Reportajes

 

Del desierto a la cumbre


 

Del terreno árido y desértico que intenta dejar atrás el pueblo de Gérgal hasta las alturas de Calar Alto o Bacares, el aspecto macizo y las laderas suaves y alomadas de la Sierra de Los Filabres constituyen el principal atractivo de estas poco conocidas pero fundamentales montañas de la provincia de Almería.

 

Los Filabres albergan un paisaje de montaña al borde mismo de la aridez, con barrancos impregnados en el olor de las plantas aromáticas, pueblos blancos de cal y negros de pizarra que conservan aún la huella árabe en su estructura y edificios. Es el bosque mediterráneo frente al desierto que lucha por prevalecer y ser observado y conservado.

La localidad de Olula de Castro, un municipio ubicado en las faldas de esta sierra y a 1.010 metros de altura, es un pueblo pequeño, recogido y formado por casitas blanquísimas que se coronan con techos de pizarra entre sus empinadas calles. Durante el callejeo para visitarlas no se puede perder de vista la iglesia de la patrona, la Virgen del Patrocinio En su paisaje predomina el verde, ya que esta zona de la sierra está recubierta de esparto y diferentes plantas aromáticas, entre las que destaca el tomillo.

La tradición del esparto protagoniza la artesanía de la zona en pueblos como Olula de Castro

A 1.220 metros de altitud se encuentra Bacares, un núcleo de origen fenicio y tartesio, aunque fueron los posteriores árabes los responsables de su actual enclave, la arquitectura de las viviendas tradicionales, los bancales del terreno e incluso el sistema de regadío con acequias. Goza de un clima sano y privilegiado y durante el invierno la nieve suele hacer acto de presencia en sus cumbres y también en sus calles.

De vuelta a la carretera por la que se ha llegado hasta Bacares, unos pocos kilómetros más hacia delante y bajando un poco en altura se llega a Serón, que a 822 metros ofrece al visitante un conjunto patrimonial de merecido reconocimiento en la zona norte de Los Filabres. Como lo demuestra el edificio del Ayuntamiento, una construcción de finales del siglo XIX; o la Iglesia Parroquial de la Anunciación, de estilo mudéjar y construida en el siglo XVII, de la que destaca su bello artesonado. Otro punto de interés es el Castillo, construcción nazarí del siglo XIII donde lo más atractivo es la torre del reloj, del siglo XIX, levantada sobre los restos de la antigua fortaleza musulmana. Si se siguen las callejuelas de los alrededores aparece la Plaza de Arriba, donde se encuentra la Ermita de la Virgen de los Remedios, una edificación neoclásica del siglo XIX.

 

Además del rico patrimonio artístico, el municipio de Serón cuenta con un gran valor ecológico y natural que encuentra su exponente en Las Menas

 

Al margen del patrimonio artístico, el paisaje que integra el término municipal de Serón es de gran valor estético y ecológico, en especial en la zona de Las Menas, un antiguo poblado minero que cesó su actividad en 1968 y que está inmerso en un universo natural que demuestra claramente cómo se resisten los restos de bosque mediterráneo ante la aridez que no muy lejos se va abriendo paso en esta zona. Uno de los más claros ejemplos es la encina milenaria ‘La Peana’, de 16 metros de circunferencia y 25 de altura que en 2007 fue catalogada por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía como el mayor árbol de la Comunidad.

Los pasos siguientes se pueden encaminar hasta Calar Alto, donde se encuentra un observatorio astronómico de gran interés. Uno de los caminos más hermosos para alcanzar esta cima desde la que se divisa pasa por obviar la carretera A-339 que también parte de Serón y tomar la antigua que, pasando por el pueblo, conduce al mismo sitio por un trazado algo más corto pero más duro. En el kilómetro número 2 se conecta unos metros con la A-339 hasta que aparece de nuevo el cruce hacia la antigua carretera de Las Menas. Desde ahí se empieza a ganar altitud, con la carretera colgada de la montaña y buscando la indicación hacia el destino deseado. Una vez en el camino hacia la cima, todo es belleza natural a ambos lados de la carretera hasta la misma puerta de las instalaciones astronómicas. La situación de este enclave, dentro de un valle ubicado entre cordilleras (Sierra Nevada, Sierra de Gádor, Sierra Alhamilla y Sierra de los Filabres) que impiden el paso de las nubes -fenómeno llamado sombra orográfica-, determina la presencia de anticiclones la mayor parte del año que, unido a la ausencia de contaminación, hacen de su cielo el más limpio de Europa, lo que convierte en todo un espectáculo contemplarlo en una noche de verano con la impresión de que las estrellas están más cerca y son más numerosas que en cualquier otro lugar.

Las instalaciones del observatorio cuentan con 3 telescopios de 1,23, 3,5 y 2,2 metros. También tienen un telescopio de 1,52 metros, pero está operado por el Observatorio Astronómico Nacional de España, y un telescopio robótico operado por el Centro de Astrobiología (CAB). El telescopio de 3,5 metros es el mayor telescopio de la Europa continental.

 

La vuelta al pasado islámico

De regreso hacia Gérgal, en la falda del Observatorio el visitante se topa con Aulago, una pedanía del primero que tiene un carácter entrañable no sólo por su pequeño tamaño sino por lo grande de la hospitalidad que ofrecen sus gentes y sus calles con olor a leña y a corrales que ubican al pueblo a 1.040 metros de altura. Es recomendable caminar por sus encaladas calles y visitar su coqueta Ermita, así como pasear también por su cercana huerta. Además, la primera semana de octubre celebra sus fiestas en honor de San Francisco y San Miguel Arcángel.

Unos pocos kilómetros más al sur, finalizando este viaje se encuentra de nuevo Gérgal, como se ha dicho, frontera entre la sierra y el desierto a una altitud de 758 metros.Es imprescindible acercarse a conocer el Castillo y las ruinas de la primitiva Iglesia de Santa María. El Castillo está situado en el paraje conocido como Puerta del Campo y su planta es una nave central cuadrada de 15,50 x 15,50 metros que se levanta sobre una zona de roca pizarrosa; lleva adosados cuatro torreones circulares de 5 metros en las esquinas y otro torreón de forma ovalada y almenado para defender la entrada. La nave central está almenada y tiene tres plantas; los torreones o cubos de las esquinas están protegidos por casamatas (bóvedas muy resistentes para instalar piezas de artillería) de forma aparentemente cónica, pues desde lejos se aprecia su forma piramidal. Antiguamente poseía una capilla, almacén de granos y diezmos y horno de pan, estancia que se utilizaba como alojamiento de los criados. Es una antigua fortaleza que controlaba el territorio que domina durante la ocupación árabe y la posterior conquista castellana. 

Respecto a la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, se sabe que en 1581 la primitiva Iglesia de Santa María -terminada en 1561- situada a la derecha del Castillo mirado de frente, seguía en ruinas después de ser incendiada y destruida en la Rebelión de los Moriscos (1568-1570), por lo que la iglesia actual debió de construirse como mínimo a finales del siglo XVI o principios del XVII, porque en esta época apenas si había habitantes después de que fueran vencidos y expulsados los moriscos. Tiene planta basilical del modelo de iglesia cajón de tres naves, una central y dos laterales, comunicadas entre sí por arcos de medio punto, con la Capilla Mayor diferenciada por un arco toral. Es el modelo de iglesia que se hacía en localidades importantes y en las villas cabeceras de comarca. La armadura mudéjar del techo de la nave central es el elemento arquitectónico del conjunto de mayor valor artístico.