes. En este mismo año, el Zagal recuperó Almería, controlada por los partidarios de Boabdil, quien tuvo que refugiarse en Murcia y pactar con los Reyes Católicos. Durante la campaña de 1488, los Reyes Católicos conquistaron los Vélez, la tierra de Vera hasta Purchena e intentaron apoderarse de Almería, al ponerse de acuerdo con Cidi Yahya, su alcaide y cuñado, pero la maniobra es frenada por el Zagal, que acudió en auxilio de la ciudad, recuperó Níjar del dominio de sus enemigos musulmanes e hizo prisionero a su cuñado. Poco después, convencido de la imposibilidad de la resistencia contra los cristianos, después de un largo asedio en Baza, en diciembre de 1489, de nuevo pactó con los Reyes Católicos la entrega de Almería y Guadix mediante capitulación. Es, pues, el artífice de la capitulación de la ciudad almeriense. Pero no sólo se rindió, sino que también ofreció sus fuerzas para ayudar a los Reyes Católicos contra sus correligionarios. A cambio, le concedieron en señorío las tahas de Andarax, Órgiva y Lanjarón, además de otras rentas y donaciones. Estableció su casa en Laujar.

      En 1490, Boabdil, que no cumplió su promesa de entregar Granada a los Reyes de Castilla, solivianta a los ya mudéjares de las tahas alpujarreñas, quienes comienzan a sublevarse contra los cristianos, lo que ponía en peligro la estabilidad de los territorios concedidos y controlados ya por el Zagal. Según Grima Cervantes, en la base de la sublevación pudo estar tanto el descontento generalizado por el progresivo incumplimiento de lo pactado por los castellanos y el abandono de sus propios líderes, que habían firmado las capitulaciones, como el desacuerdo de la población mudéjar con las negociaciones que había entablado el Zagal para vender a los Reyes Católicos los territorios que le habían dado en señorío, puesto que ello suponía el paso total del gobierno de las tahas a manos cristianas. Una vez realizada la venta, que le supuso unos ingresos de cinco millones de maravedíes, el Zagal emigró a África con toda su familia (1490). Desde las costas granadinas se dirigió a Orán y, de allí, a Tremecén, donde fijó su residencia, tratándosele como sultán de al-Andalus hasta su fallecimiento en mayo de 1493.





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