Historia 









Al margen del núcleo urbano, debemos citar los principales anejos o cortijadas existentes en el municipio: El Barranco del Infierno, Los Borregos, Los Calesas, La Carrasca, La Fuente del Tío Molina, La Hoya de la Zarza, Los Jeromos, Los Molinas, Los Morillas, La Palmera, La Piedra de Zahor, La Tía Lucía y Los Utreras. La población residente en Albanchez ha ido disminuyendo progresivamente durante este siglo, característica común en muchos municipios de los Filabres. Así, si en 1930 vivían 2.360 personas en el término municipal, veinte años más tarde la cifra disminuyó hasta los 1.736; en 1980 no llegaba al millar, y en la actualidad ronda los 800 habitantes. Las primeras noticias históricas relacionadas con Albanchez se refieren a su conquista por las tropas murcianas en 1436, en una expedición en la que también dominaron Albox, Arboleas, Zurgena, Overa y Cuevas.
Tal y como nos cuenta José Angel Tapia, en junio de 1492, terminado el proceso de conquista cristiana, los Reyes Católicos incluyeron Albanchez en el lote que otorgaron a don Pedro Manrique de Lara duque de Nájera, junto a Benitagla, Albox y Arboleas. Tres años después, el duque las vendió a don Juan Chacón y, tras la muerte de éste, en 1503, pasaron a su segunda esposa, doña Inés Manrique. Finalmente, las cuatro villas y Oria fueron compradas por don Pedro Fajardo primer marqués de los Vélez, quedando bajo su jurisdicción. El Libro de Apeo y Población realizado a finales del siglo XVI nos informa de la situación de Albanchez antes de la sublevación morisca. Así, sabemos que había 50 familias, «50 fanegas de tierra clama de riego, 750 de secano (...), 525 olivos en regadío y 150 en secano, 1.064 morales con cuya hoja se criaban 38 onzas de simiente de seda». El agua para el regadío se tomaba de la rambla que rodea la villa. Después de la guerra, y la consiguiente expulsión de los moriscos, la repoblación se inició con 14 vecinos en 1572. Desde el punto de vista eclesiástico, Albanchez siguió siendo un anejo de Oria hasta diciembre de 1603.
El catastro encargado realizar por el Marqués de la Ensenada nos informa de que, a mediados del siglo XVIII, la villa seguía perteneciendo al señorío del marqués de los Vélez.


" Vista General"

Tenía 226 casas en el pueblo y 28 cortijos, y cerca de mil habitantes. Entre sus vecinos, podemos reseñar la presencia de un médico, un notario, dos cirujanos barberos, un escribano municipal, un marchante de ganado y un estanquero. En el documento se citan las calles Larga, de Enmedio, San Antonio y La Placeta; y se indica la existencia de una taberna de vino y aceite, una almazara y tres molinos harineros. En el siglo XIX, como se refleja en el Diccionario de Pascual Madoz, el pueblo tenía «500 casas, la mitad situadas en terreno llano, y la otra mitad en cuesta bastante pendiente, y todas son de dos o tres pisos con pocas comodidades; en el campo hay 120 que unidas a aquéllas forman un total de 620; tiene 10 calles principales con diferentes callejuelas, la mayor parte mal alineadas». En esos momentos, Albanchez tenía 2.190 habitantes.
Entre las construcciones existentes en el municipio, debemos destacar la Iglesia Parroquial, dedicada a la Encarnación. El templo, construido en el centro de la villa en 1720, se divide en dos naves y siete altares. Tiene 28 metros de largo, 15 metros de ancho y 14 de altura en la media naranja. Preside el altar mayor una pintura al óleo de la Encarnación y las imágenes de culto de Jesús Nazareno, San Ramón y San Francisco de Asís. En la capilla del Evangelio encontramos un San Antonio de Padua, y en la Epístola, la Virgen de los Dolores y la del Rosario. En el altar mayor, de orden dórico, hay tres lápidas sepulcrales, fechadas en 1729-1730.







 
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