Hijo de Antonio María Bernabé Lentisco y continuador de su labor periodística, industrial y minera, destacó principalmente por una constante preocupación de la problemática agrícola de su comarca, interesándose sobre todo por el aprovechamiento y distribución de los escasos recursos hídricos, así como por la reivindicación, casi obsesiva, de trasvases desde otras cuencas. De este afán nacieron numerosos artículos, en algunos casos conformando extensas series por entregas, sobre canalizaciones, explotación de aguas subálveas, modernización de la agricultura, etc., que se encuentran repartidos por diversos periódicos de la época como El Imparcial de Levante, El Censor, El Almanzora de Huércal Overa o El Minero de Almagrera. Precisamente en este último periódico vio la luz el Proyecto de desviación del río Almanzora que, auspiciado por su padre, elaboró junto a Emilio de Falces Falces, en el que contemplaban el cambio del curso fluvial con el fin de ganar nuevas tierras de regadío y salvaguardar  la población de Cuevas de la amenaza de las inundaciones.

      Aficionado a la Geología y a la Paleontología, y gran conocedor de estas materias, su aportación fue prolífica, publicando artículos y estudios en El Almanzora y La Crónica Meridional de Almería. Esta inclinación por las ciencias de la tierra había surgido en 1878, cuando se descubre el conocido como fósil de Cirera y en torno a este hallazgo se conforma el Círculo Geológico Cuevense, el primero en su género de la provincia, del que Bernabé Soler fue miembro fundador.

      Nombrado correspondiente de la Real Academia de la Historia, emprendió, junto a su amigo y cronista local Miguel Flores, una ardua tarea de investigación sobre acontecimientos y personajes de su localidad, que se tradujo en la publicación, entre otros estudios, de las biografías del poeta Molina Valero y del historiador Bolea y Sintas, insertas como preámbulo a obras de estos autores.

      Merece la pena destacar aquí su relación con el eminente arqueólogo Luis Siret, al que le unió una larga y profunda amistad. Integró casi desde su fundación el consejo de redacción de El Minero de Almagrera, junto a su padre y a Cristóbal Bordiú.  la muerte del primero, en 1901, se hizo cargo de su dirección hasta la clausura del periódico en 1908.