Dolores GUTIÉRREZ AZNAR


GUTIÉRREZ AZNAR, Dolores (Almería, 1874 - Buenos Aires, 1954). Poetisa, ama de casa y madre de Fermín Estrella.


Almería, patria mía, / cuna de mi nacimiento. / De tu suelo y de mis padres / saqué lo bueno que tengo: / estoicismo en la pobreza, / apego a todo lo bueno, / mucho cariño a los míos, / respeto para lo ajeno / y una paciencia muy grande / para sufrir los tormentos / que la vida trae consigo / para grandes y pequeños… Este poema de Dolores Gutiérrez Aznar sirve de prólogo al Romancero de Almería (IEA, 2011) de su hijo Fermín Estrella Gutiérrez (Almería, 1900 - Buenos Aires, 1954), escritor y viceministro de Educación en la República Argentina cuya biografía se incluye en este Diccionario.

Ama de casa con raíces familiares en el Marchal de Antón López (en la Alpujarra almeriense), hija de María Dolores y Francisco, administrador de una empresa inglesa exportadora de esparto. Nació el 24 de septiembre de 1874 en la Plaza Pavía y en enero de 1900 se casó con Fermín Estrella Moreno, con estudios de abogacía en la Universidad de Granada, secretario de la Audiencia, empresario y cónsul de Ecuador y Cuba, con despacho en su domicilio de calle Pedro Jover. Del matrimonio nacieron cuatro hijos en Almería (Fermín, Francisco, Alfonso y María) y un quinto, Nicolás, ya en Buenos Aires. Por razones de índole doméstica, en 1910 emigraron a Argentina, país donde murieron su madre, esposo (1941) y dos hijos menores. Ella falleció el 24 de marzo de 1954:

¿Qué es lo que sienten los seres
que de mi lado se van
que antes de morir me miran
de un modo extraño y glacial?

De carácter tímido, a quien le gustaba más escuchar que hablar, fue su madre quien la enseñó a leer y escribir, a la antigua usanza. Su primogénito la describía amorosamente como “una mujer honesta y virtuosa entregada totalmente a la familia. Alta y erguida, de ojos verdosos y bondadosos. Suave y dulce en sus gestos, no fue nunca a la escuela, pero recibió una educación esmerada en el seno de su hogar. Leyó mucho toda su vida, y fue siempre, hasta su muerte, una autodidacta. Le gustaba leer a Rousseau, Víctor Hugo, Bécquer y Antonio Machado… “.

Aunque desde joven venía haciéndolo, fue a la muerte de su marido cuando intensificó su producción poética: “un fluir constante de versos sencillos que le salían del alma y en los que iba recogiendo recuerdos y sensaciones de su infancia y juventud… El desarraigo de su tierra natal, de su bella y lejana Almería, fue cruento y nunca dejó de recordar los sitios y momentos en que había sido feliz… Le gustaba la belleza y la justicia y hablaba con dulzura… Sufrió en carne propia, terriblemente, la tragedia de dos guerras europeas y los crímenes racistas que estremecieron al mundo… Como española sufrió intensamente el dolor de la tragedia que durante tres años ensangrentó el suelo que tanto amaba…  Desde que se quedó viuda siempre vistió de negro luto”. En 1969 el citado Fermín Estrella, “espigó entre las composiciones de su madre y reunió cincuenta en un libro titulado Poesías, publicado en Buenos Aires, en edición limitada, fuera de comercio…”.  

 

Bibliografía:
Estrella, Fermín, Romancero de Almería, Instituto de Estudios Almerienses, Almería 2011.
Estrella, Fermín, Memorias de un niño de Almería, Instituto de Estudios Almerienses, Almería 2011.
Estrella, Fermín, Claro cristal del Tiempo, Colección Alhucemas, n.º 11, Almería 2001; prólogo de Juan José Ceba.
Castañeda Muñoz, Florentino, Tierra de Poetas, Almería 1998.

 

 

 

 

 




Sevillano Miralles Antonio





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