Historia

De la Prehistoria al Islam

 

El origen de los actuales asentamientos de Fondón, Benecid y Fuente Victoria es desconocido, pero muy antiguo.

La zona estuvo poblada al menos desde el Neolítico, a juzgar por las hachas de piedra encontradas en lugares como el Barranco del Infierno, cerca del río Andarax. Algo más reciente parecen ser los restos encontrados en Cerro Castillo, y sobre todo, en Fuente Ramírez, que se remontan al 2000 a. C., con lo que se demuestra una población bastante anterior al inicio de nuestra era.

También de antes de la era cristiana son los restos encontrados en gran cantidad en las antiguas minas de plomo de Sierra de Gádor. Así lo atestiguan los relatos que, con las nuevas explotaciones mineras a partir del siglo XVIII, nos hablan de lingotes de plomo, cadenas y herramientas, y de monedas y candiles con el escudo de la colonia griega Abdera (Adra). Estas explotaciones mineras nos hacen suponer la existencia de núcleos de población cercanos que las abasteciesen.

De época romana son los restos cerámicos de Las Paces, en Sierra Nevada, y de la Tumba del Gigante, en Sierra de Gádor, así como la recientemente excavada necrópolis de Benecid, asociada a un núcleo de explotación agrícola.

A causa de la escasez de fuentes escritas y de restos físicos conservados de las diferentes culturas que pasaron por nuestras tierras, este amplio periodo de la historia nos es prácticamente desconocido. No será hasta época musulmana cuando disponemos de fuentes más fiables y abundantes.

Debido a su situación al sur de la península, pronto estuvo bajo la influencia árabe, aunque la pervivencia del cristianismo en la zona pudo remontarse hasta más allá de las rebeliones de Ben Hafsum contra Abderramán III en el siglo X, en las que la población cristiana nativa luchó junto a tribus musulmanas de origen yemení contra el poder central cordobés.

1492-1568 Una dificil convivencia

 

Por las Capitulaciones de Santa Fe de 1492 se le entregó a Boabdil una parte considerable de La Alpujarra en señorío, convirtiéndose en un noble castellano más de riqueza media. Estableció su corte en la Taha de Andarax, y hasta su marcha a finales de 1493, Fondón le pertenecerá como una de sus posesiones.

Las Capitulaciones fueron bastante favorables para los vencidos, ya que se hallaban concebidas dentro de un espíritu de transigencia, dictadas aún por la vieja idea medieval de que había que "convivir con el moro". Así los castellanos respetaron en gran medida las costumbres, administración, religión, idioma y propiedades de los mudéjares vencidos, al menos sobre el papel.

La marcha obligada de Boabdil a Berbería es un síntoma que indicaba que las Capitulaciones de Santa Fe no iban a resultar como se esperaban. Las tesis intransigentes del Cardenal Cisneros vencieron a las tolerantes de Fray Hernando de Talavera. Empezaron a recortarse las concesiones, lo-que provocó la primera rebelión de La Alpujarra de 1500-01. En la guerra de sometimiento destaca el incendio de la mezquita de la cercana Laujar, en donde se había refugiado la población.

Al término de la rebelión, los mudéjares fueron obligados a bautizarse, convirtiéndose en moriscos, o a abandonar la península. Los bautismos se produjeron en

 

masa y muy pocos abandonaron el país. Las mezquitas fueron convertidas en templos cristianos, pero tras el terremoto de 1522, comenzaron a construirse nuevas iglesias. En torno a 1550 y 1560 se construyen los tres templos de Fondón, Fuente Victoria y Benecid. La cristianización no fue la deseada, y mucho menos la castellanización. Los moriscos siguieron con sus prácticas musulmanas a escondidas (incluso tenían ritos para "desbautizar" a los niños), usaban sus nombres moros entre ellos y los cristianos en sus relaciones con los castellanos, acudían con asiduidad a los baños, y su asistencia a misa era obligada y castigadas sus ausencias.

La convivencia entre los dominadores castellanos y los moriscos sometidos era, pues, difícil y conflictiva, lo que provocaba la huida de los moriscos a África. La escasa población castellana prácticamente se limitaba a los clérigos, a los funcionarios y sus familias, caracterizados por lo general por una gran ambición, lo que generaba el rencor y la desconfianza morisca.

Durante esta época la población se dedicó principalmente al cultivo de los morales para alimentar los gusanos que producían una seda excelente y apreciada en la alcaicería de Granada. Por influencia castellana las viñas estaban en expansión, y era un cultivo dedicado a la exportación. Muy importante seguía siendo el cultivo intensivo de regadío, especialmente de subsistencia.

Al final del periodo morisco Fondón contaba con unas 150 familias, pero tan solo 7 de ellas eran de castellanos; 4 familias en Fuente Victoria frente a 100 moriscas, y entre los otros dos núcleos de Benecid y Abenzuete sumaban otro centenar de familias, todas moriscas.

 

1568-1572 El final del Fondón morisco.

 

Desde que se impusieran las tesis intransigentes del cardenal Cisneros contra los mudéjares vencidos y se les obligara a bautizarse, varias fueron los planes para intentar conseguir la castellanización de los moriscos. Numerosos edictos desde el emperador Carlos V, pretendieron que los moriscos abandonasen su idioma, costumbres y prácticas religiosas encubiertas. Pero siempre cedió la administración castellana por el dinero, del que tan necesitado estaba el emperador, que pagaban los moriscos para su suspensión o aplazamiento.

La persecución en el reinado de Felipe II se acentuó y tras una serie de malas cosechas, los moriscos se sublevaron en la Navidad de 1568. En esta guerra, Fondón, como toda su comarca, jugó un papel protagonista.

Los moriscos fueron acaudillados por el noble alpujarreño Fernando de Córdoba y Válor, Aben Humeya, nieto de uno de los cabecillas de la primera rebelión de 1501, y que se decía descendiente de califas omeyas cordobeses y reyes granadinos. Al poner su corte en la cercana Laujar, Fondón participó del principal escenario de la contienda.

Las primeras semanas fueron especialmente trágicas y estuvieron caracterizadas por las tropelías de Aben Farax y los monfíes (bandoleros moriscos). La mayoría de los castellanos fueron apresados en Fuente Victoria, lugar que por su situación había servido de punto de encuentro de los cristianos en los primeros momentos. Los moriscos asesinaron a todos los hombres y a los niños mayores de 10 años, reduciendo a la esclavitud a los demás. De aquellos acontecimientos todavía queda el topónimo de la Rambla de los Mártires, a las afueras de Fuente Victoria. Las iglesias de Fuente Victoria y de Fondón fueron incendiadas, pero no la de Benecid.

La guerra transcurrió con alternativas por ambos bandos y sustitución de los dirigentes por disensiones internas, hasta la aparición del hermano del rey Felipe 11, Don Juan de Austria, quien condujo a la victoria al bando castellano. Las negociaciones de paz se concluyeron en el Cortijo de Hadid, en Fondón, que desde entonces se denomina de las Paces, el 13 de mayo de 1570. Don Juan de Austria trasladó su cuartel general a Fuente Victoria, desde donde se continuó el apaciguamiento morisco, que no obstante tardaría por las partidas que se escondieron en las sierras durante varios años.

Los moriscos sometidos y apresados fueron deportados a otros reinos peninsulares en noviembre de 1570, siendo muy pocos a los que se les permitió quedarse, y ninguno conocido en Fondón.

De entre los supervivientes, sólo unas poquísimas viudas y huérfanas volvieron a vivir a Fondón.

 

1572-1600 La repoblación

 

Durante casi un año Fondón estuvo prácticamente despoblado. Igualmente gran parte de las provincias actuales de Granada y Almería. La corona necesitaba reocupar este vacío por intereses de defensa y fiscales: los turcos y berberiscos eran una seria amenaza, y había que recuperar los ingresos por la seda. Esta repoblación tendrá una importancia decisiva para las nuevas estructuras agrarias y nuevos planteamientos urbanos, cuya huella ha llegado hasta hoy. Sin embargo se mantendrán elementos de las estructuras agrarias moriscas: persistencia de los sistemas de riego y acequias, atomización parcelaria, policultivo de regadío y persistencia de un cultivo de antigua tradición morisca, el moral. Los nuevos pobladores recibían unas condiciones muy beneficiosas: casas en propiedad y tierras distribuidas en suertes, pagando un diezmo de todo el producto, además del diezmo eclesiástico. Esta distribución quedaría reflejada en un libro de apeo guardado en el concejo o ayuntamiento. Pero el volumen poblacional y el económico de los nuevos pobladores tardará en recuperar el esplendor económico de la zona, anterior a la rebelión de 1568.

La mayor parte de los repobladores del nuevo concejo formado procedían de Valdepeñas de Jaén, seguidos de los del Valle del Jarama, entre Madrid y Guadalajara. Aunque la idea de Felipe II era crear una sociedad de iguales, por la sociedad estamental del Antiguo Régimen y la categoría social de algunos repobladores (por nobleza o servicios especiales a la Corona), se tuvo que crear unas suertes complementarias o ventajas para estos privilegiados. Aún así, se consolidó una estructura de la propiedad que ha llegado hasta el presente, basada en la dispersión y el minifundismo.

 

 

1600-1800 El nacimiento del actual Fondón.

 

Los pueblos del actual Fondón, tal y como los conocemos hoy en día, se formaron durante este periodo. La repoblación se había afianzado. Continuaban llegando nuevos vecinos, procedentes de otros pueblos alpujarreños, otras comarcas granadinas y de Navarra, especialmente. La paz apenas se verá turbada, excepto en ocasiones como el asalto turco de Adra de 1620, o la participación de fondoneros en las lejanas guerras de Portugal o Francia. Se roturan tierras en las sierras, la cabaña ganadera va en aumento y la producción de la seda se mantiene. La población aumenta y unas cuantas familias empiezan a enriquecerse considerablemente y a controlar las instituciones locales.

Este desarrollo económico y demográfico se refleja en el urbanismo desde muy pronto en el siglo XVII. Muchos huertos y solares de época morisca se edificaron con nuevas viviendas, se abre una plaza nueva por debajo de la iglesia, incluso se crea un barrio nuevo en el paraje de Las Piedras. También se construyen nuevos espacios religiosos: las ermitas de Animas, de Los Angeles y de Las Angustias. Algunas de las casas palaciegas son igualmente de este siglo, destacando sobre todas ellas la de los Palomares, en Fuente Victoria.

El siglo XVIII comienza con el nacimiento de uno de los más ilustres hijos de Fondón, el escultor Andrés de Carvajal y Campos. Sin duda en su infancia debieron influir las nuevas esculturas y retablos con los que se estaban adornando los templos, para despertar su vocación artística.

Las mejores casas-palacios en Fondón son también de este siglo, así como el aspecto actual de los tres templos parroquiales. Del mismo modo, nuestras principales fiestas y tradiciones también tienen su origen en esta centuria.

Paralelamente a la crisis de la seda, la minería viene a sustituir su importancia económica. Aunque desde siglos atrás se explotaban minas de hierro y plomo, e importantes canteras de cal, es a partir de finales de este siglo XVIII cuando la minería, sobre todo de plomo, venga a convertirse en uno de los principales motores de la economía. Numerosos parajes se fueron llenando de pozos, a la vez que los boliches o fundiciones iban terminando con los bosques de encinas y el monte bajo. La minería propicia una fuerte inmigración que duró hasta mediados del siglo XIX.

De unos 300 habitantes con que se empieza este periodo, se termina con unos 1500.

 

1800-1936 Auge y declive minero.

 

Este es el periodo de más esplendor de la historia de Fondón. Aunque los comienzos no fueron fáciles. Para empezar, en el verano de 1804 se producen fuertes terremotos con numerosas víctimas y destrozos materiales, aunque en Fondón sólo hubo tres muertos. Y pocos años después la guerra de la Independencia, de 1808 a 1812. Además de los paisanos que marcharon a luchar a otras partes del país, y muchos no volvieron, la guerra se vivió muy de cerca en el propio pueblo. Partidas de guerrilleros como la del alcalde de Otívar, la de Padules o la del Moreno de Ohanes hacían emboscadas a las tropas francesas y a los cuerpos afrancesados de los Montañeros. Las represalias llegaban en forma de fusilamientos, violaciones y ahorcamientos, de los que no se libraron ni las familias poderosas.

Con la liberalización de la explotación minera en 1823, se producirá el gran "boom" minero, que hará que la población casi llegue a duplicarse en este periodo: en los años 20 del siglo XX se sobrepasa la cifra de 2800 habitantes.

A la economía hay que sumar ahora el cultivo de la uva de embarque, que vino a paliar los desastres en las viñas ocasionados por la filoxera.

La riqueza creada por las minas y la uva se invirtió en nuevas casas señoriales, y motivó que, para dar salida a estos productos, Fondón se incluyera con una estación en los nuevos planes del ferrocarril Linares-Almería a partir de 1871, aunque finalmente no se realizara.

En 1884 se anexiona Presidio de Andarax (actual Fuente Victoria), que había sido anejo de Laujar de Andarax desde que perdiera su autonomía municipal en 1882.

Con el declive de las minas de principios de siglo, se inicia también el de Fondón. La inmigración cesa, y ahora se convierte en emigración a Hispanoamérica, Europa y norte de África. Sólo en la década de los 20 parece haber un respiro con la construcción de la carretera a Canjáyar.

1936-Actualidad.

 

La Guerra Civil se sufrió como en tantos otros lugares. A la irreparable pérdida de vidas, hubo que sumar las persecuciones y represalias durante y después del conflicto, y la desaparición de una importantísima parte de nuestro patrimonio artístico.

Durante los años del Franquismo se terminan de cerrar las minas, por lo que la emigración vuelve a aumentar, ahora a Almería, Madrid, Cataluña y Francia, principalmente. La agricultura, que no se moderniza para hacerse competitiva, entra también en una grave crisis. Solamente cultivos como la almendra, el olivo, y, últimamente, la viña, mantienen algunas expectativas de progreso. Pero la gran esperanza de futuro puede ser el turismo rural y residencial.

Con el desarrollismo de la década de los 60 llegaron a Fondón el teléfono y el agua potable en las casas. Poco a poco la diferencia con la vida en una ciudad se ha acortado.

Si al comienzo de este periodo se sobrepasaban los 2000 habitantes, en la actualidad se sobrepasa ligeramente el millar en el municipio.


 
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