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10 cosas que aprenderás si te haces amigo de un almeriense

Los almerienses somos seres muy peculiares en ciertas cosas y conciertas posturas. A veces, hacerse amigo de un almeriense, si eres de fuera, puede resultarte un poco complicado, especialmente si no conoces nuestras tradiciones, nuestra jerga, nuestras costumbres y menos aún nuestro carácter. Pero complicado en el sentido de que somos muy especiales y específicos en distintos temas.

Así que aquí te lo vamos a decir muy en serio y te lo vamos a dejar muy claro, tenemos razones más que suficientes para que quieras hacerte amigo de un almeriense, ¿las conoces? Aquí van unas cuantas:

1.- Todo lo que te habían dicho sobre Almería es insuficiente

Esto le suele pasar a todos los que vienen a nuestra provincia por primera vez. Almería tiene una imagen exterior insuficiente e injustificada. Pero a pesar de ser una provincia pequeña, todo lo demás es mucho mayor. Tenemos un gran legado histórico de diferentes épocas al haber sido nuestro puerto uno de los más importantes del país. Contamos con una rica y variada gastronomía heredada de este pasado e influida por el Mediterráneo. Somos la ‘Huerta de Europa’ con las mejores frutas y hortalizas. Igualmente somos y hemos sido el ‘Hollywood Europeo’ teniendo el único desierto que existe en toda Europa. Y, junto a esto, nuestra gran variedad paisajística con mar, montaña y desierto. ¡Toma nota!

2.- Aprenderás a hablar en clave

Todo el que conozca a un almeriense volverá a casa con un nuevo vocabulario. Si vienes a la Feria te habrás “subido a los cacharricos”, si tienes prisa irás “follaíco vivo” o si vas al supermercado es mejor pedir unos plátanos “desos”.

3.- Los almerienses tienen atracción por la lluvia y el viento

Si un almeriense decide lavar el coche, limpiar las ventanas o planear para ir a la playa, lloverá o le hará viento. No sabemos la causa pero nunca falla. Si te haces amigo de un almeriense y llevas el coche recién salido del túnel de lavado, probablemente llueva (con barrio o “calima” incluido). Si queréis juntaros con los amigos en Cabo de Gata, posiblemente haga “levantazo” (viento de levante) o “ponientazo” (viento de Poniente) de la hostia.

4.- El desayuno es algo que no puede faltar

Parece algo evidente en cualquier dieta pero no lo es tanto por la peculiaridad de los desayunos almerienses. Cuando en gran parte de municipios el desayuno es un poco escaso o limitado, en nuestra tierra puedes elegir entre tostadas de tortilla de patatas, de lomo Sajonia, de atún y aguacate, de mantequilla, jamón york y queso y otras tantas. Tampoco pueden faltar los tradicionales churros con chocolate.

5.- Aprenderás que tenemos costumbres impuestas:

Un almeriense va siempre a la Feria “al menos un día”. Igualmente, va a la playa (aunque no le guste) al menos “unos días”. Los almerienses comen migas todos los días que llueve, como si de un ritual se tratase y celebran la noche de San Juan en la playa. Sale de tapas al menos una vez al mes y ha visto, COMO MÍNIMO, al menos una de los cientos de películas que se han rodado en nuestra provincia.

6.- Descubrirás que ciertas creencias son faltas

En efecto. No todos los almerienses se echan la siesta, ni todos pasan el día entero en la playa ni se visten de flamencos y bailan sevillanas.

7.- Aprenderás que los almerienses se quejan por todo lo que ocurre en Almería pero que sólo él puede hacerlo

Que si los árboles de los parques no dan sombra, que si no se puede aparcar por la zona azul, que los mercadillos no dejan nada más que suciedad, que las calles están “empercudías vivas”… pero todos estos defectos sobre Almería los puede decir solo un almeriense. Para los de fuera debe de ser la provincia más bonica de toas. Porque, aunque nos quejemos, lo es.

8.- Si te haces amigo de un almeriense, será para toda la vida

Si un amigo almeriense en un día te ha llevado de tapas por los mejores bares, luego te ha llevado a las mejores playas de la provincia y habéis dado una vuelta por las cuatro calles, ten por seguro que te está abriendo las puertas de su casa y te está dando la oportunidad de que abreces esa amistad de por vida.

9.- Aprenderás el “ya si eso te llamo” o “llego en cinco minutillos”

Estas, junto a otras tantas frases, son un mito que se producen en Almería. Cuando un almeriense se encuentra a un amigo, después de ese ritual del “que dices?”, “pues ná, aquí estamos”…automáticamente concluirá dicha conversación con un “a ver si te llamo y nos vemos”. Que sepas que eso no pasará. Otra, a tener en cuenta, es la frase del “llego en cinco minutillos”. Si un almeriense te dice eso ve tomándote un café porque los cinco minutos lo mismo se alargan a media hora.

10.- Por último, descubrirás que salir de cañas es un remedio infalible para todo mal

No te preocupes si te has peleado con tu pareja, si te han despedido del trabajo, si tuviste un golpe con el coche…si te haces amigo de un almeriense, descubrirás que todo en la vida tiene remedio con un par de cervezas o un par de copas en la mano. Porque no hay mal que por bien no venga y porque cualquier excusa es buena para salir un rato, ¿verdad?.

Y es que los almerienses somos así. Tenemos el privilegio de vivir en la ciudad con más horas de sol al año de toda Europa, de tener las playas más reconocidas incluso a nivel internacional, de contar con el desierto más grande de Europa y de una cocina y un clima envidiable. De tener nuestros propios ‘vocablos’ y nuestros tan tradicionales disminutivos. Y, sobre todo, de contar con una provincia que a través de Costa de Almería es envidiable en el mundo entero.

Iglesia de Cabo de Gata