Reportajes

LOS VÉLEZ: La espalda verde del mar en Almería


 

Alejada de la costa y las condiciones climáticas que en ella predominan, los bosques, las sierras y los bonitos pueblos que forman la comarca de Los Vélez son una verdadera alternativa al turismo de sol y playa. En esta zona al norte de la provincia, que constituye en sí todo un Parque Natural, se encuentra uno de los últimos reductos de los grandes bosques del Mediterráneo.

 

Son cuatro los municipios que se integran en el Parque Natural Sierra María-Los Vélez y una de las opciones para visitarlo podrían ser dos rutas: Vélez-Blanco y Vélez-Rubio y otra para María y Chirivel.

La primera parada, Vélez-Blanco, cuyo enclave privilegiado entre las sierras de María y el amplio valle le confiere un especial encanto. Esta localización estratégica fue ya aprovechada por antiguos pobladores como los nazaríes y la herencia musulmana es evidente en la estructura urbana actual de esta población y en el lugar destacado que ocupa el agua dentro del entramado de calles y plazas por las que se reparten las tradicionales fuentes de Los Caños de la Novia, Cinco Caños, Caños de Caravaca o Caños del Mesón.

Pero si existe una representación importante del paso de los musulmanes por Vélez-Blanco es la antigua alcazaba sobre la que hoy se asienta el Castillo del Marqués de Los Vélez, levantado en a principios del siglo XVI, con su correspondiente estilo renacentista, para presidir desde lo alto este pueblo velezano, que tomó también su nombre de la denominación musulmana Velad-Al-Abyadh, que significa tierra blanca.

La ornamentación en mármol del interior del Castillo de Vélez-Blanco está expuesta en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York

De la rica decoración interior del castillo apenas se conserva alguna muestra, ya que toda la ornamentación en mármol que lucía en su origen fue vendida por sus propietarios a un anticuario francés a principios del siglo XX para ser posteriormente trasladada al Museo de Arte Metropolitano de Nueva York en un acto de claro expolio para este símbolo-atalaya de la comarca, que se encuentra dividido en una estructura rectangular de ladrillo de la antigua alcazaba y el cuerpo principal de mampostería.

 

El Indalo, símbolo del pacto entre el hombre y los dioses

Un lugar destacado en la zona es la Cueva de los Letreros, declarada Monumento Nacional, y donde puede contemplarse el famoso Indalo que ha dado lugar al símbolo gráfico más representativo de la provincia de Almería y que se encuentra reproducido en los lugares más inverosímiles de su geografía. Fue bautizado en honor a San Indalecio –precursor del catolicismo en el sureste de la Península- y etimológicamente significa ‘el mensajero de los dioses’.

Pero también mansiones señoriales de piedra y ladrillo también se ubican en las calles principales de Vélez-Blanco y es la Casa de los Bañones o Casa de los Arcos la más destacada por sus dimensiones y belleza. Se trata de un inmueble construido entre los siglos XVIII y XIX que actualmente funciona como establecimiento hotelero.

Otros monumentos de interés son las iglesias del siglo XVI, como la parroquial de Santiago, con elementos de tradición gótica, renacentista y mudéjar, así como la Iglesia de la Magdalena, construida sobre las ruinas de una antigua mezquita. El Convento de San Luis, del mismo siglo, conserva rasgos mudéjares y renacentistas.

 

Vélez-Rubio

Es la capital de la comarca y cuenta también con un entramado de culturas desde la Edad del Bronce, la época romana o el barroco español, donde alcanza su mayor esplendor. Su patrimonio urbanístico así lo refleja en sus mansiones señoriales de influencia barroca hasta las viviendas modernistas o historicistas de lucida decoración que aparecen en un recorrido reposado por las calles del pueblo. Del edificio que albergó el antiguo Hospital Real barroco ha salido lo que hoy es el Museo Velezano ‘Miguel Guirao’, que alberga una completa colección de materiales desde las fases más primitivas de la Prehistoria hasta objetos históricos contemporáneos de la cultura popular en una recreación etnográfica.

El otro punto fuerte de interés de Vélez-Rubio lo constituye la arquitectura religiosa, cuyo máximo exponente está en la Iglesia de la Encarnación del siglo XVIII, declarada Monumento Nacional, de rica ornamentación en su fachada, coronada por dos altas torres cuadradas, y también en su interior, con un retablo de elementos rococó. El Convento de la Inmaculada y su iglesia son también buenas muestras del Barroco en esta población.

Patrimonio histórico y medioambiental. María y Chirivel

El segundo binomio es el de los municipios de María y Chirivel, que aglutinan un patrimonio histórico-artístico y medioambiental que requiere la mirada detenida de sus visitantes. La piedra, de naturaleza caliza y dolomítica, preside más que nunca el entorno. A los pies de las alargadas crestas con cotas que superan los 2.000 m. de altura, crecen importantes masas de pinares. De la fauna que los habitan, lo más característico es la abundancia y diversidad de aves rapaces. Pero también hay ardillas, lirones careto y ratones de campo.

En ese contexto natural y a más de mil metros de altura se sitúa la localidad de María, lo que la define ya en esencia. Es la mayor productora de cereal de la provincia, lo que se refleja en sus imponentes campos de cereales, que son un auténtico recreo para la vista. El Museo del Cereal ubicado en el casco urbano explica muy bien este tipo de cultivo en la zona.

 

Jardín Botánico Umbría de la Virgen, una interesante representación de la flora y la vegetación de la comarca

Alberga la Sierra de María una ermita de la Virgen de la Cabeza, hacia donde procesionan en romería los habitantes en el mes de abril. En dirección a la ermita de la Virgen de la Cabeza que alberga la Sierra de María está situado el Jardín Botánico ‘Umbría de la Virgen’, en el enclave del mismo nombre, donde se puede encontrar una representación de la flora y la vegetación propia de las cumbres de esta comarca.

En la geografía del pueblo también pueden encontrarse pinturas rupestres, como en la Cueva de la Haza, y hasta un poblado ibérico en El Pasico. En el núcleo urbano destaca la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, del siglo XVI, con un artesonado mudéjar, portada con pilastras, arco de medio punto y alfiz enmarcando un reloj de sol.

Especial atención merecen los embutidos que de forma artesanal se producen en esta zona de la comarca, así como el jamón, que por las condiciones climáticas obtiene aquí la mejor curación posible.

 

Chirivel: Blancas casas al pie de la montaña

El pueblo de Chirivel. Una plaza importante en época romana por su situación geográfica y así se puede observar en el yacimiento arqueológico de El Villar, de donde se han extraído importantes piezas de origen romano, entre las que destaca una figura humana adosada a un felino, el Dionisos, que se ha convertido en la representación de la localidad hasta el punto de ser conocido entre sus habitantes como ‘El Chirivelo’. La Iglesia de San Isidoro y un antiguo horno árabe aún en uso completan el conjunto patrimonial de este pueblo de casitas blancas al pie de la montaña.