| Entre los lugares con tradición y valor histórico encontramos: Despoblado de Benimina (Belemina), situado en el lugar hoy conocido como «Belemina», cerca de los parajes denominados el Almendral, la Galera y Era Alta. Por el camino que comunica Benizalón, con el cerro de Monteagud es por donde mejor se llega a las ruinas que aún perduran de la villa de Benimina; centro habitado de importancia en la época señorial de los Enríquez, que contaba con una fortaleza, más de 30 casas en condiciones de ser habitadas y tres tiendas. Otros elementos que hoy podemos destacar en el despoblado son el resto de muros pertenecientes a la fortaleza en bastante mal estado, encontrándose en uno de ellos restos de recubrimiento de yeso con motivos decorativos.
Se debió de utilizar, por las dimensiones, para albergar un destacamento defensivo que cubriera el espacio entre Alcudia (Alhabia) y Uleila. Además de acuartelamiento tendría como misión, por su distribución interior, ser utilizado como vivienda permanente o para descanso del encargado del señorío durante las visitas; restos de las casas y necrópolis, esta última posiblemente situada en las inmediaciones debido a los restos de tumbas y huesos humanos que aparecen cerca del lugar urbanizado y junto al camino principal de Benizalón a Benimina y Monteagud.
La iglesia es pequeña, de cruz griega, nave cubierta con una armadura de línea rectangular, altar mayor y dos capillas laterales, dedicadas a la Virgen de los Dolores-Angustias y al Nazareno. En 1570 el beneficiado era Juan de Solís. Este templo parroquial, denominado de Santa María, existe desde el siglo XVI, cambiando el nombre en el siglo siguiente por el de Virgen de las Angustias y nombrando patrona a la Virgen de la Cabeza. Las torres (antiguo minarete) fueron construidas en 1886, como aparece en una lápida adosada en el muro. Lo verdaderamente interesante es el artesonado mudéjar y el coro de madera que, después de la reconstrucción que ha finalizado este año, resaltan por su conservación, valor artístico y originalidad. La imagen más antigua es el Santo Cristo, muy venerado por los vecinos. |
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"Calle de Benizalón"
Una pequeña plaza con multitud de vivencias e historia, con encuentros imposibles, donde el juego de pelota era la diversión y la emoción del enfrentamiento con los pelotaris de Códbar, Benahadux, Senás y otros pueblos cercanos buenos maestros de la pelota a mano. Un rótulo cambiante, pero que casi siempre renace con el nombre de Plaza de la Constitución 1881; una escuela de las antiguas vacía por falta de niños y casas bien alineadas esperando otra fiesta, otras gentes, más ilusiones, el esplendor de la Danza de los Pastores (auto sacramental breve preparado por los vecinos) y nuevas ideas para no perder la esperanza de ver niños y jóvenes jugueteando por ella.
Empedradas, estrechas, limpias y cuidadas calles entre fachadas de cal blanca que recuerdan momentos de una historia preñada de creación y poesía, como la Tejera, La Fuente, La Estación, Oficiales, Castillico, La Carrera, Las Pequeñicas o el Toril. El cerro de Monteagud es uno de los lugares más singulares y significativos de toda la provincia; en su cumbre se encuentra la ermita de la «Milagrosa Imagen de Nuestra Señora de Monteagud (Virgen de la Cabeza), aparecida, según la leyenda, sobre una encina en el cerro del mismo nombre, donde se venera». Ocupa el solar de una rábita musulmana que llamaban Montahur y es centro de peregrinación provincial. |
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