Hijo del marqués de Oreña, Juan Antonio de Molina y Oviedo, y de Isabel Francisca de la Rocha y Ulloa, fue bautizado en la parroquia mayor de Santa María de la Plaza (30-X-1700). Profesó en la orden de Eremitas de San Agustín, en la que recibió el orden sagrado del presbiterado. Realizó sus estudios generales eclesiásticos en Sevilla, como alumno del Colegio Mayor de Santa María de Jesús. En la Universidad hispalense alcanzó el grado de licenciado en Sagrada Teología (13-X-1728) y, cuatro días después, el de doctor en la misma Facultad. Catedrático de Sagrada Escritura en la citada institución y, al mismo tiempo, prior del Convento de San Agustín. En esta situación le llega la promoción al episcopado.

      Propuesto por Felipe V, el Papa Benedicto XIV le promueve en el consistorio el día 29-V-1741. Al firmar ese mismo día las bulas de nombramiento, le manda que repare la casa episcopal y funde el Monte de Piedad. Tomó posesión el 15-VII-1741, pero retrasó su llegada a Almería hasta el 16-II-1742, hospedándose ese día, como de costumbre, en Pechina, desde donde se organiza su entrada. Su pontificado duró veinte años, destacando los siguientes asuntos: viaje a Madrid para tratar de resolver los pleitos que tiene la diócesis (1743); conflicto con el Ayuntamiento de Dalías por haber éste alterado los límites de la diócesis en su demarcación con Granada (1744-48); concordia (1755) entre el Cabildo y Ayuntamiento de la ciudad por el pleito sobre las aguas, que eran patrimonio de aquél, al pasar los Reyes Católicos los bienes de la mezquita mayor a la Catedral. Además, durante su episcopado se levantó en Pechina la residencia junto a la iglesia parroquial (1745). Pero las intervenciones más destacadas se produjeron en la Catedral: puso rejas en las capillas y ornamentó la capilla mayor; para ello, trasladó de Lorca a Antonio García, que pintó los ocho cuadros de la vida de la Virgen en estilo barroco, y diseñó todo el dorado de los marcos y de la capilla. Fray Gaspar bendijo (12- VIII-1756) el monasterio de Santa Clara, fundado por testamento de Jerónimo Briceño y su esposa Beatriz de Cuevas, y predicó el doctor Francisco Alejandro Bocanegra y Xibaja, arcediano de la Catedral, que, a propuesta de Fernando VI (19-XII-1757), Benedicto XIV lo promovería a obispo de Guadix. Entregada su alma al Señor (4-XII-1760), fue sepultado con el ritual de costumbre en la capilla de la Esperanza.