Buscar palabras que definan la gastronomía de Cantoria no es tarea fácil cuando se compite con el paladar. No obstante, se podría decir que la cocina que se degusta en la Villa la constituye un recetario variado y rico en matices, cuyos sabores, que aún recordando mucho a los de los platos típicos que se sirven a lo largo y ancho de la Comarca del Almanzora, gozan de una impronta que los hacen únicos.

Sin duda, hay tradición en el plato, la que le confieren las antiguas recetas elaboradas con productos de la tierra, pero también innovación, otorgada por largos siglos de historia vividos entre fogones.

Las migas

No hay duda. El plato estrella del recetario cantoriano, más allá de los días de lluvia que marca la tradición, sigue siendo las migas, una comida típica de la provincia de Almería que en la Villa cuenta con su propia receta. Entre sus ingredientes encontramos harina de trigo o de maíz (o ambas mezcladas), agua, aceite y sal.

Algo muy tradicional en Cantoria es acompañar las migas con caldo de pescado, pimentón (caldo elaborado con pimientos rojos y verdes asados), pimientos y tomates secos fritos, "tajás" (trozos de costilla y magra fritos), trozos de morcilla frita, pimientos fritos secos, tomates, ajos tiernos asados, rábanos, etcétera.

 

También existe en el recetario popular una variante de las migas, que son las gachas. En esta variedad, la harina se cuece dándole vueltas circulares con una cuchara de palo, lo que propicia que quede como una masa espesa. Una vez cocinadas, se bañan con caldo de pimentón o de pescado. También encontramos las gachas dulces que se cocinan con leche.

Los pucheros también cuentan con una larga tradición en la cocina cantoriana, por lo que podemos encontrar una gran variedad. Uno de ellos son las pelotas. Se trata de un puchero cocinado a fuego lento con habichuelas, hinojos y morcilla al que se le añaden una especie de albóndigas, de ahí su nombre, hechas de harina de maíz, chorizo, tocino y perejil. Otro puchero es el trigo, comida que cuenta con los mismos ingredientes que las pelotas pero al que se le añade trigo previamente picado, en lugar de las pelotas. También encontramos el puchero de calabaza, de col o de arroz.

Los gurullos y los fideos son otras comidas que gozan de gran fama en la Villa. Ambos guisos se cocinan con un sofrito hecho con perdiz o conejo, al que se le añaden patatas y en el caso del primero, gurullos (trozos pequeños de masa de harina) o fideos, eb el caso del segundo.

Y cuando aprieta el calor, el gazpacho también tiene su versión cantoriana y que consiste en una picada muy fina de pepino, tomate y cebolla (no se tritura) a la que se le añade agua muy fría, aceite, vinagre, y sal. Se aliña con ajo y se le añaden sopas de pan.

Por último, hay que mencionar la fritá de sangre, un plato que se hace con cebolla y tomate frito con sangre de cerdo cocida.

La tradicional matanza del cerdo aún hoy se sigue celebrando y de ella sale una rica variedad de embutidos caseros como la morcilla de arroz, el chorizo y el blanquillo.

Los dulces Cantorianos

Un capítulo importante de la gastronomía de la Villa lo ocupan los dulces ya que Cantoria es rica en repostería tradicional, la misma que se degusta durante las distintas fiestas de la localidad o la que alegra las mesas de Navidad o Semana Santa.

Entre los dulces más típicos podemos encontrar los almendrados (una especie de dos medias lunas de bizcocho rellenas de cabello de ángel y rebozadas con una fina capa de almendras molidas), los roscos de naranja, los suspiros de almendra, los mantecados de miel, los roscos de vino y aguardiente, los alfajores de almendra, las empanadillas rellenas y los roscos de anís.