Nacido en el seno de una familia cristiana, que orientó a su hijo hacia la carrera eclesiástica, siendo todavía muy joven se trasladó a Granada para realizar dichos estudios. Se graduó, primero, en Filosofía y, más tarde, en Teología, en el Colegio Mayor de San Felipe de Neri. Por último, estudió Cánones en La Concepción y, finalizados sus estudios, opositó a la plaza de regente de la parroquia de Chirivel, donde permaneció poco tiempo, pues se vio obligado a abandonarla debido a su oposición frontal a las exigencias del general francés Milleaud. Años más tarde volvió a opositar al priorato de la parroquia de Nuestra Señora de las Angustias de Granada, ciudad en la que se distinguió por ser un extraordinario orador. También fue una gran persona y al enterarse de los destrozos causados en su pueblo natal de Dalías por el terremoto de 1804, no dudó en acudir a prestar los primeros servicios humanitarios para mitigar el dolor de sus gentes. Se le concedieron muchos los honores: la capellanía de honor de la Real Capilla, visitador general del Arzobispado y canónigo de la Iglesia Catedral. En todos los cargos que ostentó se distinguió siempre por su gran capacidad, entrega al trabajo y responsabilidad. Fueron notables sus esfuerzos y dedicación como vocal de la Junta de Subsistencias de la ciudad de Granada durante la Guerra de la Independencia. Sintiendo que sus días llegaban a su fin, se trasladó a Dalías, donde falleció el 8-IV-1838.