AtrasAdelante

No debe Perderse 


CARBONERAS es, ante todo, antítesis de paisajes, de usos del espacio, de vocaciones. Entre la industria y el turismo, al borde del riesgo, como siempre ha vivido, como su propia historia. Quizás sean éstas las señas de identidad de esta tierra de mar y luz, de azul y ocre, de soldados y pescadores, de gentes de Almería, conocidas y anónimas, pero heroicas.

"Castillo de San Andrés"


"Torre de los Diablos"

"Vista general"
Carboneras es avidez de sol y de sal, de tomillo y esparto, de aroma y trabajo, de diáspora y atracción. Su origen no es la atracción de un medio natural bondadoso y fértil, es la decisión de una voluntad frente al riesgo, la necesidad de defender otras tierras más aptas y mejores para la época. Su medio natural contrastado y rico pese a su aparente pobreza fue valorado premonitoriamente; Cala y Flores, en 1919, decían: «Disponiendo de tales elementos, no es aventurado predecir que el día que se mejoren los caminos que conducen hoy a Carboneras será su playa un punto de baños frecuentado por la gente del interior, que irá a gozar entre paisajes risueños y montañas agrestes, la placidez de una temperatura suave, refrescada por las brisas marinas blandas y aromosas...» Hoy Carboneras es algo más que paisaje.

"Perspectiva de Mesa Roldán"