Suizo de nacimiento y almeriense de adopción y de corazón, fue un ejemplar artista y dinamizador cultural que amó y defendió el patrimonio urbano y natural almeriense.

De 1959-1976 vivió en Toledo tras su etapa de formación en Suiza e Italia. Desarrolló obras de figura y paisajes en óleo y otras técnicas, así como trabajos conceptuales de urbanismo y arquitectura, con exposiciones en distintos lugares de España y Suiza.

De 1977-1986 vivió en Almería. En La Chanca fundó el Taller Aroldo, ligado al movimiento vecinal y asociativo existente en este barrio, donde se sumergió en la realidad de sus vecinos y, en colaboración con ellos, emprendieron iniciativas y proyectos de acción social y urbanística.

Promovió y colaboró en diversas iniciativas de sensibilización que se hicieron por la arquitectura patrimonial -entre ellas desde el Colegio de Arquitectos de Almería- a través de carteles, trípticos y exposiciones de su obra pictórica, con técnicas de témpera, acrílicos, collages de composiciones fotográficas, cartelería y técnicas mixtas con empleo de plumilla y color.

Reivindicó la valoración y defensa del patrimonio urbano almeriense no monumental y, en su aparente modestia, a través de sus trabajos gráficos, lo elevó a círculos de exposiciones en Madrid, Almagro, Barcelona, Sevilla, Málaga, Granada y Almería.

De 1987-2012 vivió en Berja. Desplegó una amplia tarea de animación sociocultural, promoción de la participación ciudadana y desarrollo rural. Fundó en 1989, junto con varios colaboradores, la asociación “Alpujarra Viva”, con el objeto de la promoción del desarrollo sostenible, priorizando el respeto por el medio ambiente.

En casco antiguo de Almería, a finales de los setenta del siglo XX, aún seguían demoliéndose indiscriminadamente muchos de sus edificios, y deteriorándose su identidad arquitectónica por carencia de reconocimiento y protección. En ese escenario, Aroldo Gamper aportó una mirada distinta que trajo nuevos modos, con una labor de análisis urbano orientada a la puesta en valor de la arquitectura urbana popular, denominada ambiental, antes menospreciada, y la devolvió en sus trabajos estéticamente elaborada con rigor analítico y sintética capacidad y calidad explicativa, para que el ciudadano tomara conciencia de la importancia cultural y social que la conservación de esta arquitectura, sencilla y anónima, tiene.

Su obra gráfica de contenido arquitectónico, de brillante y atractivo grafismo, que tenía y conserva un alto poder de transmisión plástica al espectador, contribuyó a dignificar y poner de relieve la arquitectura de carácter ambiental de Almería y coadyuvó a que el ciudadano almeriense medio se reconociera con ella y fuera recuperando la autoestima por nuestro patrimonio heredado.

Su influencia y ejemplo supusieron un considerable estímulo profesional en la Almería de finales de los setenta y ochenta de siglo XX, tanto para los arquitectos, como también para profesionales, divulgadores y responsables del desarrollo urbano, en una labor disciplinar que no ha quedado suficientemente valorada ni reconocida.

 

Bibliografía:

VV.AA. Catálogo de la “Exposición de reconocimiento a Aroldo Gamper. La valoración y apreciación de la arquitectura de carácter ambiental de Almería“, organizada por el Colegio de Arquitectos de Almería del 3 noviembre al 30 diciembre de 2022.