La comarca del Almanzora, entre las zonas de Los Vélez y la Sierra de los Filabres es una comarca de interior que se ve favorecida precisamente de su situación para el impulso del turismo rural. Rodeada de sierras como la de Lúcar, de Oria, del Madroño o la Sierra de las Estancias, serranías que dejan a estas tierras asentadas en el Valle del Almanzora, que recrea unos parajes naturales de gran encanto en nuestra provincia de Almería. Todos los atributos de esta zona hace que sea ideal para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad, donde escaparse un fin de semana o donde acercarse a pasar un dia inmerso en la naturaleza.
Estando ubicada entre sierras de tanta belleza como la de los Filabres o la Sierra de las Estancias, con un gran potencial medioambiental, hace del Almanzora una zona que vive de cara al turismo. Pueblos encaramados en laderas, al pie de barrancos, manantiales y cascadas, son una constante en estas localidades. Pero es que a la belleza del entorno, la comarca bañada por el río que le da nombre, suma un rico patrimonio cultural y arqueológico, fruto del paso de las civilizaciones que la han poblado, y unas tradiciones artesanales y costumbres festivas que, sin duda, por su peculiaridad, no te dejan indiferentes.
Las canteras de mármol de la comarca, los cerros y las laderas agrestes han sido mudos escenarios de la vida que civilizaciones como la romana o la musulmana han desarrollado en estas tierras. Y es que del Almanzora son muchos los vestigios que nos hablan de los primeros pobladores que, allá por la Prehistoria, escogieron estas tierras
dejandonos restos neolíticos y argáricos, que nos hablan de unos prósperos núcleos de población que se aprovecharon de la fertilidad de sus suelos para desarrollar la agricultura y la ganadería. Unos pueblos a los que más tarde se unirían otros como romanos y musulmanes, que supieron pronto explotar las canteras de mármol de la zona. La prosperidad económica de la comarca la hizo convertirse en un centro importante y estratégico. Los musulmanes llevarían a su esplendor a la comarca, que tomó parte activa en la rebelión morisca, hasta el punto que Don Juan de Austria estableció su campamento en ella. En el s. XIX la minería se convertiría en motor económico de la zona. De todo esto puedes empaparte con solo acercarte al Valle del Almanzora, siglos de tradiciones y de buen hacer que dessembocan en una zona prospera y que mira al futuro.
Las localidades que integran la comarca de Almanzora, regada por el río que le da nombre a la zona, tienen en común los paisajes serranos y las vistas naturales, en algunos casos insólitas, que se pueden divisar, sobre todo, desde los castillos y fortalezas que las coronan. Pequeños pueblecitos o aldeas de inmaculadas casas blancas encaramados en laderas, que funcionan como grandes miradores desde los que disfrutar de las grandiosas vistas de Sierras como la de los Filabres o la Sierra de las Estancias.
Las paredes encaladas cada año, como si de una tradición se tratara, adornadas con coloridos geranios y macetas, son características de unas localidades como estas que poseen calles estrechas y enrevesadas, en las que el turista se puede perder y admirar los pequeños centros artesanales, dedicados a la cerámica, al esparto o al latón, que aún se mantienen. La tranquilidad y el sosiego que se respira en ellas se cristaliza también en algunas de sus costumbres que, sin lugar a dudas, llamarán la atención de los visitantes.
Por tanto, su encanto y su atractivo están garantizados, así como su interés turístico encauzado hacia todo tipo de actividades relacionadas con el medioambiente y la naturaleza: senderismo, montañismo, agroturismo, escalada...
El agua forma parte indisoluble del paisaje de esta comarca almeriense de Almanzora, una zona rodeada del paisaje agreste de las Sierras de los Filabres, las Estancias y Sierra
de Lúcar. El río Almanzora es la principal arteria fluvial de estas tierras y su nacimiento en el paraje de Alcóntar es digno de contemplar, sobre todo por el contraste que produce
ver cómo el agua atraviesa cerros áridos, sierras, zonas de huerta y de secano. En su camino a la Mina, en Albox, el río Laroya cae en forma de numerosas cascadas que crean un entorno que destaca por su colorido y alegría, ayudando mucho la presencia de las adelfas y los chopos.
La comarca se encuentra enclavada entre la Sierra de los Filabres, considerada el principal pulmón verde de Almería, y segundo de Andalucia por detrás solo de Cazorla, por su gran masa forestal, las Estancias y la Sierra de Lúcar, todas con arroyos, pinares y bosques de carrascas. De ahí los bellos parajes naturales y rincones salvajes, en los que los riachuelos y las cascadas de agua son las grandes protagonistas, que se extienden por las distintas localidades de la comarca, reclamo para los turistas amantes de la naturaleza y del medio ambiente.
El senderismo y las actividades de contacto directo con la naturaleza son las principales protagonistas del programa de turismo activo que ofrece Almanzora, complementada con la espeleología, los talleres de orientación o los paseos en bicicleta de montaña. Se ha realizado una apuesta muy fuerte, en este sentido, con la puesta en marcha del proyecto Camino Natural Vía Verde Valle del Almanzora. Aprovechando el trazado del antiguo ferrocarril, paralelo al río, está ideado el acondicionamiento de este sendero, que se puede recorrer a pie o en bicicleta, con inicio en la Estación de Hijate y final del trayecto en la Estación de Arboleas.
Vamos al Almanzora, vente a disfrutar de la sierra y de la naturaleza al maximo exponente.