Antonio PEREGRÍN ZURANO


PEREGRÍN ZURANO, Antonio (Pulpí, 1898 - Madrid, 1967). Exportador.


Antonio Peregrín Zurano era hijo de Cristóbal Peregrín Caparrós, un aparcero de Pulpí que con unos ahorros fue comprando esparto en Baza y Almería, donde viajaba con frecuencia a principios del siglo XX para hacer negocios. Abrió una pequeña fábrica de espartos y almendras en el Paseo y al morir legó sus negocios en testamentaría a sus siete hijos. Fue el mayor, Antonio, que se había marchado a la Academia Militar, quien regresó y asumió los poderes de la fábrica y de los bienes de la familia. Fue aprendiendo los secretos de la exportación y se integró, con derecho propio en esa nómina de audaces almerienses de los años 20 y 30 como Navarro Moner, González Egea o Romero Hermanos, que impulsaron la actividad económica en los fletes marítimos.

Durante la Guerra huyó a Inglaterra donde acrecentó sus contactos comerciales y donde consiguió aprender un inglés fluido. La fábrica de espartos y almendras de Peregrín abrió cuando el Paseo se llamaba del Príncipe Alfonso, continuo con la Avenida de la República y con Avenida del Generalísimo. Contaba también con oficinas administrativas en Conde Ofalia, con Francisco Cañadas como hombre de confianza, con una pionera dirección telegráfica y telefónica, y con almacenes en la calle Martínez Campos, donde después trasladó la factoría.

Peregrín extendió sus tentáculos comerciales abriendo almacenes en Águilas, Aranjuez, Toledo, Villarrobledo y compró la célebre finca de El Cautivo, en Campohermoso.

Con los años introdujo también las exportaciones de alcaparras, al tiempo que languidecía el esparto y medraba la almendra, vendiendo la cáscara para el motor de gasógeno de los vehículos de la época.

Fue mecanizando su producción y pasó de partir el fruto en fábrica a comprarlo a Antonio Gallardo, de Huércal Overa, a los Rojas, de Totana, y a sus primos peregrines, en Pulpí, los antecesores de la actual Primaflor, el gigante de las lechugas, y la SAT Peregrín, líderes en la producción de ajos.

No fue Antonio Peregrín un duro empresario de mandíbula de acero. A pesar de su aspecto elegante, de bon vivant, de opíparos restaurantes y pañuelos de seda, fue un bienhechor, impulsor de Asistencia Social en Almería y en el pago de Seguridad Social a algunos empleados más necesitados, cuando aún no existía, y donó los terrenos donde se construyó la ermita de la patrona en Torre García. Murió en Madrid en 1967, acompañado de su esposa María Caparrós, con la pena de no haber podido tener un hijo.



León González Manuel





Política de Privacidad | Aviso Legal | Versión: 2.2.1 | 12/02/2024