Modesto García Contreras asomó a la vida en Tabernas en la madrugada del 16 de noviembre de 1896 y falleció en Almería el 31 de enero de 1984. En medio, toda una vida de ejecutoria poética. Ejerció de oficial mayor en el ayuntamiento natal, puso en marcha un grupo teatral de aficionados y fundó el semanario Andalucía Oriental. Ya establecido en la capital colaboró en los diarios El Eco de Almería, Mediterráneo, La Crónica Meridional, La Independencia, La Tarde (Málaga), Tres Avisos, Diario de Córdoba, Informaciones de Madrid (firmando crónicas taurinas como Don Modestito); y en las revistas Nerja, Española de Tánger, Fons Mallaría, Alborán y Andarax. Su fuerte vocación literaria y gran capacidad de trabajo le llevaron a intervenir regularmente en programas de Radio Nacional, Intercontinental, Juventud y Radio Almería.

Se incorporó al cuerpo de secretarios de la administración de justicia, ejerciendo en Nerja, Alcalá de Henares y Fuente Ovejuna, en la que se jubiló. En 1924 publicó Volutas en el aire y La Capa; ingresando en la Real Academia de Bellas Artes y Nobles Letras de Córdoba tras editar Fiesta Andaluza. Citados estos, cabe añadir parte de su notable producción en prosa y verso: El castillo de Tabernas, Glosas líricas de la Fiesta Brava, Almería y los Almerienses, En la atalaya de Mijas, Apuntes para la historia de Tabernas, Las lámparas del sacristán y Corrida de toros en Trebolares (cuentos); además de apuntes biográficos sobre Antonio Ledesma, Francisco Villaespesa y el canónigo magistral José Domínguez.

Secretario provincial de Amigos de los Castillos y del matritense Amigos de la Capa, sobresalió por su carácter extrovertido, castizo, culto y amante de la fiesta brava (en 1981 lo nombraron presidente honorario de la peña Jueves Taurinos). A propuesta del también crítico Francisco Medina, en julio de 1983, la Tertulia Indaliana le concedió el Indalo de Oro, impuesto en el propio domicilio dada la enfermedad que padecía. Después de la misa de difuntos en la parroquia del Espíritu Santo, sus restos regresaron en 1984 a Tabernas, cuna del poeta de la sempiterna capa española.