HISTORIA DE LAS TRES VILLAS







Historia









Según el Libro de Apeo y Población de Abla de 1571, del que se guarda una copia en el archivo de la Real Chancillería de Granada, el municipio de Abla se componía entonces de tres núcleos de población: el lugar y dos barrios distantes, las Adelfas y la Venta de Doña María.
Sin embargo, para encontrarnos con la fundación de la Venta de Doña María tenemos que remontarnos a la época romana, cuando Abla era un poblado indígena y se transformó en una población de cierta entidad al pasar junto a ella la calzada, generando a una legua de ella la Venta de Doña María.
Será a mediados del siglo XVIII cuando Escúllar y Ocaña aparezcan como barriadas de Abla, mientras que La Venta de Doña María, según nos dice el padre Tapia en su Historia general de Almería y su provincia, era una cortijada situada junto al Camino Real de Guadix-Almería, en una legua de Abla.
Esta cortijada se componía de nueve casas-cortijo con tierra y ganados, siendo propiedad del labrador don Juan Manuel de Mendoza, que tenía en Abla dos casas, una en el Barrio Alto y otra en el Barrio Bajo. La venta de Doña María le producía al labrador un total de 500 reales al año.
Y será en 1740 cuando los anejos de Doña María, Ocaña y Escúllar dejan de pertenecer tanto civil como eclesiásticamente a Abla, aunque después de este año siguieron estando unidos a esta localidad para el pago de paja, utensilios, mesta y censo de población.


"Construcción tradicional"

Como hijo ilustre de uno de los municipios de las Tres Villas destaca don Gonzalo Chacón, natural de Ocaña. El cual sirvió fielmente al condestable Don Alvaro de Luna, teniendo a su cargo al infante don Alonso y a la reina Isabel, por lo que éste le gratificó con una contaduría mayor de Castilla, la encomienda de Oreja y los señoríos de Casarrubios, Arroyomolinos y San Martín de Valdeiglesias.
En 1484 los Reyes Católicos facultaron a don Gonzalo para fundar un mayorazgo con los citados señoríos y vincularlos a los herederos del apellido Chacón.