TURISMO EN OLULA DEL RIO



Puede llamar nuestra atención, en todo el paisaje que venimos observando, la proximidad y airosa ubicación de los caseríos y diferentes pueblos, al margen de la superficie fértil de la corriente fluvial. Efectivamente, todo nuestro periplo permite apreciar un típico poblamiento lineal, de similares características al que aparece a lo largo de los oasis del norte de África. <br/><br/>
Los antiguos pobladores tenían sabias razones para esta ubicación. La primera, era la de no desaprovechar el exiguo terreno fértil con las edificaciones. La segunda, la de proteger el caserío, en épocas de crecidas y grandes avenidas. Sin más dilaciones, se muestra ante nosotros Olula del Río, en pleno centro de la Comarca del Mármol. <br/><br/>


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Cuando entremos en sus calles y observemos sus aceras y fachadas, reconoceremos fácilmente el porqué de este topónimo. Destaca la atención la localización de su núcleo urbano sobre un pequeño resalte, cercano a otros de mayor proporción. En uno de ellos, el más fácilmente defendible por lo escarpado del terreno, pudiera haberse situado la primitiva población andalusí de La Piedra Ver de Olula. Aún hoy, pueden descubrirse allí los restos de lo que pudo ser una fortificación árabe y alguna cueva, hace tiempo abandonada.<br/><br/>


Dos edificios religiosos sobresalen por muy distintas características. El más antiguo, la iglesia de San Sebastián, de finales del siglo XVIII, se construyó con un proyecto de Ventura Rodríguez en un marcado estilo neoclásico y nos muestra en su sencillez una curiosa planta de cruz griega.El otro edificio religioso: la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (de este siglo), tiene la particularidad de estar construido por entero con mármol, como no podía ser menos en estos pagos. <br/><br/>

Proponemos al viajero que visite la en sus fiestas patronales, dedicadas a San Sebastián y San Ildefonso, entre el 19 y 23 de enero, también conocidas como del Pan y las Carretillas, por tener dos celebraciones bien distintas.

La nocturna consiste en una verdadera batalla de cohetes (no explosivos) y la diurna en otra ocasionada por el intento de colgar del santo los cientos, y hasta miles, de roscas que se tiran desde las casas. Curioso ciclo festivo que enriquece la tradición de estas tierras. Si se quiere plantear un paseo, no dude en acercarse al área recreativa del Parque del Pinatar, propicio para pasar un relajado día de campo con la posibilidad de pernoctar en el área de acampada. Desde allí podrá practicar el senderismo por sus inmediaciones.



 
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