Eduardo ROMERO VALVERDE


ROMERO VALVERDE, Eduardo (Almería, 1874 - Almería, 1955). Exportador.


En uno de esos vapores que iban de Almería a la Argentina a finales del siglo XIX se embarcó un día Eduardo Romero Valverde junto a varios de sus hermanos, los mismos que después fundarían Casa Romero, uno de los más encopetados emporios empresariales del siglo XX almeriense.

El nieto de este emprendedor local y actual presidente de Romero Hermanos, Eduardo Landín Romero, recuerda que su abuelo inició su aventura exterior en Londres y en el puerto de Le Havre, en Francia. Durante 19 años fue el representante de los vinos de Jerez y adquirió un gran conocimiento comercial y del idioma inglés y francés. Después, ya en Argentina, los hermanos toman la representación de los almacenes Lafayette de París, se hicieron de dinero y vuelven a Almería y fundan la sociedad Romero Hermanos, tras cruzar catorce veces el océano.

Aún en Buenos Aires se había casado Eduardo por poderes con una alicantina, hija del barítono Carbonell, con la que tiene una hija y un hijo que nacen en Almería, este último muere en la gripe de 1918.

La Casa Romero prosigue la actividad de exportación de uva iniciada de forma individual por el patriarca de la saga, un gaditano de Ubrique llamado Fausto Romero de Torres, que apareció en Almería a mediados del siglo XIX y que gustaba de dar conferencias en el Ateneo sobre estrategias de comercio.

Los hijos fundan la compañía Romero Hermanos como sociedad anónima en 1917, aunque funcionaba desde 1902 como sociedad regular colectiva. Empiezan exportando uva a la India y después compran parrales en producción en Bentarique, Gádor y en Cortijo Blanco. El almacén de barrilería estaba frente al puerto, junto a la casa Ferrera y eran también consignatarios.

En esa época se vive la edad de oro de la exportación de uva. Operaban en Almería los Spencer y Roda, López Guillén, Sánchez Entrena, González Egea y Adolfo Viciana, entre otros, que conforman los grandes capitales de principios de siglo en una ciudad cada vez más británica en las costumbres de la clase opulenta, con aires coloniales.

Romero, sin embargo, emprende, adelantándose a su tiempo, el camino de la diversificación de actividades para minimizar riesgos. La sociedad empieza a comercializar azufre, que se empleaba como fungicida para el tratamiento de las parras, primero lo traían de Argelia y después arrendaron una mina en Benahadux, a una compañía inglesa, la Tygon, y compraron la fábrica de azufre que aún existe a la salida de Almería. Entran también en la distribución de productos farmacéuticos en Almería y Granada, con un almacén en la plaza de San Pedro.

Romero se convierte en un poder económico en la Almería de las primeras décadas de siglo XX y se hace distribuidor de la compañía petrolífera Shell y después el ministro de Hacienda, José Calvo Sotelo, le da la concesión del monopolio de petróleo de la Campsa en Almería, con factoría en el martillo del muelle y luego en la avenida de Montserrat.

Eduardo Romero Valverde fue vicecónsul de la República Argentina en Almería, del Gobierno español en el puerto francés de Le Havre -le sustituyó Atilio Constanzo- caballero de la Orden de Carlos III y proveedor oficial de uva de la Casa del Rey Alfonso XIII. Fue, asimismo, vicepresidente de la Cámara de Comercio y presidente del Casino.

Romero Hermanos compró la casa de la Peña, el último inmueble del Paseo, a Adolfo Viciana, donde estaba instalada la sociedad recreativa del mismo nombre. Allí estuvieron las oficinas de López Guillén.

Tras la Guerra Civil, Eduardo y sus hermanos abandonan la actividad uvera después de haber comercializado millones de toneladas en el mercado de Covent Garden, en Londres. Era ya una actividad muy incierta porque el exportador tenía que comprar a precio fijo y venderla mediante subasta con gran riesgo. Empezaron a tomar el relevo otros exportadores como Navarro Moner, Fernando Vizcaíno, Simón Cano y Fermín Enciso, de Berja, después empezaron las cooperativas.

Eduardo Romero falleció en 1951, a los 77 años, dejando tras de sí una estela de hombre decidido y emprendedor nato, habiendo levantado la segunda mayor empresa de Almería de la época, con 500 empleados, tras la fábrica de Antonio Oliveros.

 

 

 




León González Manuel





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