Es la primera almeriense licenciada en medicina de la que tenemos constancia, aunque no llegó a ejercer en la provincia que la vio nacer. Entre sus profesores clínicos destacó el reputado Dr. Carlos Jiménez Díaz. Gómez Spencer aspiró en 1931 a un acta por el PSOE en el Congreso de los Diputados.
Elena Fernanda Gómez Spencer nació el 30 de mayo de 1894 en la calle Gerona, fruto del matrimonio entre Bernabé Gómez y María Spencer Rabell. Ingeniero responsable de la Jefatura Provincial de Minas, el padre falleció en diciembre de 1909 y los obituarios en prensa reiteraron su intachable trayectoria, honestidad y amor a Almería. De la infancia y adolescencia de Elena desconocemos casi todo, solo que al quedar huérfana se trasladó a Madrid, matriculándose en su Facultad de Medicina bien rebasada la veintena.
Reapareció en la capital durante el homenaje a un joven colega en junio de 1930. No obstante, es ella quien suscitó la mayor atención al conocerse la obtención del título en Medicina y Cirugía con brillantes calificaciones y en tan solo tres años de carrera: 1928-30. Era la primera convecina en lograrlo y las muestras de admiración se sucedieron. En julio fue agasajada en el Casino Cultural, donde surgió la petición, aceptada por el ayuntamiento, de dedicarle la calle Estrella, en la Almedina. Los periódicos ABC y La Vanguardia se hicieron eco de tal distinción. En agosto el Diario de Almería publicaba una breve pero sustanciosa entrevista. Ahí expresaba su pasión infantil por la lectura en la biblioteca paterna, aunque declinó estudiar letras clásicas; que hizo varios cursos en la Escuela Nacional de Puericultura matritense, pero prefirió dedicarse a la medicina interna y que había asistido a la clínica del Dr. Medinaveitia, profesor a quien, junto al Dr. Jiménez Díaz (con el que igualmente realizó prácticas de laboratorio) rendía sincera admiración, al punto de convertirse ambos en auténticos referentes. Por último, y tras citar a otra paisana aspirante a la licenciatura, Isabel Téllez, dudaba si abrir o no consulta en Madrid.
Militante del Partido Socialista, en junio de 1931 regresó a Almería y se postuló, junto a nueve compañeros, como pre-candidata al Congreso de los Diputados. Gabriel Pradal y Benigno Ferrer fueron finalmente quienes consiguieron el acta. En Madrid se casó con Luis Pardo de la Torre Ayllón y el 12 de diciembre de 1932 obtuvo el divorcio, quedándose con la custodia y potestad de su única hija.