Vicente FERRER VICENTE


FERRER VICENTE, Vicente (Pechina, 1900 - , 1989). Pintor naif y enterrador en Pechina.


Alguien pensaría que Vicente Ferrer Vicente era natural de Pechina, pero nació en Viator en 1900, aunque sí murió en la antigua Urci de San Indalecio en 1989. Al igual que buena parte de personajes singulares, se dio a conocer al gran público a través de la lectura. Jesús Ruiz Esteban lo entrevistó en 1971, con ilustraciones fotográficas de Carlos Pérez Siquier. No obstante, fue Jesús de Perceval quien realmente lo descubrió en 1946, prologándole su inicial exposición, coincidente con el Primer Congreso Indaliano celebrado en Pechina: Hay un hombre oportuno para conversar con él: Vicente Ferrer… después de años de silencio en la mirada, ha vuelto a saber del color…

Creció entre juegos infantiles y asistencia a la escuela pública, con la obligación desde muy joven de ayudar con su trabajo a la maltrecha economía doméstica, aceptando con 23 años el cargo de sepulturero y conserje del cementerio de Pechina. Entre sepulturas y fosas, en su mucho tiempo libre, desarrolló su firme vocación por la pintura. Sin canon académico al que atenerse, a su libre albedrío: “Esto mío es una bendición de Dios, una inspiración divina”. Ya desde entonces clasificaba sus obras en memoriales, ideales e industriales. José Luis Ruz, historiador de Bellas Artes y yerno de Perceval, dio cuenta igualmente en prensa del pintor y de cómo el cuarto de autopsias lo convirtió en su taller e íntima “sala de exposiciones”.

A edad septuagenaria quedó ciego, pero merced a la intervención de los oftalmólogos doctores Gázquez (padre e hijo) recobró parcialmente la visión y pudo retomar la paleta y pinceles. En esos momentos decía: “Lo que a mí me pasó es que se me cansó la vista y se me quedó dormida unos años. El mejor cuadro que ahora pintaría, cuando vuelvo a ver el azul y el rosa, sería el de mi compañera… Lo que no he tenido es pillería para vender mis cuadros. El más caro de todos creo que fueron dos mil pesetas”. No se trata del que le adquirió Vallejo-Nájera, quien lo incluye en el Diccionario de pintores naif y organizó una exposición en la Biblioteca Municipal Francisco Villaespesa, precedente de dos más en 1956 y 1963,

Con Rosa García, su esposa, vivía en “una casa en la calle del Cuerno, en el pechinero barrio de la Jarica”. Al fallecer esta, la hermana del pintor se convirtió en su marchante. Por el colorido y anacrónica interpretación de un hecho tenido por histórico, de su obra naif llama la atención la Llegada de San Indalecio a Pechina, cuadro que se conserva en casa de José Luis Ruz.

 

Bibliografía:
Ruiz Esteban, J. y Pérez Siquier, C., Conversaciones en Almería, Almería 1988.

 

 




Sevillano Miralles Antonio





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